Energías & Negocios

Friday 9 Jun 2023 | Actualizado a 10:35 AM

Por qué las empresas japonesas lideran en sostenibilidad

El ‘Monozukuri’ tiene su origen en el 2000 a.C., pero alcanzó su apogeo en el periodo Edo y floreció en el Meiji.

/ 3 de marzo de 2023 / 06:35

OPINIÓN

El Japón actual es internacional, abierto y adaptativo. Es también una de las naciones más tecnológicamente avanzadas del planeta, si no la que más. Sin embargo, existe una interesante dicotomía en la cultura y las empresas japonesas. Por mucho que sea una sociedad que adopta la modernidad, la tradición forma una parte importante de su cultura.

Esto se refleja en el principio Monozukuri, que se traduce como el arte y la ciencia de la fabricación. Este principio lleva siglos siendo el alma de la artesanía japonesa tradicional y a menudo sirve de guía para las técnicas modernas, combinando la alta tecnología y los conocimientos tradicionales en una filosofía sencilla.

El término en sí está compuesto por dos palabras en japonés: mono y zukuri. El primero corresponde a lo que se hace, mientras que el segundo significa el acto de hacer. El Monozukuri no solo contempla las herramientas de mejora continua, sino también la cultura correspondiente.

Históricamente, el concepto corresponde a una ética de trabajo basada en el conocimiento profundo, la multiplicidad de habilidades y la pasión. Va acompañado de una fuerte ambición por alcanzar la perfección, una aspiración de alto reconocimiento en la sociedad japonesa. También abarca la noción de orgullo por el logro, un sentido de la responsabilidad y un profundo respeto por los materiales utilizados.

Las empresas japonesas basan su filosofía en una visión a largo plazo en lugar de en resultados a corto plazo. Por ello, están impulsando un crecimiento sostenible a la vez que mantienen los antiguos principios de la artesanía, así como una voluntad de contribución a la sociedad. Desde los coches hasta la electrónica, el país goza de una gran reputación con respecto a la calidad y su compromiso con la excelencia, algo que sigue siendo evidente en los productos que se fabrican en la actualidad.

Vivimos en una época en la que se está poniendo a prueba la actitud de las empresas respecto a los aspectos sociales y medioambientales, desde el calentamiento global a la contaminación por plásticos, y los derechos humanos. Se espera que todas las empresas dispongan de iniciativas para la sostenibilidad medioambiental y social, así como que contribuyan a los criterios de buen gobierno, social y medioambiental.

En lo que respecta a la fabricación, el concepto de Monozukuri dicta que se debe aplicar un criterio responsable en lo relativo al uso de los recursos para evitar caer en el derroche o la frivolidad. Debe estar en armonía con la naturaleza y debe aportar valor a la sociedad. Cuando se emplea un bien o un esfuerzo humano, debe generarse un beneficio para la sociedad y, al mismo tiempo, mantener el equilibrio entre producción, recursos y sociedad.

Al adoptar el concepto de Monozukuri, las empresas pueden centrarse en eliminar los residuos y racionalizar los procesos para conseguir una reducción de costes sostenible, al mismo tiempo que se reinvierten los beneficios y el esfuerzo tanto en los empleados, como en la sociedad y el planeta. Este enfoque global no solo genera un impacto positivo en la empresa y sus clientes, sino que también garantiza un crecimiento sostenible.

Podemos aprender muchas lecciones de Japón y su forma de gestionar los negocios. Porque la innovación en tecnología no es el único camino hacia el éxito, sino que también pueden aplicarse métodos tradicionales que han superado la prueba del tiempo y, a nivel crítico, es esencial la armonía con nuestro entorno y quienes nos rodean.

Es cierto que es importante tener una visión, ya sea como individuos o como empresa, pero esa visión debe ser realista y debe satisfacer las necesidades de las personas que nos rodean. Poner al cliente en primer lugar es una parte esencial del Monozukuri, a partir de la cual las empresas japonesas piensan en la perspectiva a largo plazo y en lo que podría necesitar el cliente, así como en las necesidades de la industria. A su vez, proporciona productos de la mejor calidad y niveles de servicio que se ganan la confianza de los clientes.

En Japón, se da gran importancia a la selección de materiales y se cree que un producto debe ser duradero. El Monozukuri tiene en cuenta todos los aspectos, desde los materiales empleados hasta el proceso de fabricación, y se basa en varios principios fundamentales que lo diferencian de otras formas de producción.

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Para empezar, se busca una mejora continua en todos los procesos de trabajo. Todo lo que hace una empresa debe centrarse en un objetivo mayor y adoptar un enfoque único que genere mejoras continuas que le permitan alcanzarlo. Cuando aparecen obstáculos, esta mentalidad da a las empresas la fuerza necesaria para seguir adelante aun cuando otros claudican.

En esencia, el objetivo final es conseguir un producto de la máxima calidad que se haya creado de la forma más eficiente, que genere un valor original y que marque de verdad una diferencia en la vida de las personas, todo ello sin afectar negativamente al entorno que nos rodea.

En un mundo en el que la innovación es una palabra de moda, es fácil olvidar que algunas de las mejores ideas proceden de tradiciones probadas a lo largo del tiempo. Japón tiene una larga historia de creación de productos de calidad, y podemos aprender mucho de su enfoque. Aplicando los principios de Monozukuri, podemos crear productos que no solo sean funcionales, eficientes y fiables, sino también agradables a nivel estético, atemporales y, lo más importante, sostenibles.

El Monozukuri, como concepto de “hacer las cosas bien”, como arte, tiene su origen en el 2000 a.C. pero alcanzó su apogeo en el periodo Edo y floreció hasta bien entrado el periodo Meiji. En el Monozukuri heredado de los artesanos japoneses, el énfasis está en el objeto y en el proceso de fabricación, no en el artesano mismo. Se privilegian los detalles y no las ostentaciones estéticas. Fue reintroducido por las automotrices.

Pilar Codina Corporate Sustainability Manager de Epson Ibérica.

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Materias primas cotizan a la baja: la inflación da muestras de retroceder, finalmente

Probablemente habrá una escasez estructural de petróleo crudo en los próximos años

Por Pablo Deheza

/ 9 de junio de 2023 / 10:23

Los precios de las materias primas están retrocediendo, lo que indica una desaceleración (a la baja) de la economía mundial. Es el lado negativo de las medidas antiinflacionarias impulsadas por los principales bancos centrales del mundo en su lucha contra la tendencia alcista de los precios.

El índice de materias primas S&P GSCI ha caído alrededor de un 11% en lo que va del año. Los precios de la energía, los metales, los granos y otras materias primas han retrocedido. El petróleo crudo está cerca de sus niveles más bajos desde antes de la guerra en Ucrania. Ni siquiera la decisión de Arabia Saudita del pasado fin de semana, de reducir la producción en 1 millón de barriles diarios, logró restablecer los precios.

El trigo no ha estado tan barato desde 2020 y el gas natural se ha desplomado en Europa. Casi todas las materias primas, además del azúcar, el cacao y el café afectados por el clima, han retrocedido. El cobre, que es un importante indicador de la economía mundial debido a su vasto uso, desde edificios hasta automóviles, ha caído un 1,3% este año.

Una gran fuerza impulsora detrás de esta relajación de la actividad manufacturera, particularmente en China, el mayor consumidor de metales del mundo y el segundo mayor usuario de petróleo.

Las esperanzas de los comerciantes de un aumento pospandémico en la demanda china de materiales industriales y energía no dieron en el blanco. Esto se debe en parte a que la recuperación de China ha sido liderada por los servicios. En lugar de los sectores de fabricación y construcción que consumen muchos más recursos y cuyo efecto multiplicador impulsó los auges anteriores.

“La actividad industrial es moderada”, dijo Caroline Bain, economista jefe de materias primas de Capital Economics. Las importaciones chinas de cobre semirrefinado cayeron un 13% en los primeros cuatro meses de 2023.

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A la baja

El jefe económico de Trafigura, Saad Rahim, dijo que ve un probable cuello de botella en los suministros globales de crudo. “Probablemente habrá una escasez estructural de petróleo crudo en los próximos años. Para alimentar tanto a las refinerías como a cualquier crecimiento futuro de la demanda necesario para satisfacer las necesidades de una población mundial en crecimiento”, dijo.

En los EEUU y Europa, los fabricantes también están poco activos. Incluso cuando las economías crecen en general gracias a un sector de servicios más fuerte. El auge del trabajo híbrido ha hecho que las economías dependan menos del petróleo, dicen algunos economistas.

Las caídas de las materias primas marcan un cambio con respecto a hace un año, cuando la invasión rusa de Ucrania disparó los precios de la energía y los granos. Ese aumento avivó la inflación en Occidente, lo que alentó a la Reserva Federal y sus pares a aumentar las tasas de interés y provocó escasez de combustible y alimentos en partes de África y Asia.

Las cifras apuntan al riesgo potencial de una desaceleración del crecimiento, si no a una recesión total en la medida en que la actividad económica se contrae. “En una recesión, la demanda de materias primas se contrae”, explicó Arlan Suderman, de StoneX Group. “Finalmente estamos llegando a datos que muestran una disminución de la demanda de productos básicos”, aseveró.

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Rayo solar: científicos buscan almacenar energía en el espacio y enviarla a la Tierra

La gente se está dando cuenta de que esto no es solo ciencia ficción. Puede hacerse realidad

Por Pablo Deheza

/ 9 de junio de 2023 / 10:12

Un equipo de ingenieros de la universidad estadounidense Caltech se está acercando a la posibilidad de generar abundante energía solar en el espacio. Luego transmitirla al suelo de manera inalámbrica. Lo que hasta hace años atrás parecía algo sacado de una novela de ciencia ficción, hoy da señales alentadoras de poder concretizarse.

Medio siglo atrás, un artículo titulado “Energía desde el sol”, publicado en la revista Science, explicaba en detalle cómo podría funcionar este prodigio de alta tecnología inalámbrica. En el espacio exterior, donde deambulan los satélites hechos por el ser humano, la luz del sol no es afectada por el clima. Y no hay día ni noche. Teóricamente, se podría recolectar energía solar las 24 horas del día, absolutamente libre de emisiones de carbono, para luego ser enviada a cualquier parte de la Tierra. El concepto acabó rápidamente en el baúl de las ideas curiosas, complicadas y costosas.

Esto está a punto de cambiar. El 3 de enero, un equipo de Caltech lanzó el demostrador de energía solar espacial. Se trata de un conjunto de experimentos en órbita para probar componentes clave para la energía solar generada el espacio. Comenzó a operar en mayo y está enviando resultados iniciales alentadores.

“La gente se está dando cuenta de que esto no es solo ciencia ficción. Puede haber un camino para hacer esto realidad”, dijo Ali Hajimiri, ingeniero eléctrico de Caltech y uno de los líderes del proyecto.

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Energía

Otros esfuerzos relacionados también están cobrando impulso. La Agencia Espacial Europea está elaborando un anteproyecto para una posible red espacial-solar europea. La Academia de Tecnología Espacial de China ha anunciado planes para un prototipo de satélite de transmisión de energía para 2028. Y los laboratorios militares en los EEUU están experimentando con tecnología que algún día podría transmitir energía desde el espacio a bases remotas o zonas de combate.

Uno de los desafíos centrales para todos estos proyectos es encontrar una forma segura, eficiente y confiable de transmitir gigavatios de energía al suelo y luego convertirlos en electricidad que las personas puedan usar. Hasta ahora, los rayos de microondas son la técnica preferida, en gran parte porque pueden viajar libremente por el aire sin importar el clima.

Si bien son similares a los que se usan en los hornos de microondas, estos rayos no estarían tan concentrados. Un estudio reciente de la Comisión Europea encontró que los haces de microondas entrantes serían demasiado débiles y difusos para dañar la salud humana. “Es básicamente la misma tecnología que la carga inalámbrica para su teléfono celular”, explicó Chris Rodenbeck, jefe del Grupo de Proyectos Avanzados del Laboratorio de Investigación Naval de EEUU, con sede en Washington, D.C. En 2021, Rodenbeck y sus colaboradores enviaron un haz de microondas de 1,6 kilovatios (también similares a los que se usan para las señales Wi-Fi, pero a una frecuencia más alta) desde un transmisor a un receptor a dos tercios de una milla de distancia en el Campo de Investigación del Ejército de EEUU en Blossom Point, Maryland. Así, quedó demostrado el concepto, otra cosa es ahora escalarlo hasta la órbita.

Datos

Los investigadores están experimentando con tecnología de transmisión en el espacio utilizando un dispositivo del tamaño de una hogaza de pan llamado módulo de antena de radiofrecuencia fotovoltaica o PRAM, según su sigla en inglés. Voló a bordo del avión espacial X-37B de la Fuerza Aérea de EEUU y convirtió efectivamente la luz del sol en microondas, pero en realidad no dirigió las ondas a ninguna parte, antes de regresar a la Tierra el año pasado. Rodenbeck está trabajando en un proyecto de seguimiento, Arachne, dirigido por el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea en Dayton, Ohio. Arachne está diseñado para abordar la tarea más desafiante de transmitir energía desde la órbita a una estación en tierra. Está programado para ser lanzado en 2025.

Uno de los componentes clave del demostrador de Caltech es un prototipo de haz de energía llamado Maple, abreviatura de Microwave Array for Power-transfer Low-orbit Experiment. Ha generado microondas y las ha dirigido de una parte del satélite a otra, encendiendo dos LED de prueba, dijo Hajimiri. La distancia recorrida es pequeña, alrededor de un pie, pero es la primera demostración documentada de transmisión de energía en el espacio. El dispositivo también dirigió microondas hacia la Tierra, que fueron captadas por los detectores de Caltech en la superficie.

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La economía mundial frente a peligros pasados, presentes y futuros

A corto plazo acecha un nuevo peligro: la reducción del exceso de liquidez en los Estados Unidos

Juan Ignacio Crespo

/ 9 de junio de 2023 / 10:02

Los últimos 18 meses han estado llenos de sobresaltos para la economía global de los que, por ahora, ha salido casi indemne. Esa suerte enorme es demasiado buena para durar, por lo que lo más probable es que termine no durando.

El año 2022 se inició con dos riesgos muy agudos y que estaban a la vista de todo el mundo: la inminente subida de los tipos de interés y la invasión de Ucrania por el Ejército ruso. La mayor parte de los demás riesgos de ese año vinieron como consecuencia de esos dos.

Después de la invasión de Ucrania la tendencia a subir del precio de las materias primas, que ya venía de atrás, se agudizó de manera drástica hasta llevar, en el caso del gas natural en el mercado europeo, a precios que cuadruplicaban los de finales de 2021.

Derivados de esa drástica subida de precio de las materias primas, vinieron dos acontecimientos que pasaron desapercibidos para el gran público, pero que pudieron haber supuesto problemas graves para las finanzas públicas y para los mercados. El primero de ellos, de entre los dignos de mención, fue la advertencia de varios de los principales traders (mercaderes) de materias primas (Trafigura, Vitol, etc.) de que quizás tendrían que recibir apoyo (por no decir rescate) de los Gobiernos, habida cuenta de las dificultades a las que se enfrentaban por la volatilidad extrema de los precios. Eso sucedía en marzo de 2022 con un efecto más visible: la quiebra del rey del acero inoxidable chino.

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Economía

Posteriormente, a finales de agosto, esa eventualidad de rescates gubernamentales se hizo realidad, pero no con carácter general para los traders de materias primas, sino específicamente para las compañías de gas y electricidad: diferentes Gobiernos tuvieron que aprobar en reuniones de emergencia (en Finlandia, por ejemplo, reuniéndose el Consejo de Ministros en un fin de semana) líneas de crédito para apoyar a algunas de esas empresas en riesgo de quiebra. Entre Alemania y Finlandia tuvieron que rescatar a una gran importadora de gas y productora de electricidad, Uniper. Francia tuvo que hacer algo similar, aunque a menor escala. El Banco Central Europeo (BCE) aconsejó a los Gobiernos de la eurozona que tuvieran aprobadas esas líneas de crédito por si acaso.

El siguiente sobresalto lo provocó la subida de tipos de interés: en el Reino Unido, en medio de una crisis política que les llevó a tener tres primeros ministros diferentes en menos de un mes, los fondos de pensiones británicos se enfrentaron a la posibilidad de quiebra como consecuencia de la operativa con derivados financieros que habían puesto en marcha para subir la rentabilidad que proporcionaban a sus clientes en el periodo de tipos de interés cero. Los mercados de deuda pública se alteraron mucho, aunque la cosa se quedó solo en un susto.

En paralelo, la política de COVID cero en China mantenía su economía en un grado de postración no visto desde la Gran Crisis financiera de 2008 (o la cambiaria de 2015) a la que solo el descontento popular terminó por finiquitar.

Todo ello aderezado por la subida imparable de los precios de consumo.

Ya en 2023, los siguientes peligros se focalizaron en EEUU, con la quiebra en cadena de varios de sus bancos regionales, un proceso que en algún momento pareció que iba a acabar con todos ellos, mientras en Suiza tenían que rescatar a Credit Suisse.

Recientemente ha estado planeando una vez más sobre las finanzas mundiales la sombra de un eventual default de la deuda pública de EEUU, un problema que los mercados no se han tomado esta vez demasiado en serio, convencidos como estaban de la inevitabilidad de un acuerdo in extremis entre republicanos y demócratas.

Recesión

Las (tres) reducciones de la producción de petróleo por la OPEP+ no asustan a nadie. ¿Es posible tan buena suerte cuando ni siquiera el que los tipos de interés suban de 0 a 5,25% en EEUU y de negativos a 3,75% en Europa ha sido capaz de provocar una recesión?

¡Ojalá!, pero seguimos incursos en otros peligros que se pueden avizorar.

Hay uno muy evidente, pero que ya no figura cotidianamente entre los que son portada de periódicos y telediarios: la guerra en Ucrania. Tras el pavor inicial a un holocausto nuclear se ha caído en el siesteo con el que se percibe esa guerra fuera de los lugares donde caen las bombas. Pero que no se piense en él no quiere decir que haya desaparecido.

A corto plazo acecha un nuevo peligro: la reducción del exceso de liquidez en los mercados monetarios de EEUU, que lo normal sería que arrastrase a las Bolsas a una fuerte caída. ¿Y cuál sería su causa? La avalancha de emisiones de deuda pública por valor de más de unbillón de dólares por parte del Tesoro de EEUU, que unidas al cobro de impuestos harán que ese exceso de liquidez pegue un bajón a lo largo de los próximos meses: piénsese que la cuenta general del Tesoro ha pasado de casi medio billón de dólares a cero en lo que va de año. Solo con que se reponga esa cantidad, la liquidez circulante se habrá reducido en ese medio billón.

Que la economía china no esté creciendo como se esperaba o que las manufacturas globales estén en recesión desde hace 10 meses completan un panorama de peligros que están a la vista. De los que permanecen ocultos poco se puede decir.

(*) Juan Ignacio Crespo es estadístico del Estado y analista financiero

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La supremacía de China en la producción de baterías de litio

Para 2030, China fabricará más del doble de las baterías que todos los demás países juntos

Por Pablo Deheza

/ 2 de junio de 2023 / 10:10

Es una de las competencias definitorias de nuestra era: los países capaces de fabricar las baterías para los autos eléctricos cosecharán décadas de ventajas económicas y geopolíticas. Hasta ahora, la única ganadora es China.

Recientemente los editores Agnes Chang y Keith Bradsher, editores del New York Times, se hicieron la siguiente pregunta: ¿El mundo puede fabricar baterías para autos eléctricos sin China? En la presente nota seguimos sus reflexiones al respecto.

A pesar de las inversiones multimillonarias de Occidente, China está tan adelantada (extrayendo minerales raros, capacitando ingenieros y construyendo inmensas gigafábricas) que el resto del mundo podría tardar décadas en alcanzarla. Incluso para 2030, China fabricará más del doble de las baterías que todos los demás países juntos, según estimados del grupo consultor Benchmark Minerals.

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Baterías de litio

Las empresas productoras de baterías de litio más grandes del mundo, con datos a 2022 provistos por Statista, son las siguientes: CATL, de China, con un 35% de participación en el mercado; LG Energy Solution, de Corea, con un 15,9%; BYD, de China, con un 11,1%; Panasonic, de Japón, con un 9,9%; SK On, de Corea, con un 6,6%; CALB, de China, con un 4,4%; Samsung SDI, de Corea, con un 3,8%.

Ahora bien, en cuanto a la capacidad instalada de manufactura de baterías de litio por país, China es la gran aventajada de acuerdo con las cifras hasta 2022. La potencia asiática concentra el 79% del total de la capacidad instalada mundial. Le siguen EEUU, con un 6,2% (menos de la décima parte de la que posee China); Hungría, con un 4%; Polonia, con un 3,1%; Corea del Sur con un 2,5%.

Pero la realidad en el detalle es mucho más explícita sobre el dominio chino. Veamos cómo este país controla cada paso de la producción de las baterías de iones de litio, desde la obtención de las materias primas hasta la fabricación de los autos, y por qué es probable que estas ventajas perduren.

Minado

Las empresas chinas tienen participaciones en productores en cinco continentes. Los autos eléctricos utilizan alrededor de seis veces más minerales raros que los convencionales debido a la batería y China decide quién recibe primero los minerales y a qué precio.

Aunque China tiene pocos yacimientos subterráneos de los ingredientes esenciales, la estrategia que ha seguido a largo plazo es pagar para tener acceso a un suministro barato y constante. Las empresas chinas, las cuales dependen de la ayuda estatal, adquirieron participaciones en empresas mineras en cinco continentes.

China posee la mayoría de las minas de cobalto del Congo, país con la mayor parte del suministro mundial de este escaso material necesario para el tipo más común de batería. Las empresas estadounidenses no han podido seguirle el paso e incluso les han vendido minas a sus pares chinas.

Como resultado, China controla el 41% de la extracción mundial de cobalto y la mayor parte de la de litio, el elemento que transporta la carga eléctrica de las baterías. El suministro mundial de níquel, manganeso y grafito es mucho mayor y las baterías solo utilizan una fracción. Sin embargo, el suministro constante de estos minerales le sigue dando una ventaja a China. Las inversiones de China en Indonesia le ayudarán a convertirse en el mayor controlador de níquel en 2027, según las proyecciones de la consultora CRU Group.

El grafito se extrae principalmente en China. Los productores estadounidenses sintetizan grafito a un costo mucho mayor. Los países occidentales también poseen minas en el extranjero e intentan alcanzar a China. No obstante, se han mostrado más reacios a invertir en países con gobiernos inestables o malas prácticas laborales. Además, han tardado en acelerar su propia producción.

Una nueva mina puede tardar más de 20 años en alcanzar su producción total. Aunque Estados Unidos está invirtiendo para explotar sus significativas reservas de litio, el proceso se ha topado con muchos problemas locales y ambientales.

Refinado

Independientemente de quién extraiga los minerales, casi todo se envía a China para ser refinado en materiales con la calidad necesaria para hacer baterías.

Una vez extraído del suelo, por lo general la mena se pulveriza y luego se trata con calor y productos químicos para aislar los compuestos minerales. El proceso es ineficiente: por cada medio kilogramo de polvo de cobalto refinado se generan unos 390 kilogramos de roca estéril.

El refinado necesita enormes cantidades de energía. Los minerales de las baterías requieren tres o cuatro veces más energía que el acero o el cobre. Por ejemplo, el tipo preferencial de litio necesita ser calentado, vaporizado y secado. Gracias al apoyo del gobierno con tierras y energía baratas, las empresas chinas han podido refinar minerales en mayor volumen y a un menor costo que todas las demás empresas. Esto ha provocado el cierre de refinerías en otros lugares.

El refinado también suele contaminar y las refinerías chinas se benefician de unas normas ambientales menos estrictas. El molido del grafito contamina el aire. Procesar el níquel genera residuos tóxicos, los cuales deben eliminarse en estructuras especiales en el océano o bajo tierra. Para los expertos, utilizar métodos más sostenibles para procesar los minerales de las baterías aumenta los costos.

En la actualidad, Estados Unidos tiene poca capacidad de procesamiento. Para construir una refinería se suelen necesitar de dos a cinco años. La capacitación de los trabajadores y el ajuste de los equipos pueden llevar más tiempo. En 2016, se aprobó la primera refinería de litio de Australia, la cual es propiedad parcial de entidades chinas, pero no logró producir litio con la calidad necesaria para las baterías hasta el año pasado.

Componentes

China se convirtió en el principal productor de baterías en parte porque descubrió cómo fabricar sus componentes de manera eficiente y a menor costo.

El componente más importante es el cátodo, el cual es el polo positivo de la pila. De todos los materiales de las pilas, los cátodos son los más difíciles de fabricar y los que requieren más energía. Hasta hace unos meses, el cátodo más común utilizaba una combinación de níquel, manganeso y cobalto, también conocidos como cátodos NMC. Esta fórmula permite que una batería almacene mucha electricidad en poco espacio, lo cual le brinda una mayor autonomía a un auto eléctrico.

China ha invertido en una alternativa más barata que ya se apoderó de la mitad del mercado de los cátodos. Conocidos como LFP (fosfato de hierro y litio), estos cátodos utilizan el hierro y el fosfato, los cuales gozan de una gran disponibilidad, en vez de níquel, manganeso y cobalto.

Para los países occidentales, el LFP es una oportunidad de sortear los cuellos de botella en el suministro de minerales. Sin embargo, China produce casi todo el LFP del mundo.

En la actualidad, Estados Unidos solo fabrica alrededor del 1% de los cátodos del mundo, todos ellos de NMC. Las empresas estadounidenses están interesadas en los LFP, pero deben asociarse con empresas chinas que tengan experiencia en su producción.

Ensamblado. China es el país con más autos eléctricos en circulación y casi todos utilizan baterías fabricadas en China. En 2015, Pekín promulgó políticas para bloquear a los rivales extranjeros y aumentar la demanda de los consumidores. Los fabricantes chinos de baterías como CATL y BYD crecieron a costa de sus competidores japoneses y surcoreanos y se convirtieron en los más grandes del mundo.

Ahora, ocho años después, el gobierno del presidente Joe Biden busca seguir una estrategia similar para fomentar el desarrollo de baterías en Estados Unidos. No obstante, en un negocio con enormes costos de capital y escasos márgenes de ganancias, las empresas chinas tienen una gran ventaja después de años de financiamiento estatal y experiencia.

El ensamblado de las baterías es complejo y técnico. Para fabricar una, los materiales del cátodo y el ánodo se adhieren a delgadas láminas metálicas de un grosor aproximado de una quinta parte del de un pelo humano. Luego se apilan con separadores, se humedecen con electrolitos y se enrollan. Todo el proceso debe realizarse en espacios donde se reduzcan al mínimo las partículas de aire y la humedad.

China puede construir fábricas de baterías por casi la mitad de costo que los países de Norteamérica o Europa, según Heiner Heimes, profesor de la Universidad RWTH de Aquisgrán en Alemania. Las principales razones: los costos de la mano de obra son más bajos y hay más fabricantes de equipos en China.

Los inversionistas estadounidenses siguen siendo precavidos a la hora de invertir en los vehículos eléctricos. Los autos tradicionales siguen siendo rentables, los trabajadores estadounidenses necesitan capacitarse en nuevas habilidades y los incentivos del gobierno estadounidense para ayudar a la industria de los vehículos eléctricos podrían desaparecer con el próximo ciclo electoral presidencial.

A pesar de las inversiones multimillonarias de Occidente, China está tan adelantada en la fabricación de baterías para autos eléctricos que el resto del mundo podría tardar décadas en alcanzarla.

(02/06/2023)

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La guía optimista para comprender la relación entre la IA y el trabajo

Si tomamos las decisiones correctas, crearemos nuevos tipos de empleo

Sarah Kessler, editora principal de Dealbook

Por Sarah Kessler

/ 2 de junio de 2023 / 09:59

Gran parte de la discusión se enfoca en cómo la tecnología va a acabar con ciertos empleos, pero no hay nada inevitable.

Es fácil temer que las máquinas estén tomando el control: empresas como IBM y la compañía británica de telecomunicaciones BT han mencionado a la inteligencia artificial como motivo para reducir el número de empleados, y nuevas herramientas como ChatGPT y DALL-E hacen posible que cualquiera comprenda las extraordinarias capacidades de la Inteligencia Artificial (IA). Un estudio reciente de investigadores de OpenAI (la empresa emergente responsable de ChatGPT) y la Universidad de Pensilvania concluyó que, para cerca del 80% de los trabajos, al menos el 10%  de las tareas podrían automatizarse mediante la tecnología que respalda ese tipo de herramientas.

“Con todas las personas que hablo, gente muy inteligente, médicos, abogados, directores ejecutivos y otros economistas, lo primero que les viene a la mente es cómo puede la inteligencia artificial generativa sustituir lo que hacen los humanos”, afirmó Erik Brynjolfsson, profesor del Stanford Institute for Human-Centered AI.

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Sin embargo, dijo, no es la única opción. “Algo que me gustaría que la gente hiciera más es pensar qué cosas nuevas se pueden hacer ahora que no se hayan hecho antes. Obviamente, esa es una pregunta mucho más difícil”. También es “donde está la mayor parte del valor”, añadió.

IA

Según Brynjolfsson y otros economistas, la forma en que los creadores de tecnología diseñen, los empresarios utilicen y los políticos regulen las herramientas de IA determinará en última instancia cómo afectará la IA generativa al empleo. Y no todas las alternativas son necesariamente sombrías para los trabajadores.

La IA puede complementar la mano de obra humana en vez de sustituirla. Por ejemplo, muchas empresas recurren a la IA para automatizar los centros de atención telefónica. Pero una empresa de Fortune 500 que suministra software empresarial ha usado en su lugar una herramienta como ChatGPT con el fin de dar a sus trabajadores sugerencias en vivo sobre cómo responder a los clientes. Brynjolfsson y sus coautores de un estudio compararon a los empleados del centro de llamadas que aprovecharon la herramienta con los que no. Descubrieron que la herramienta aumentó la productividad en un 14% en promedio y que la mayoría de las ganancias las obtuvieron los trabajadores poco calificados. La satisfacción del cliente también fue mayor y la rotación de personal menor en el grupo que utilizó la herramienta.

David Autor, catedrático de Economía del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por su sigla en inglés), afirmó que la IA posiblemente podría usarse para ofrecer “conocimientos técnicos a la carta” en trabajos como la asistencia de servicios de salud, el desarrollo de software, la abogacía y la reparación especializada. “Esto ofrece la oportunidad de que más trabajadores realicen un trabajo valioso que depende en parte de esos conocimientos”, afirmó.

Los trabajadores pueden centrarse en otras tareas. Según un análisis de James Bessen, investigador de la Facultad de Derecho de la Universidad de Boston, a medida que los cajeros automáticos fueron automatizando las tareas de entrega de efectivo y recepción de depósitos, aumentó el número de empleados bancarios. Esto se debió en parte a que, al requerir menos trabajadores, era más barato abrir sucursales bancarias y los bancos abrieron más. Pero los bancos también cambiaron la descripción del trabajo. Tras la masificación de los cajeros automáticos, los empleados se centraron menos en contar dinero y más en establecer relaciones con los clientes, a los que comenzaron a vender productos como tarjetas de crédito. Pocos trabajos pueden automatizarse completamente mediante IA generativa. Pero utilizar una herramienta de IA para algunas tareas puede liberar a los trabajadores y permitir que amplíen su trabajo hacia tareas que no pueden automatizarse.

La nueva tecnología puede dar lugar a nuevos empleos. La agricultura empleaba a casi el 42% de la población activa en 1900, pero, debido a la automatización y a los avances tecnológicos, en el año 2000 solo representó el 2%. La enorme reducción de puestos de trabajo en la agricultura no provocó un desempleo masivo. Al contrario, la tecnología creó muchos empleos nuevos. Un agricultor de principios del siglo XX no habría imaginado la codificación informática, la ingeniería genética o el transporte terrestre con camiones. En un análisis que utilizó datos del censo, Autor y sus colegas descubrieron que el 60% de las especialidades ocupacionales actuales no existían hace 80 años.

Por supuesto, no hay garantías de que los trabajadores estén calificados para los nuevos empleos ni de que sean buenos empleos. Y nada de esto ocurre porque sí, afirmó Daron Acemoglu, profesor de Economía del MIT y coautor de Power and Progress: Our 1,000-Year Struggle Over Technology & Prosperity.

“Si tomamos las decisiones correctas, crearemos nuevos tipos de empleo, algo crucial para el crecimiento salarial y también para aprovechar los beneficios de la productividad”, aseguró Acemoglu. “Pero si no tomamos las decisiones correctas, mucho menos de esto puede ocurrir”.

Las personas deben adaptarse continuamente al cambio y adquirir nuevas habilidades que sean relevantes en la economía impulsada por la IA. Es esencial invertir en capacitación y educación para mejorar la empleabilidad.

Las habilidades que destacan en los humanos, como la creatividad, el pensamiento crítico, la empatía y la resolución de problemas complejos, serán cada vez más valiosas en un entorno de IA. Fortalecer estas habilidades puede ayudar a preservar los puestos de trabajo.

La IA puede entenderse como una amenaza, pero es importante considerar que también se la puede ver como una herramienta que puede complementar el trabajo humano. Aprender a trabajar en colaboración con la IA puede ser beneficioso tanto para los trabajadores como para las empresas.

(*) Sarah Kessler es editora principal de Dealbook

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