El factor biométrico
El nuevo padrón electoral redujo el subregistro que había de personas en edad de votar.

El año 2009, la democracia electoral boliviana dio un salto cualitativo con la conformación de un padrón biométrico. Ello implicó la adquisición de equipamiento que, además de los datos biográficos, permitía registrar la información biométrica (facial, dactilar y firma) de las y los ciudadanos con derecho al voto. La plataforma tecnológica adoptada en ese momento correspondió a la solución NEC Corporation. El nuevo padrón electoral redujo el subregistro que había de personas en edad de votar.
Con ese padrón biométrico se votó en el país en las elecciones generales 2009, 2014, las fallidas 2019 y 2020; en las elecciones subnacionales 2010, 2015 y 2021; en las elecciones judiciales 2011 y 2017; en el referéndum constitucional 2016; y en decenas de referéndums autonómicos. El año 2017, una auditoría integral y externa de la OEA certificó la confiabilidad del registro electoral boliviano, recomendando acciones de saneamiento permanente y la actualización de la plataforma biométrica.
Como parte de la disputa política, algunos actores de la oposición –usualmente los que pierden elecciones y gritan “fraude”– procuran descalificar el padrón y sembrar dudas sobre su solidez y confiabilidad. Así se tejen mitos: que tuvo un crecimiento inusual, que los muertos votan, que está contaminado, que registra personas inexistentes, en fin, que hay “un bloque de data alterno, restringido y secreto” (sic). Cada uno de estos mitos ha sido amplia y técnicamente refutado por el organismo electoral.
Ahora, ante la noticia de que finalmente se realizará la necesaria actualización de la plataforma biométrica del registro electoral, surgen voces, más bien marginales, con su renovado ataque. Dicen falsamente que se licitó “la limpieza del padrón y la conformación de un nuevo padrón”; que la empresa adjudicada “ocasionó el fraude electoral de 2019-2020 y de las elecciones venideras”; que “es una estrategia del gobierno para anular el derecho al voto”. Extraña mezcla de maledicencia y de ignorancia.
Los mitos y las mentiras se asientan en la falta de información. En este caso, no basta que el TSE comunique la adjudicación del proceso de contratación. Es fundamental que explique con claridad y transparencia el alcance del servicio, la solución tecnológica adoptada, la experiencia de la empresa contratada, el vínculo con NEC, los plazos y, claro, los resultados esperados. Es fundamental también que la actualización de la plataforma biométrica se haga con acompañamiento de actores políticos y sociales.