El transporte aéreo en Bolivia enfrenta un desafío crucial en la actualidad: mejorar su competitividad y eficiencia para atraer más pasajeros internacionales y lograr dinamizar la economía.
Según datos de la Comunidad Andina (CAN), Bolivia registró apenas 128.000 pasajeros internacionales en abril de 2024, cifra que palidece frente a los 1,67 millones de Colombia o los 902.000 de Perú.
Este bajo desempeño no solo refleja una brecha en conectividad, sino también problemas estructurales en el sistema aéreo, donde Boliviana de Aviación (BoA) controla el 90% de los vuelos, generando críticas por su presunta ineficiencia y monopolio.
Además, los últimos incidentes de la aerolínea estatal, demoras, cancelaciones y un fallo técnico que evacuó a más de 140 personas en un vuelo, afectaron más la imagen de la empresa, forzando un cambio de gerente.
Puede leer: Comcipo exige ley del litio antes de firmar cualquier contrato
Transporte
Por ello, en las últimas semanas, la demanda de “cielos abiertos” ha tomado fuerza por parte de varios sectores. Este modelo permitirá que cualquier aerolínea, nacional o internacional, opere en el país sin restricciones, fomentando la competencia y mejorando la oferta de rutas y tarifas.
Este medio se contactó con expertos y conocedores del transporte aéreo en el país. como un extrabajador de Servicios de Aeropuertos Bolivianos Sociedad Anónima (Sabsa), que pidió mantener su nombre en reserva y también se utilizó declaraciones de Dardo Gómez, exgerente de Amaszonas,.
Ambos coinciden en que el sistema aeronáutico atraviesa un momento complicado, pero que también debe verse como una oportunidad, tomando en cuenta las necesidad propias del sector.
Infraestructura
Infraestructura aeroportuaria moderna: uno de los principales obstáculos para el crecimiento del transporte aéreo en Bolivia, según el extrabajador de Sabsa, es la falta de infraestructura aeroportuaria de primer nivel, pues “los aeropuertos internacionales aún está lejos de competir con hubs regionales como El Dorado en Bogotá o el Jorge Chávez en Lima”.
Por ello, la modernización de terminales, pistas y sistemas de control aéreo es esencial para atraer aerolíneas internacionales y mejorar también el servicio.
Mayor conectividad y rutas internacionales: Gómez consideró que el país tiene una oferta limitada de vuelos internacionales, lo que reduce su atractivo como destino de negocios y de inversiones.
Mientras países como Colombia y Perú han establecido alianzas estratégicas con aerolíneas globales, Bolivia depende en gran medida de BoA, que no cuenta con rutas tan extensa. La implementación de «cielos abiertos» podría atraer a aerolíneas de bajo costo y de bandera, ampliando la conectividad con destinos clave en América, Europa, e inclusive hasta Asia, como sugirió Gómez cuando dejaba a Amaszonas.
Políticas de promoción turística y facilidades migratorias: el turismo es un motor clave para el crecimiento del transporte aéreo, pero Bolivia no ha logrado posicionarse como un destino prioritario en la región. Según el extrabajador de Sabsa, el turismo está relacionado con la experiencia, por lo que, pese a los grandes atractivos, “un mal servicio aéreo puede dilapidar las visitas”. Además, la simplificación de trámites migratorios y aduaneros facilitaría el ingreso de turistas y empresarios, haciendo más atractivo el país para visitantes extranjeros.
Competencia
Competencia y eficiencia en el mercado aéreo: el monopolio de BoA ha sido señalado como uno de los principales frenos para el desarrollo del sector por parte de Gómez, quien insiste en “una sana competencia” entre aerolíneas que operen en el mismo país. La falta de competencia ha llevado a una oferta limitada de vuelos, por lo que con más empresas, también se incentivaría a BoA a mejorar su eficiencia y calidad de servicio para competir con otras aerolíneas, lo que representa “mejores ofertas para el usuario”.
Pese a que BoA ocupa el 90% del transporte aéreo, su nuevo gerente, Mario Borda, reveló que la empresa cuenta solo con 14 aeronaves operando, cuya máxima capacidad es de 130 pasajeros, sin tomar en cuenta la tripulación (el personal que trabaja en al avión). Por ello, algunos sectores consideran que esta cantidad es insuficiente para atender a toda la demanda de vuelos en Bolivia.
Inversión
Inversión en tecnología: el transporte aéreo moderno requiere inversión en tecnología, desde sistemas de reservas en línea hasta herramientas de gestión aeroportuaria. De acuerdo con el ingeniero de Sabsa, Bolivia cuenta con un moderno sistema de radares; sin embargo, existen otras herramientas que pueden potenciar todavía más el sector del transporte aéreo, como el sistema de navegación o la automatización.
“El GNSS (Global Navigation Satellite System) permite una navegación más precisa y reduce la dependencia de la infraestructura terrestre”, explicó el ingeniero.
Cooperación
Alianzas estratégicas y cooperación regional; Bolivia podría beneficiarse de alianzas con otros países de la Comunidad Andina y América Latina para mejorar su conectividad. Acuerdos bilaterales o multilaterales que faciliten el tráfico aéreo y promuevan rutas compartidas podrían ser una solución para incrementar el número de pasajeros internacionales.
Borda reveló que este aspecto es una de las principales debilidades de BoA, pues muchas aerolíneas internacionales pueden ingresar al país hasta dos veces al día. Sin embargo, la empresa estatal no cuenta con un trato recíproco en aquellos territorios.
Por ello, anunció que pedirá a la Cancillería que “revise los convenios internacionales”, para que sean favorables para la estatal.
Hub
Otro punto en el que las fuentes coinciden es lograr que Santa Cruz se posiciona estratégicamente para erigirse en un nodo de conectividad aérea que potencie la integración de América Latina con el resto del mundo, similar a lo ocurrido con Doha, Dubái o Singapur.
Estas ciudades, con poblaciones relativamente reducidas, han logrado transformar sus aeropuertos en centros internacionales de alta eficiencia, generando flujos masivos de pasajeros y significativos ingresos económicos. En este contexto, la propuesta de convertir a Santa Cruz en un hub aéreo global cobra especial relevancia para el desarrollo del país.
Recientemente, el empresario Marcelo Claure propuso que Santa Cruz imite esa estrategia y convierta el aeropuerto de Viru Viru en un hub, para que Bolivia tenga millones de pasajeros en un año.
El Gobierno había anunciado presentar para septiembre de 2024 los primeros avances en el hub; sin embargo, quedó en nada.
La reflexión que plantea Claure es clara: si países más pequeños convirtieron sus aeropuertos en motores de crecimiento económico, “¿por qué Bolivia no podría lograrlo?” Señaló que la respuesta requiere de una visión audaz, “una inversión sostenida” y un compromiso entre el sector público y privado para transformar el aeropuerto de Viru Viru en un verdadero centro de conectividad que convierta a Bolivia en una terminal aeroportuaria.