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El oro brilla y es la estrella de la minería boliviana actual

ENTREVISTA

La minería en Bolivia fluye por las venas del país y es parte fundamental de nuestra historia. Mientras el país se viene diversificando económicamente y caminamos hacia la industrialización, el sector minero sigue siendo una parte importantísima de la producción y la identidad nacional. El ministro de Minería, Ramiro Félix Villavicencio Niño de Guzmán, explica el presente y el porvenir inmediato del clúster extractivo.

—Ministro, ¿cómo ha cambiado su ritmo de vida la responsabilidad que ahora ejerce?

 —Definitivamente mi ritmo de vida ha cambiado, he disminuido el tiempo con mi familia porque el trabajo implica radicar en La Paz y estar en constante movimiento. El ritmo de trabajo es intenso a la par del presidente Luis Arce, y estamos haciendo todos los esfuerzos para retribuir esa confianza en una gestión con buenos resultados para la minería y metalurgia de Bolivia.

—¿Con cuánto contribuía la actividad minera al PIB boliviano en 2005 y con cuánto lo hace ahora?

—En 2005 la contribución del sector minero al PIB nacional fue de 4,6%. Esto fue incrementándose hasta llegar a un pico de 7,6% en 2009. En 2020, decayó hasta un 4,2% y hoy estamos en recuperación. En 2021 la cifra fue 5,4%. En todos los años, con la excepción de 2020, la participación del sector minero en el PIB nacional se incrementó respecto a 2005.

—¿Cómo estaba distribuida la actividad minera entre los departamentos en 2005 y cómo lo está ahora?

—En 2005 y en 2021, Potosí participa con un 43% de la actividad minera del país. Esa permanece constante. Sin embargo, La Paz pasó de un 22% a un 37%, Oruro bajó de un 29% a un 8%, en tanto que se incorporó Beni con un 9%, luego de no tener niveles de producción relevantes. Santa Cruz bajó de un 6% en 2005 al 1% en 2021. En 2021 se continúa con la explotación de zinc, estaño, oro y plata como los principales minerales, pero empieza a aparecer producción de cobre y minerales no metálicos como la ulexita, hierro, carbonato de litio, etc. Los tres principales productos del país en 2021 son el oro, el zinc y la plata, con un valor producido de $us 2.626 millones, $us 1.493 millones y $us 1.050 millones en 2021, respectivamente. En ese mismo orden, en 2005 los valores fueron $us 128 millones, $us 220 millones y $us 99 millones. En 2021 el sector minero tuvo una producción total valorada en $us 6.291 millones. Esto es diez veces más que los $us 631 millones de 2005. Como se puede evidenciar, el sector minero boliviano goza de buena salud, evidentemente con bastantes oportunidades y desafíos por delante.

—¿Qué ha cambiado y qué se mantiene igual en las dos últimas décadas en cuanto a los modos de la producción minera y la organización en general del sector minero en Bolivia?

—En 2005, debido a la privatización de las operaciones mineras no existía producción de empresas estatales. En 2021, la producción de estas empresas estatales alcanza al 7% del valor, las cooperativas incrementaron su participación, de un 45% a un 51%, y las privadas disminuyeron de un 55% a un 42%. En 2021 la producción minera estatal tuvo un valor de $us 468 millones, la privada fue de $us 2.640 millones y la de las cooperativas se ubicó en los $us 3.183 millones.

—¿Cómo afectó la pandemia al sector minero boliviano? ¿Qué cambios está dejando en el presente y hacia el futuro?

—Los últimos tres años antes de la crisis sanitaria se tenía un valor de producción que superaba los $us 4.000 millones, este nivel bajó a cerca de $us 3.000 millones en 2020, lo que significa una disminución del 28% respecto al año anterior, como consecuencia de las medidas de restricción adoptadas por el Gobierno. La interrupción de los canales de comercialización en el contexto internacional también tuvo sus efectos negativos para la minería nacional, además de la paralización de proyectos de alto impacto como el Mutún, Colquiri y Huanuni.

—¿Cómo están afectando al sector minero las nuevas tecnologías de telecomunicación e información, la inteligencia artificial y otras tendencias?

—Como Gobierno apuntamos a la incorporación de tecnologías de alto impacto en todo el proceso de la cadena productiva minera. El uso de nuevas tecnologías nos permite mejorar la productividad y por consiguiente trabajar de manera más eficiente y amigable con el medio ambiente, generando a su vez mayores ingresos para nuestro país. El camino es largo, pero estamos encaminando a que todos los grandes proyectos que estamos realizando estén utilizando las últimas tecnologías. Como Estado también hemos dado el primer paso para la explotación minerales tecnológicos, con la creación del Viceministerio de Minerales Tecnológicos y Desarrollo Productivo Minero Metalúrgico. Como país tenemos un gran potencial y la idea es industrializar, no solo extraer y comercializar, sino producir los insumos para la fabricación de aparatos electrónicos, autos eléctricos, celulares y otros.

—¿Cuál es el potencial que tiene Bolivia en cuanto a los minerales tecnológicos?

—Bolivia es un país minero por excelencia y cuenta con una amplia gama de ambientes geológicos, los cuales dan como resultado una variedad de depósitos minerales. En el caso de los minerales tecnológicos en Bolivia, se han identificado depósitos de indio, galio, tantalio, níquel y tierras raras, tanto en el occidente como en el oriente. Algunos de ellos cuentan con una cuantificación de sus recursos, como es el caso de Mallku Khota. En otros casos aún falta realizar estudios para determinar el potencial de los mismos. Por ejemplo, en Rincón del Tigre o Manomó, en el departamento de Santa Cruz.

—¿Cuál es la estrategia para desarrollar la producción de minerales tecnológicos en Bolivia?

 —La estrategia delineada para el desarrollo y producción de minerales tecnológicos contempla la elaboración de un “Plan de Desarrollo de los Minerales Tecnológicos de Bolivia”, el cual incluye las directrices para el desarrollo de estos recursos, estudios de mercado y financiamiento. Debemos generar condiciones para el desarrollo de proyectos de prospección y exploración de los minerales tecnológicos. Debe considerarse, además, temas de investigación y desarrollo, implementación de laboratorios especializados, convenios con universidades nacionales e internacionales, para la capacitación de recursos humanos, geólogos, metalurgistas y especialistas en minería. Es decir, hay que generar los recursos humanos especializados en la exploración, explotación y producción de este tipo de materiales.

—¿Cómo funcionará y cuál es el aporte esperado de la refinería de zinc? ¿Qué capacidad tiene? ¿Cuándo entrará en operación y cuándo se espera que alcance su nivel óptimo de producción? ¿Cuáles serán los principales productos y subproductos de esta instalación?

—El objetivo de la construcción de la refinadora de zinc es avanzar hacia la industrialización, dando valor agregado a los recursos que explotamos. Se trata de recepcionar esos concentrados de zinc que hoy producimos y a través de la refinación recuperar todos los elementos que hoy estamos perdiendo. La industrialización es una de las políticas fundamentales del Gobierno encabezado por el presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Luis Arce. Este proyecto de la refinería de zinc está fundamentado en la alta capacidad que tiene Bolivia de producir concentrados de este metal. Con la refinería se podrá recuperar subproductos como el estaño, plata, plomo, cobre y metales estratégicos como el indio, galio, germanio. Su capacidad será de 150.000 toneladas anuales de tratamiento de concentrados de zinc, de los que se obtendrán 55.000 toneladas de zinc metálico. Se espera que entre en operaciones a finales de 2023 y llegue a su capacidad óptima instalada a mediados de 2024.

—¿Cuánto de inversión total demandará la refinería de zinc? ¿Cuánto se invertirá en 2022?

—La primera refinería de zinc del país se instalará en Oruro con una inversión de $us 350 millones y estará concluida en 2024. El proyecto ya se encuentra en etapa de gestión de financiamiento ante el Gobierno de la República Popular de China. Para 2022 esperamos realizar una inversión de $us 70 millones.

—¿Cuáles son las principales inversiones en el sector minero en 2022?

—Los principales proyectos son: la Planta Siderúrgica del Mutún, con una inversión total de Bs 3.801 millones; la construcción de la nueva Planta Concentradora de 2.000 TPD de la Empresa Minera Colquiri, con una inversión total de Bs 544 millones; en la Empresa Minera Huanuni, los proyectos de desarrollo, preparación y mecanización de labores mineras, con una inversión total de Bs 378 millones; y, también en Huanuni, el equipamiento y maquinaria (renovación), con una inversión total de Bs 117 millones. Además, la planta Lucianita de 3.000 TPD incrementará la producción de la Empresa Minera Huanuni.

—¿Cuál sería su recomendación para los jóvenes que se están formando en ingeniería metalúrgica y otras carreras que son propias del sector minero en Bolivia?

—La minería en Bolivia es uno de los pilares fundamentales de la economía. Nosotros apuntamos a tener una minería tecnológica y eso va a la par de la especialización de los profesionales que trabajan a lo largo de todo el proceso: ingenieros, geólogos, metalúrgicos, minas, control del proceso, ambientalistas y otros. Todos tienen que pasar por procesos de especialización para generar ciencia y tecnología.

—¿Cuáles son los principales desafíos del sector minero boliviano en el corto plazo?

—Como Estado hemos retomado el Modelo Económico Social Comunitario Productivo y enmarcados en el Plan de Desarrollo Económico Social, estamos trabajando en la industrialización de nuestras materias primas, es un aspecto fundamental de las políticas del Gobierno encabezado por Luis Arce. También está en etapa de tratamiento, en la Asamblea Legislativa Plurinacional, la Ley del Oro de Producción Nacional, que permitirá al Estado adquirir todo el metal dorado que se produce en Bolivia a través de una empresa comercializadora nacional, para que esto vaya a las reservas de nuestro Banco Central. Por otra parte, estamos consolidando, a través del Gobierno de la hermana República Popular de China, el tema del financiamiento de $us 350 millones para la construcción de la refinadora de zinc de Oruro y también trabajaremos para la construcción de otra refinería de zinc en Potosí. Hasta mediados del próximo año estará concluida la planta concentradora de 2.000 toneladas por día de Colquiri. Una vez esté en funcionamiento, incrementará la producción de estaño de 4.012 Toneladas Métricas Finas (TMF) a 6.177 TMF anuales. En el caso del zinc, incrementará de un volumen de 17.510 TMF anuales a 26.940 TMF. La planta de la Empresa Siderúrgica del Mutún estará concluida a finales de 2023. Por otra parte, se está trabajando en la prospección y exploración en la búsqueda de nuevos yacimientos, tanto de minerales tradicionales, como los denominados tecnológicos. En Potosí: Sector Todos Santos, Cerro Santo Tullu, Distrito Malmisa-San Fernando. En La Paz: Proyecto Caracoles, Madre de Dios, Proyecto Río Beni, yacimientos cupríferos en Corocoro. En Oruro: Negrillos-Paco Khollu, Japo Morococala, Villa Huanuni, Poopó. En Chuquisaca: Yesos Río Huapi, Prospección Geológica Minera Icla. En Santa Cruz: Rincón del Tigre Tierras Raras, Complejo Pegmatítico Los Patos, Cerro Rojo, Alcalina de Velasco, Complejo Pegmatítico La Bella. En Pando: el río Madre de Dios. Destacamos el proyecto de exploración geológica Mesa de Plata- Machu Socavón en Potosí, por parte de la Comibol, con una inversión de Bs 10,5 millones en 2022 y que proyecta duplicar la inversión en las próximas gestiones.

Ramiro Félix Villavicencio Niño de Guzmán

Ministro de Minería y Metalurguia.