La economía mundial se enfrenta a un horizonte complejo en 2025, caracterizado por una combinación de incertidumbre política, volatilidad macroeconómica y avances tecnológicos acelerados. Expertos de J.P. Morgan Research predicen que la transición hacia una nueva normalidad económica será desigual, con países que experimentarán ritmos de recuperación muy diferentes. Este escenario plantea importantes retos tanto para economías desarrolladas como emergentes.
Según los analistas, 2025 estará marcado por una persistente divergencia en las políticas monetarias, así como por el impacto continuo de tensiones geopolíticas y comerciales. Estados Unidos, con Donald Trump como presidente y centrado en políticas proteccionistas, podría seguir consolidando su posición como motor de crecimiento global. En tanto, Europa y los mercados emergentes enfrentarán mayores retos debido a su exposición a disrupciones comerciales y al fortalecimiento del dólar. A pesar de estas dificultades, sectores como tecnología y energías renovables podrían desempeñar un papel clave en la generación de nuevas oportunidades de inversión.
Los países de América del Sur, en particular, encaran un desafío significativo debido a su dependencia de las exportaciones de materias primas. Esto los hace particularmente vulnerables a las fluctuaciones en los mercados internacionales. Los gobiernos y las empresas sudamericanas deberán enfocarse en diversificar sus economías y atraer inversión extranjera directa para impulsar el crecimiento a mediano plazo.
1. Estados Unidos y su impacto global
El regreso de Donald Trump a la presidencia introduce un nivel significativo de incertidumbre en las políticas comerciales y fiscales globales. Hussein Malik, jefe de Investigación Global de J.P. Morgan, destaca que “los cambios en comercio, inmigración y regulaciones serán cruciales para la economía global”. Las tarifas propuestas por la administración podrían aumentar los costos de bienes importados, impactando tanto a consumidores como a productores en todo el mundo. Además, estas políticas podrían alterar significativamente las cadenas de suministro internacionales, generando una mayor volatilidad en los mercados financieros y en la economía real.
Los sectores tecnológico, automotriz y de manufactura podrían ser especialmente vulnerables a estas medidas. La incertidumbre política podría limitar la inversión extranjera directa y aumentar las tensiones comerciales con aliados y competidores. Para adaptarse, las empresas necesitarán implementar estrategias más flexibles y diversificar sus operaciones para mitigar riesgos.
2. Consecuencias de un dólar caro
La política monetaria seguirá siendo un factor determinante en 2025, con tasas de interés altas en Estados Unidos y otros mercados desarrollados. Bruce Kasman, economista jefe de J.P. Morgan, explica que “las tasas en Estados Unidos podrían mantenerse cerca del 4%, mientras que en Europa podrían descender a menos del 2%”. Este diferencial refleja ritmos desiguales en la recuperación económica y la lucha contra la inflación. La persistencia de tasas altas podría tener implicaciones significativas para sectores como la vivienda y la inversión empresarial, que dependen en gran medida del costo del crédito.
Los bancos también podrían enfrentar desafíos en su rentabilidad debido a menores volúmenes de crédito y cambios en las preferencias de los inversores. En este contexto, las estrategias de cobertura y la gestión activa de portafolios serán esenciales para mitigar los riesgos asociados.
3. Expansión de la IA
La inteligencia artificial (IA) continuará transformando la economía global en 2025. Dubravko Lakos-Bujas, estratega global de mercados, señala que “estamos viendo una ampliación significativa en la inversión en IA, liderada principalmente por Estados Unidos”. Esta tecnología está impulsando avances en automatización, análisis predictivo y eficiencia operativa en sectores clave como salud, manufactura y tecnología de la información. Además, la IA está redefiniendo las cadenas de valor globales, permitiendo a las empresas reducir costos y mejorar su competitividad.
Sin embargo, también plantea desafíos regulatorios y éticos, especialmente en cuanto al uso de datos y la automatización de empleos. La competencia por el liderazgo tecnológico entre potencias como Estados Unidos y China podría intensificarse, impactando no solo los mercados tecnológicos, sino también las relaciones geopolíticas. Las empresas que adopten estas innovaciones con rapidez podrán capitalizar nuevas oportunidades y liderar en un panorama competitivo en evolución.
4. Dispersión en los mercados de renta variable
La disparidad en los ciclos económicos globales generará una mayor dispersión en los mercados de renta variable. Dubravko Lakos-Bujas destaca que “esta dispersión creará un entorno más favorable para la gestión activa, después de varios trimestres de liderazgo bursátil estrecho”. Los mercados estadounidenses, liderados por la innovación tecnológica y una economía resiliente, podrían continuar superando a otras regiones.
En contraste, Europa enfrenta retos estructurales, mientras que los mercados emergentes deben lidiar con tasas de interés altas y un dólar fuerte. Esta divergencia también podría representar oportunidades significativas para inversores que busquen activos infravalorados o sectores con alto potencial de crecimiento. A medida que la política monetaria y comercial evoluciona, los inversores deberán ajustar sus estrategias para capitalizar la dispersión regional y sectorial, equilibrando riesgos y retornos potenciales.
5. Economía bajo riesgos geopolíticos
Los riesgos geopolíticos seguirán siendo un factor clave para los mercados en 2025. Meera Chandan, codirectora de estrategia global de divisas, señala que “las tensiones entre Estados Unidos y China, junto con el conflicto en Ucrania, continúan influyendo en la volatilidad del mercado”. Las posibles represalias comerciales, sanciones y restricciones tecnológicas podrían interrumpir las cadenas de suministro globales y afectar negativamente a sectores como tecnología y energía.
Además, la incertidumbre política podría impactar la confianza de los inversores y limitar el flujo de capital hacia regiones más vulnerables. Con todo, estos riesgos también podrían generar oportunidades para activos refugio como el oro y el franco suizo. Los inversores deberán monitorear de cerca los desarrollos geopolíticos y ajustar sus portafolios para mitigar posibles impactos adversos.
6. Desafíos para los mercados emergentes
Los mercados emergentes enfrentarán un panorama más desafiante en 2025, con un crecimiento proyectado de 3.4%, por debajo del 4.1% de 2024. Luis Oganes explica que “las tarifas impuestas por Estados Unidos y la desaceleración en China serán factores determinantes”. La depreciación de las monedas locales podría aumentar la inflación importada, limitando la capacidad de los bancos centrales para reducir tasas de interés.
Efectivamente, algunas economías, como las exportadoras de materias primas, podrían beneficiarse de precios altos en recursos clave. Las reformas estructurales en Argentina y Turquía, también podrían ofrecer oportunidades de inversión selectivas. En este entorno, la diversificación y un enfoque cauteloso serán esenciales para navegar los riesgos en busca de oportunidades.
7. El mercado de crédito apuntalará la economía
El mercado de crédito global seguirá siendo un pilar de estabilidad en 2025, según Stephen Dulake. “Los bajos niveles de apalancamiento y una fuerte demanda institucional respaldan un ecosistema crediticio robusto”, afirma. En Estados Unidos, los bonos corporativos podrían atraer un fuerte interés debido a su rentabilidad relativa frente a otros activos. Sin embargo, sectores expuestos a tasas altas podrían enfrentar dificultades para refinanciar deuda. En Europa, la incertidumbre política podría ejercer presión sobre los diferenciales de crédito, aunque se espera que el impacto sea limitado por una menor oferta neta y una demanda constante de inversores en busca de rendimiento.
8. Precios de la energía a la baja
El mercado de energía podría experimentar una caída en los precios en 2025 debido a un exceso de oferta, según Natasha Kaneva. “Esperamos que el Brent promedie $us 73 por barril, con una tendencia a la baja hacia finales de año”, afirma. La creciente producción no perteneciente a la OPEP podría presionar a la baja los precios, mientras que las políticas de Estados Unidos podrían centrarse en mantener los costos de energía bajos.
Esto beneficiaría a los consumidores, pero podría afectar la rentabilidad de los productores. Las energías renovables también podrían ganar terreno en la mezcla energética global, impulsadas por preocupaciones medioambientales y avances tecnológicos.
9. Metales preciosos al alza
Los metales preciosos seguirán siendo una opción atractiva para los inversores en 2025. Gregory Shearer proyecta que “el oro podría alcanzar los $us 3.000 por onza, mientras que la plata podría llegar a $us 38 por onza”. Estos activos se beneficiarán de la incertidumbre financiera, la inflación persistente y la volatilidad en otros mercados.
Además, la creciente demanda industrial de plata y platino podría respaldar sus precios. La diversificación en metales preciosos podría ser una estrategia efectiva para inversores que buscan proteger su capital en un entorno económico incierto.
10. Inflación y consecuencias en la economía
La inflación seguirá siendo un tema central en 2025, con trayectorias divergentes entre regiones. Bruce Kasman señala que “la desinflación en bienes ha terminado, y la inflación de servicios sigue siendo elevada”. En este contexto, los bancos centrales en economías desarrolladas mantendrán políticas restrictivas, mientras que algunos mercados emergentes podrían recortar tasas para estimular el crecimiento. Estas divergencias crearán oportunidades para estrategias de arbitraje y diversificación global. Los inversores deberán monitorear de cerca las señales de los bancos centrales y ajustar sus portafolios en consecuencia.
Así, en 2025 la economía global estará marcada por un entorno desafiante pero también presentará oportunidades. Los inversores necesitarán ser flexibles y estratégicos para llegar a buen puerto en el transcurso del año.