Hito: se logró obtener energía de fusión nuclear
Científicos norteamericanos reprodujeron en laboratorio lo que sucede en las estrellas.
Imagen: EL COMERCIO
MUNDO
Los científicos de la Instalación Nacional de Ignición (National Ignition Facility) de Estados Unidos (EEUU), en California, confirmaron que se ha logrado un gran avance que allana el camino para abundante energía limpia en el futuro.
Consiguieron este resultado después de más de medio siglo de investigación sobre la fusión nuclear.
Dijeron que los experimentos de fusión habían liberado más energía que la bombeada por los enormes láseres de alta potencia del laboratorio.
Es un logro histórico, se alcanzó la ignición o ganancia de energía, tan largamente buscada.
La tecnología está lejos de estar lista para comenzar a construir plantas de energía viables, tampoco está a punto de resolver la crisis climática.
Sin embargo, los científicos destacaron que lo alcanzado es una evidencia de que el poder de los soles puede aprovecharse en la Tierra.
La semana pasada dispararon un montón de láseres a una pequeña bola de combustible.
Así, se liberó más energía de esa ignición de fusión que la energía de los láseres.
Este es un tremendo ejemplo de lo que la perseverancia realmente puede lograr”, dijo el Arati Prabhakar, director de políticas de la Oficina de Ciencia y Tecnología de la Casa Blanca.
La energía de fusión apunta a la producción de abundante energía limpia. Las reacciones no generan gases de efecto invernadero ni subproductos de desechos radiactivos.
Un solo kilogramo de combustible de fusión, que se compone principalmente de formas pesadas de hidrógeno llamadas deuterio y tritio, proporciona tanta energía como 10 millones de kilogramos de combustible fósil. Se han necesitado 70 años para llegar a este punto.
La Instalación Nacional de Ignición es un vasto complejo existente en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, cerca de San José.
Fue construido para realizar experimentos que recrean, brevemente y en miniatura, los procesos desatados dentro de las bombas nucleares, lo que permite a los EEUU mantener sus ojivas nucleares sin necesidad de pruebas nucleares.
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Los científicos dispararon hasta 192 láseres gigantes sobre un cilindro de oro de un centímetro de largo llamado hohlraum. Un hohlraum es literalmente un espacio vacío, según su significado en alemán. En la práctica es una perforación en un metal poco permeable a la acción electromagnética u otros tipos de radiación.
La intensa energía generada calentó el dispositivo a más de 3 millones de grados centígrados, más caliente que la superficie del sol, y bombardeó una pastilla de combustible del tamaño de un grano de pimienta con rayos X.
Los rayos X arrancan la superficie de la bolita y desencadenan una implosión similar a la de un cohete, elevando las temperaturas y presiones a extremos que solo se ven dentro de estrellas, planetas gigantes y detonaciones nucleares. La implosión hace que el deuterio y el tritio se fusionen.
Cada par de fusión de núcleos de hidrógeno produce un núcleo de helio y un estallido de energía de acuerdo con la ecuación de Einstein E=mc2.
En el último experimento, los investigadores inyectaron 2,05 megajulios de energía láser y obtuvieron alrededor de 3,15 megajulios de respuesta, con una ganacia del 50%.
La fusión nuclear es cara y requiere desarrollo
No queda duda alguna de que el logro anunciado por los científicos de esa organización es un hito científico de enorme relevancia.
Sin embargo, todavía existe un largo camino a recorrer hasta resolver su viabilidad económica y comercial.
Para poder llevar la fusión nuclear a la práctica, el proceso debe escalarse enormemente. Se tiene hasta ahora un resultado experimental, no un proceso industrial.
Kim Budil, director del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, consideró que “unas cuantas décadas de investigación podrían ponernos en la posición de poder construir una planta”.
“Los obstáculos a superar son enormes hasta llegar a contar con un reactor comercial y no deben ser subestimados”, dijo Justin Wark, profesor de Física en la Universidad de Oxford.
De momento, los costos del combustible y de todos los implementos utilizados son extremadamente caros y requieren más desarrollo.