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La alegría, cultura e historia de Cuba se abren a Bolivia con la estatal BoA

BoA

Una vista panorámica de La Habana. Foto: Roberto Barriga

Una brisa tibia da la bienvenida a La Habana el jueves 26, un día histórico para la integración entre Bolivia y Cuba: llega el primer vuelo comercial directo de Boliviana de Aviación (BoA), que abre las puertas del turismo, los negocios y la conexión entre ambos países.

“Es un destino especial porque lo hemos trabajado por mucho tiempo, es un destino que abre nuevas oportunidades para la aerolínea, principalmente porque es un destino turístico que es requerido”, explica a La Razón el gerente general de BoA, Ronald Casso.

La bandera boliviana flamea en La Habana al arribo del primer vuelo de la estatal, en el aeropuerto José Marti desde Viru Viru, Santa Cruz. La ministra de la Presidencia, María Nela Prada encabeza junto con Casso la comitiva.

El vicecanciller Freddy Mamani; el viceministro de Turismo, Hiver Flores, dirigentes de organizaciones sociales, representantes de empresas con potencial de exportación y turísticas, y medios de comunicación, entre estos La Razón, tienen la oportunidad de apreciar lo que ahora es una posibilidad abierta mediante BoA.

La belleza de Cuba es evidente, la ciudad parece haber crecido al mismo ritmo de la naturaleza. En medio del pavimento de sus amplias avenidas, se extienden frondosos árboles y vegetación. Por momentos da la sensación de haber viajado en el tiempo a los años 80, 70 y hasta 60 cuando se ve pasar coches de estas épocas en perfectas condiciones, al igual que edificios históricos como el Hotel Nacional, con historia desde 1930 y la Universidad de La Habana, que conserva la emblemática escalinata donde estudiantes festejan al inicio y fin de sus carreras.

“Esta es la ciudad de la eterna primavera”, expresa, alegre, Leinad Vásquez, de la empresa turística Cuba Tour.

Paraíso natural

El Tropicana, un lugar tradicional en La Habana.

La Habana tiene aproximadamente 11 millones de habitantes que se extienden en sus 15 provincias y un municipio especial. Aunque suele ser mundialmente conocida por su alegría y sabor caribeño, contempla también mucha historia y cultura viva en su gente y su ciudad.

“Siempre queda la invitación de que vengan a ver a Cuba a la isla bella, a la isla del Caribe, a la isla de la historia, de la cultura, de la danza y también que se venga a ver la realidad de la gente, porque cuando ves hay mucha información manipulada en el mundo y cuando llegas a Cuba, te das cuenta que no es tan así”, dice Vásquez.

La Habana está rodeada de un paraíso natural que encierra la historia viva en sus edificios. Por el malecón de al menos 11 kilómetros se extiende una luminaria conocida como el “collar de perlas” y contiene al enérgico mar que en temporadas de huracanes llega incluso a cubrir los edificios cercanos a la playa, pero éstos resisten y se mantienen en pie, otro más de los simbolismos de la resiliencia cubana.

Desde el aeropuerto José Martí se pasa de a poco, en el paseo de Cuba Tour, desde los edificios gubernamentales hacia los centros educativos, orgullo cubano, y de a poco, a medida que llega la noche, las calles empiezan a sonar discretas con la música.

El sector de los clubes nocturnos es parte del corazón cultural de Cuba. Muchos funcionan desde hace décadas, pero el tiempo no ha matado esa esencia de la salsa y el sabor cubano, mezclada con espectáculos llenos de talento y sabores tradicionales en la comida.

Tropicana

Uno de estos espacios es Tropicana, con historia desde 1939. Al inicio, talentosos músicos muestran melodías relajantes y tranquilas, pero a medida que pasa la cena, de pronto, las luces se apagan y empieza la salsa. El cuerpo de baile está compuesto de decenas de danzarines, que fundidos en coloridos trajes con brillos y plumas muestran cuadros que mezclan la tradición cultural, la sinergia con la naturaleza y la historia.

“Tienes una aventura, puedes conocer algo diferente, vienes a conocer una verdad (…). Esos bailes son una gran mezcla de nuestras culturas, no solo la africana y la española, sino que aquí en Cuba tenemos la mezcla de toda la América, aquí a Cuba han venido muchas personas y podemos darle a la América lo que nos ha dado por mucho tiempo”, comenta el guía turístico.

Esta joya turística, como sucedió en todo el mundo, sufrió un duro golpe durante la pandemia del COVID-19, sin embargo, ahora busca resurgir con fuerza, por lo que la llegada de la estatal boliviana BoA se ve con mucha esperanza.

“Ya está creada la conectividad más sencilla, es un vuelo de seis horas, crea una gran facilidad y nosotros solo aspiramos a poner nuestras playas al disfrute de todos los bolivianos, nuestras playas, nuestras culturas, patrimonio”, expresa el ministro de Turismo de Cuba, Carlos García.

BoA

El avión de BoA que el jueves llegó hasta La Habana. Foto: Aylin Peñaranda

Además de esta puerta de ingreso a Cuba, la aspiración es que se cree un puente de oportunidades. Existe expectativa, de momento la frecuencia de estos viajes es de una vez por semana, pero la ambición de BoA es que ésta se incremente.

“No solo va a potenciar el acuerdo de complementación económica que tenemos con Cuba, sino que va a haber un gran impacto en el sector turístico. Cuba tiene más de 130 embajadas, por lo tanto, es un país netamente turístico, es un país receptivo, por lo tanto todos esos clientes potenciales que tiene también los podremos llevar a Bolivia”, explica a La Razón el viceministro boliviano de Turismo.

Rojas detalla que antes de la pandemia el turismo receptivo llegó a ocupar hasta el cuarto puesto en aporte al Producto Interno Bruto (PIB) del país y ahora se aspira a recuperar este potencial dañado por el COVID-19.

“Se abren las alas de la esperanza”, recalca Prada, y así lo sienten empresarios y familias. Una muestra es que de retorno a Bolivia, familias cubanas ansiosas por visitar a sus parientes bolivianos ya esperan el vuelo de BoA.