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El euro paga la factura de la guerra en Ucrania

No hace falta ser un genio. Ni siquiera hace falta ser economista para concluir que la depreciación histórica del euro esta semana es una consecuencia de la Guerra en Ucrania. Sin embargo, son los economistas profesionales los capaces de precisar y desglosar técnicamente las razones para llegar a la misma conclusión.

La divisa europea se ha depreciado hasta quedar prácticamente a la par del dólar (los diferencia un céntimo casi simbólico). El último referente de esta situación se remonta a 20 años atrás, el 2002, año justamente en que empezó a circular la moneda común de la Unión Europea.

“Esto ocurre mientras aumenta el temor en los mercados de una recesión económica en Europa, en un contexto de alta inflación y una creciente incertidumbre sobre la continuidad en el suministro de gas ruso”, reporta la periodista Cecilia Barría, del portal británico BBC Mundo.

“Hace 20 años, desde 2002, que no sucede algo así, pero los diferentes ritmos de subida de tipos por parte de los bancos centrales, la guerra en Ucrania, que por cercanía y dependencia energética está afectando más a Europa que a EE UU, y el temor a una recesión, que suele impulsar valores refugio como el dólar, están acelerando lo que hasta hace no tanto parecía inconcebible”, explica Álvaro Sánchez para el diario español El País.

Pero además de observar la caída del euro, las noticias económicas muestran que, por el contrario, el rublo, la moneda rusa, se va fortaleciendo. Desde que el rublo tocara mínimos el 7 de marzo en 0,0072 dólares por unidad, se ha disparado más de un 200% hasta rebasar los 0,0170 dólares por unidad esta semana.

Todos estos factores nos llevan a concluir que, evidentemente, el conflicto en Ucrania ha tenido un efecto negativo en Europa. Pero sería más preciso decir que han sido las sanciones impuestas a Rusia. Éstas pretendían debilitar la economía rusa y de esta manera presionar a que la potencia que lidera Vladimir Putin cese la invasión a su vecina Ucrania.

El resultado, que ya muchos economistas habían previsto, es que sería la Unión Europea más afectada que Rusia, básicamente por la gran dependencia de sus 27 miembros del gas ruso y especialmente de sus principales economías, como Alemania e Italia.

Los expertos citados por varios medios europeos como la BBC, DW, EFE o France 24 coinciden en que las recientes subidas de tipos de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) han fortalecido al dólar y favorecido que los inversores se refugien en esta divisa, al tiempo que el riesgo de recesión y las preocupaciones energéticas impulsadas por la guerra de Ucrania pesan cada vez más sobre la eurozona.

Vale decir que el efecto ‘boomerang’ de las sanciones no ha afectado tanto a los estadounidenses como sí a los europeos.

Recapitulando el origen del conflicto, uno de los principales argumentos de Vladimir Putin, además de la retórica “desnazificación” de Ucrania es la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hasta las narices de Rusia.

Y ha sido la OTAN, impulsada por Estados Unidos, la que ha presionado a los líderes europeos a asumir las temerarias sanciones contra el principal proveedor no sólo de petróleo, sino de muchos otros insumos necesarios para la industria metalúrgica, digital y alimenticia.

Asimismo, Ucrania es uno de los principales graneros de Europa. Las sanciones se preveían desde un inicio como un ‘harakiri’ para las economías europeas. De hecho, algunos países como Hungría, miembro también de la OTAN, decidieron rebelarse antes que poner en riesgo el alimento de sus ciudadanos.

No obstante, las grandes potencias que son las que tienen peso como Alemania, Francia e Italia, impulsaron las sanciones, para luego tener que sentarse a discutir, de inmediato, las alternativas para paliar los efectos de las mismas.

Más allá, uno de los principales promotores de las sanciones, -y del conflicto se podría decir- mira para otro lado con el desastre provocado entre sus aliados. “En medio de toda la incertidumbre que rodea a la economía mundial, los inversores se sienten más cómodos con la relativa seguridad que ofrece el dólar estadounidense, al estar menos expuesto a algunos de los grandes riesgos globales en estos momentos”, concluye Barría en su análisis de BBC Mundo.

De todas maneras, el conflicto ha generado dificultades también a Rusia, Estados Unidos e incluso a otras potencias como China y Japón. Incluso se habla de que estamos a las puertas de una recesión global. Sin embargo, la Unión Europea y el Reino Unido son los que les ha tocado pagar la mayor factura por el conflicto en Ucrania, mientras los rusos resisten y a los estadounidenses se les abre una ventana de oportunidad.