Cada segundo hay 9 ‘ciberataques’
Bolivia está entre los países que más afectaciones tiene cada día.
La red se convirtió en un lugar peligroso.
Imagen: cyberat.com
En abril de este año, el Gobierno de Costa Rica, país centroamericano, se vio obligado a declarar “emergencia nacional”, pero no por una crisis política o militar ni por un desastre natural.
La extrema medida fue asumida frente a un ciberataque contra su Ministerio de Hacienda, que paralizó sus cuentas y todo lo que tiene que ver con el manejo de las finanzas del país. Las pérdidas fueron millonarias.
A raíz de este hecho, noticia mundial en su momento, en América Latina se desarrollan una serie de estudios, análisis, encuentros, y más, con el propósito de identificar las mejores formas de frenar este tipo de ataques que, como muestran algunos datos, crecen a altas tasas cada año, mucho más con el surgimiento de los llamados “malware” y “ransomware” y el proceso de transformación digital.
Después de la pandemia y el boom en la transformación digital, sin duda que los riesgos están en aumento, pues tanto el sector privado como el público comenzaron a desarrollar sistemas digitales sin darle mucha importancia a la seguridad digital señalan varios estudios.
Los estudios OEA/Symantec y OEA&BID, sintetizados en un trabajo de José Manuel Aguilar, y el informe Tendencias en la Seguridad Cibernética en América Latina y el Caribe y Respuestas de los Gobiernos, muestran que los “ciberataques” a sistemas de Internet, de entidades públicas y privadas, crecen más del 61% cada año.
Los estudios reflejan que Bolivia, junto a Ecuador, Perú, Brasil y Guatemala, están entre los 10 países con más afectaciones por “malware”, que es un software que se crea especialmente para cometer delitos, y el “ransomware”, que es la herramienta de “malware” más conocida y más peligrosa en estos momentos.
Aún más preocupante es la situación de Uruguay, Colombia y Chile, cuyos porcentajes de crecimiento están muy por encima de la media regional.
Otra de las cifras que proponen los estudios es que el 92% de las entidades financieras de la región reportaron al menos un ciberataque con intenciones de fraude. De hecho, de este total, el 37% concretaron el crimen.
Los datos muestran que más de 746.000 ataques de “malware” se registran cada día en América Latina, lo que significa que por cada segundo hay al menos nueve ciberataques a los sistemas digitales de entidades públicas y privadas.
Los tres principales países de la región con mayor incidencia para el “cibercrimen” son Brasil, con 56,2%, México con el 22,8% y Colombia con el 10,2%.
Por otra parte, se destaca que, del total de ataques registrados, el 66% se vinculaban a robos a entidades privadas, financieras, industriales y comerciales, mientras el 34% restante se vinculaba a actividades de crímenes más comunes, como robos y ataques a sistemas gubernamentales.
RETOS.
Los estudios OEA/Symantec y OEA&BID lanzan una serie de recomendaciones para los gobiernos de la región, así como para las entidades privadas para combatir los “ciberataques” que, como muestran los datos, son cada día más frecuentes y peligrosos.
En pasados días, igualmente, se llevó adelante el evento “Retos de la seguridad digital en América Latina”, en el que se destacó la importancia de que los Estados asuman la responsabilidad de emitir políticas y acciones para frenar el crecimiento de los “ciberdelitos”, así como el sector privado.
Los informes reportan que, pese a los esfuerzos que se realizan en cada país, América Latina tiene muchos límites en el desarrollo de “cibercapacidades” y una política nacional de “ciberseguridad”. Todo esto con el objetivo de encarar los retos y frenar las amenazas provenientes del ciberespacio, y con el fin de salvaguardar su seguridad nacional y la del sector privado.
Igualmente, se establece que hay países de América Latina que se encuentran apenas en una fase inicial de construcción y desarrollo de sus “cibercapacidades” para combatir amenazas provenientes del ciberespacio.
En esta tarea existen múltiples áreas de oportunidades que los países de la región deben atender en el futuro cercano, según el estudio de José Manuel Aguilar.
También es importante destacar que en los últimos años, internet sufrió un proceso de securitización y varios países pusieron énfasis en crear nuevas definiciones para delimitar los delitos o actividades ilícitas que se realizan a través o en las mismas plataformas digitales. Pero este trabajo está en pleno proceso.
En los hechos, más de cien países en el mundo establecieron en sus leyes definiciones sobre los “cibercrímenes”.
También organismos internacionales como la Organización para la Cooperación Económica (OCDE), la Unión Europea (UE), o la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU) crearon convenios y acuerdos para la regulación de estas actividades y el combate a los actos ilícitos.
Mientras más avance el proceso de transformación digital, más serán los riesgos que se corran, por eso es necesario y urgente que las empresas y los gobiernos aceleren las políticas y medidas para una seguridad digital.
Fraude y suplantación de identidad, lo más común
Los delitos en el ciberespacio crecen tanto, que algunos expertos dicen que hoy en día se cometen prácticamente los mismos que en la vida real, excepto aquellos que necesitan presencia física, como robos en casa o violaciones.
Ahora estamos en la época en la que el ciberespacio mostró su capacidad de injerencia en la vida personal, pero también en la seguridad pública y se comenzó a evaluar su capacidad de impacto negativo en la seguridad nacional.
La creación de los “malware” demostró que no hay límites ni barreras en la red internet para el accionar de los delincuentes.
Por eso, año que pasa se multiplican los fraudes en el sistema financiero, la suplantación de identidades, en fin. Pero también comenzaron a aparecer, por ejemplo, el secuestro de datos en las industrias o empresas, y los ataques a la seguridad nacional.
El ataque al Ministerio de Hacienda de Costa Rica y a otras instancias estatales de otros países demostró que ahora nadie está a salvo de los “golpes” de los “ciberdelincuentes”, por eso, urge activar políticas de seguridad digital, señalan los estudios de OEA/Symantec y OEA&BID, compilados en un trabajo de José Manuel Aguilar.
También los delitos más comunes, como captación de personas, extorsiones, difamación, y más, siguen en constante ascenso, pese a los esfuerzos de los países.