Controversial conferencia
Los expertos en la materia han pronosticado un aumento en la frecuencia e intensidad de los desastres naturales
La Conferencia de las Partes (COP28), celebrada entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre en Dubái, capital de los Emiratos Árabes Unidos, fue presentada como hito en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, las controversias y desacuerdos que surgieron durante la conferencia subrayan la complejidad de las negociaciones sobre este tema que divide a los países.
Una de las controversias más destacadas fue la declaración del presidente de la COP28, Sultán Al Jaber, quien afirmó que no existe «ninguna ciencia» que respalde la demanda de eliminar los combustibles fósiles para mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados centígrados. Aunque luego defendió su compromiso con la ciencia climática, sus comentarios iniciales provocaron indignación entre los líderes reunidos en la capital árabe y permiten sospechar de su verdadera posición.
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Además, la cuestión de cómo y cuándo se reducirá el uso de petróleo, carbón y gas dominó las conversaciones de la reunión. Los países cuyas economías dependen en gran medida de los combustibles fósiles se mostraron reacios a acordar un fin completo al uso de los combustibles fósiles, lo cual es el principal obstáculo en la carrera contra el cambio climático sin importar qué digan o dejen de decir los representantes de los Estados miembros.
A pesar de estas controversias, se llegó a un consenso en varios temas clave. Se acordó la necesidad de una transición rápida, justa y equitativa de los combustibles fósiles a las energías limpias, se acordó la necesidad de reducir profundamente las emisiones y aumentar la financiación para la acción climática; se destacó la importancia de centrar la acción climática en las personas, las vidas y los medios de subsistencia; y se subrayó la importancia de la inclusión y la participación de todos los actores relevantes en la acción climática.
Estos compromisos fueron señalados como un paso importante hacia la acción climática global. Sin embargo, su cumplimiento dependerá de la acción y cooperación continua de todos los Estados miembros, que dicen una cosa en sus discursos, pero luego hacen otra en la práctica cotidiana.
Si estos compromisos no se cumplen, las consecuencias podrían ser graves. Los expertos en la materia han pronosticado un aumento en la frecuencia e intensidad de los desastres naturales, como olas de calor, sequías, inundaciones e incendios forestales que, por ejemplo, en Bolivia, ya son claramente visibles. La falta de acción tangible sobre el cambio climático contribuirá a una creciente frustración y a una merma en la percepción de progreso.
De no cambiar las prácticas actuales, especialmente en los países del “norte global”, especialmente en los que más contaminan, la Tierra enfrentará, a largo plazo, cambios climáticos potencialmente irreversibles, incluyendo la pérdida de ecosistemas, la extinción de especies y el aumento del nivel del mar. Estos impactos del cambio climático amenazarán la vida humana, incluyendo la seguridad alimentaria, el acceso al agua, la salud y la vivienda.