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YPFB invertira $us 317 MM en cuatro proyectos

Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) iniciará la construcción de la Planta de Biodiésel ‘Fame 1’, este mes. Con este proyecto se busca cubrir el 50% de la subvención a la importación de combustibles. Estará ubicada en Santa Cruz y producirá 1.500 barriles diarios.

“En total, YPFB invertirá $us 317 millones en cuatro proyectos de biodiésel”, anunció el presidente de YPFB, Armin Dorgathen. La primera planta, que utilizará tecnología Fame, requerirá una inversión de $us 35 millones.

“En otros países, como en Argentina —por ejemplo—, es obligatorio el uso de biodiésel. Hasta el año pasado su mezcla incluía el 10% de biodiésel, este año eso bajó al 5%. En Brasil se llega hasta un 20%”, según datos del ejecutivo.

La planta Biodiésel ‘Fame 1’ consumirá 75.000 toneladas anuales de soya. “Tenemos suficiente materia prima. El consumo en Bolivia es de 100.000 toneladas anuales, la producción son 600.000 y se tiene una capacidad instalada de 1,2 millones. Es decir que no es un problema el abastecimiento”, dijo el titular de YPFB. El 90% de la soya procesada se convertirá en biodiésel y se tendrá un saldo de 10% de glicerina.

Producción.

Las dos primeras plantas planificadas utilizarán la tecnología de transesterificación de aceites vegetales, produciendo éster metílico de ácido graso (Fame, por sus siglas en inglés). “Este biodiésel luego se mezcla con el diésel convencional en porcentajes”, sostuvo Dorgathen.

Tendrán una capacidad de 1.500 barriles diarios, cada una. “Entre ambas podríamos llegar a mezclar el 10% del consumo interno del país”, expresó el presidente de la estatal petrolera.

La tercera planta utilizará tecnología HVO (Hydrotreated Vegetable Oil). Consiste en la obtención de combustible a partir del reciclado de aceite de cocina usado, a través de un tratamiento con hidrógeno como catalizador.

El resultado es un biodiésel renovable que puede contaminar hasta un 90% menos que el tradicional de origen fósil, generando menos gases de efecto invernadero y partículas contaminantes.

Este producto “está siendo bastante utilizado en Europa e incluso en los aviones, que lo vienen haciendo al 1% y quieren que en 2025 se llegue a un 5%”, argumentó Dorgathen.

La cuarta planta será de pirolisis. “Se trata de convertir las llantas usadas en combustible”. Se refiere a un tratamiento en ausencia de oxígeno y en presencia de nitrógeno, por medio del cual se degrada el neumático desechado en sus componentes iniciales, evitando así la emisión de contaminantes a la atmósfera. Luego pasa por una segunda degradación al introducirse en un catalizador para realizar el rompimiento polimérico, produciendo combustible y un residuo sólido carbonoso.

Inversión.

El precio del barril de petróleo, el estándar referencial para todo el sector energético, determina si la inversión es racional o no. “A un precio de $us 50 por barril, una planta de biodiésel resulta económicamente viable”, de acuerdo con el presidente de YPFB. Consecuentemente, en tanto que el precio del crudo está por encima de ese valor referencial, resulta conveniente la inversión.

Según la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), la demanda total de biocombustibles está en camino de superar los niveles de 2019, cuando marcó su pico histórico. La demanda mundial anual de biocombustibles crecerá un 28% hasta 2026, alcanzando los 186.000 millones de litros. Estados Unidos lidera los aumentos de volumen, pero gran parte de este crecimiento es un repunte de la caída provocada por la pandemia.

Asia representa casi el 30% de la nueva producción durante el periodo de pronóstico, superando la producción europea de biocombustibles hacia 2026. Esto se debe a políticas internas, una demanda creciente de combustible líquido y una producción impulsada por la exportación. Las recientes políticas de etanol de India y los objetivos de mezcla de biodiésel en Indonesia y Malasia son responsables de la mayor parte del crecimiento en Asia.

En ese marco, se prevé que India se convertirá en el tercer mercado más grande del mundo de etanol para 2026.

Siguiendo con la previsión de la IEA, en 2026 también América Latina demandará el 30% de la producción mundial de biocombustibles, principalmente por el consumo en Brasil de biodiésel y etanol.

Con una previsión de precios altos del barril de petróleo, ésta es una tendencia que sin duda puede incrementarse en los próximos años.