Analistas abordan las causas de la escasez de dólares en el país
El asesor financiero Jaime Dunn y los economistas Alberto Bonadona y Omar Velasco analizaron la problemática en el programa Piedra, Papel y Tinta, de La Razón.

Alberto Bonadona, Omar Velasco y Jaime Dunn. Foto: Oswaldo Aguirre.
Frente a la escasez de dólares, analistas perciben falta de políticas públicas del Gobierno para frenar la crisis cambiaria, además de la especulación y la conformación de un mercado paralelo, que muestra que el Ejecutivo perdió el control de la política monetaria.
El asesor financiero Jaime Dunn y los economistas Alberto Bonadona y Omar Velasco analizaron la problemática en el programa Piedra, Papel y Tinta, de La Razón.
El país sufre desde principios de 2023 una falta de liquidez de la divisa, algo que coincidió con los informes oficiales que mostraron una disminución de las Reservas Internacionales Netas (RIN), que en 2014 llegaron a los $us 15.122 millones.
Según el último reporte del Banco Central de Bolivia (BCB), las RIN llegaron a 1.796 millones de dólares hasta el pasado 30 de abril, con un incremento de $us 87 millones respecto al saldo de $us 1.709 millones alcanzado a finales de 2023.
Las últimas semanas, la crisis por la divisa se ha agudizado. Los comerciantes, exportadores y población en general han estado en busca de la moneda para hacer sus negocios o “proteger” su patrimonio económico.
En criterio de Bonadona, el origen del problema es el déficit fiscal, la caída de producción de gas en 2015 y la ausencia de medidas ante la falta de ingresos por carburantes. “Bolivia no obtuvo la capacidad de responder. A partir de eso es el gran problema de la economía boliviana. Nosotros dependemos del dólar como muchos países”.
Por su parte, Dunn, que también dijo no hay política pública al respecto, coincidió en que la economía se vio perjudicada por el déficit, pero —en su opinión— la escasez se debe al exceso de gasto corriente por parte del Gobierno. “Hay un crecimiento de gasto exponencial. Ese incremento, estamos hablando de $us 8.000 millones, las transferencias de bonos sociales y la balanza comercial hacen un déficit comercial”.
Cuestionó que, pese a falta de ingresos, el Gobierno continúa gastando “lo que no tiene” y eso afecta al crecimiento de la deuda externa. También, criticó el funcionamiento de las empresas públicas que —según dijo— son incapaces de dar resultados positivos y traer divisas.
En discrepancia, Velasco afirmó que la escasez responde a una falla de mercado. Según explicó, la formación de mercados paralelos es consecuencia de que el Estado ha perdido su capacidad de fijar precios en mercados estratégicos.
Para el economista, el problema radica en la especulación y la conformación de un mercado paralelo controlado por “cinco personas que se reúnen a tomar un café”. “Ellos son quienes ahora determinan el tipo de cambio paralelo”.
“Quien está devaluando la moneda es el mercado porque el Gobierno ha perdido el control de la política monetaria. El mercado no es transparente. La gente está contribuyendo a la especulación”, remató.
En respuesta, Dunn insistió en que el problema está en las empresas públicas deficitarias. Ejemplificó con la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y la falta de exploración de pozos de gas.
“Esa empresa estatal, que se agarró todo sobre los hidrocarburos, nos ha llevado a crisis en la que estamos hoy. YPFB no ha funcionado. Estamos en un punto donde esa empresa no puede conseguir ni diésel”, reclamó.
Aseguró que existe una falla de las políticas públicas. “La falta de dólares no es falla del mercado, es falla de las políticas públicas”. Para Dunn, el Gobierno debería analizar la posibilidad de levantar la subvención a los carburantes debido a que, en su criterio, es un costo muy alto y, a estas alturas, insostenible.
“La industria de hidrocarburos en Bolivia se hizo en los 70, 80 y parte de los 90 con la asistencia de inversionistas extranjeros. Viene 2005 y se empieza a cosechar desde 006 y se agotan esos campos porque no se hace exploración”, cuestionó.
En la misma línea, Bonadona concordó con Dunn al cuestionar el gasto que generan las empresas públicas. “Son 60 empresas que la cerraría, directamente, y sin mayor trámite”.
Según dijo, en Bolivia existe la posibilidad de “gastar mejor” en inversiones, exploraciones y, además, en cambiar las políticas públicas. “Todavía estamos a tiempo. No es Venezuela o Argentina; no hemos llegado a ese extremo”.
“Hay que tomar ciertas medidas que rompan el dogmatismo”, añadió.
Bolivia se encuentra en una situación complicada en muchos aspectos, pero, particularmente por un duro escenario económico, producto de la escasez de dólares.
En mayo, el presidente Luis Arce reconoció que su Gobierno tiene “ciertas dificultades” con la divisa estadounidense, pero que es un problema que atraviesan varios países. Pese a ello, descartó que el país esté en una crisis económica.
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