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El flujo de remesas familiares desacelera su caída

Las remesas familiares provenientes de los trabajadores bolivianos en el extranjero desaceleran su caída y se recupera lentamente tras la reactivación parcial de las actividades en las economías emisoras de este flujo de recursos tras la relajación de las medidas para contener la propagación del COVID-19.
En flujo de remesas en octubre de este año alcanzó a $us 111 millones, monto mayor en 3,9% al registrado en septiembre ($us 106,8 millones). No obstante, en el acumulado entre enero y octubre de este año el descenso es del 19,8% con relación a igual período de 2019, según datos recopilados del Banco Central de Bolivia (BCB).
En dicho período de análisis, las remesas bajaron de $us 1.089,1 millones a $us 873,7 millones.
La caída se debe, principalmente, a las secuelas económicas provocadas por la pandemia del coronavirus 2019 (COVID-19) en la mayoría de los países del orbe, pero fundamentalmente en aquellos a donde migraron los trabajadores bolivianos.
El 22 de abril, el Banco Mundial (BM) ya avizoró que en 2020 las remesas caerán marcadamente, cerca de un 20% en todo el mundo, como consecuencia de la crisis económica inducida por la pandemia del COVID-19 y el confinamiento.
En Bolivia, el descenso ya se hizo notorio durante el primer bimestre, con una caída de 5,6% de las remesas familiares. Hasta marzo, el descenso era mayor y llegaba al 13,5%. Para mayo, el flujo seguía en picada y había llegado a 32,9%.
Sin embargo, a partir de junio, el flujo de las remesas que envían los connacionales a sus familiares ha ido en aumento, aunque todavía por debajo de los niveles registrados en 2019. (14/12/2020)