Transporte y transición energética en países emergentes
El sector del transporte por carretera representó el 50% de la demanda de petróleo en 2021
Imagen: ABC
En orden de avanzar hacia el cero de emisiones netas de carbono en 2025, se necesita que los sistemas de transporte terrestre en los países emergentes en desarrollo dejen atrás los combustibles fósiles. Los gobiernos jugarán un rol fundamental en la implementación de planes concretos para la descarbonización del sector.
El sector del transporte por carretera es la piedra angular de un desarrollo económico sólido. Un informe reciente de la Agencia Internacional de Energía (AIE) señala que el sector representa alrededor del 20% del consumo mundial de energía final y alrededor del 50% de la demanda de petróleo en 2021, con una demanda creciente. Factores como la actividad del transporte, los cambios entre modos de transporte, la eficiencia energética y el contenido de carbono de los combustibles determinan la demanda de energía y las emisiones de CO2 y la contaminación que genere la movilidad terrestre.
El informe de la AIE se centra en la situación de Brasil, República Popular China, India, Indonesia, México y Sudáfrica. Estos países representaron alrededor del 14% de la demanda mundial de energía para el transporte por carretera en 2000. En 2021, esta proporción subió al 27%. Su parque total de vehículos ascendía a unos 185 millones en 2000 y a finales de 2021 era de unos 1.000 millones, lo que supone un aumento de cinco veces. Esto se compara con un aumento de alrededor del 40% en el resto del mundo durante el mismo período. Con todo, a partir de los aprendizajes en estos países es posible encontrar elementos orientadores para el conjunto de las economías emergentes del orbe.
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Transporte en países emergentes
Se proyecta que el consumo total de combustible para el transporte por carretera en los países señalados aumentará a 725 millones de toneladas de equivalente de petróleo (Mtep) para 2050. La AIE prevé que el uso de combustibles fósiles alcanzará su punto máximo alrededor de 2030 y disminuirá posteriormente.
Se espera que las mejoras en la economía de combustible, junto con un mayor uso de electricidad y, en mucha menor medida, de hidrógeno, harán que el consumo de combustible disminuya a 500 Mtep para 2050, a pesar del aumento del número de flotas de vehículos. La electricidad deberá representar entonces más del 40% del consumo de energía del transporte a medida que se expande la flota de vehículos eléctricos, lo que destaca la importancia de descarbonizar la generación y modernizar las redes eléctricas.
Las emisiones globales de CO2 en el sector del transporte por carretera aumentaron casi un 40% entre 2000 y 2021, hasta casi 6 gigatoneladas (Gt) de CO2. Las mayores emisiones de vehículos ligeros y camiones en las economías emergentes seleccionadas representaron alrededor del 60% de este aumento, siendo India y China quienes aportaron la mayor parte. En estos países, las emisiones directas de CO2 del sector del transporte por carretera alcanzaron más de 1,5 Gt de CO2 en 2021 y seguirán aumentando hasta mediados de 2030 hasta un máximo de alrededor de 1,8 Gt CO2, disminuyendo posteriormente. El cálculo de la AIE es que en India y Brasil las emisiones disminuyan solo después de 2040, mientras que otros países tendrán sus emisiones relacionadas con el transporte por carretera estabilizadas más cerca de 2050, es el caso de Indonesia, México y Sudáfrica.
Transición
Si los compromisos actuales se cumplen, al menos el 70% del parque total de automóviles será eléctrico en todas las principales economías emergentes para 2050, excepto Brasil, con su mayor proporción de vehículos propulsados por biocombustibles. Las emisiones directas de los automóviles en algunas de las principales economías emergentes podrían reducirse a 140 Mt de CO2 para 2050, aproximadamente un 80% menos que en 2021.
El sector del transporte de mercancías por carretera se enfrenta a más dificultades para descarbonizarse. La expansión económica y el crecimiento demográfico no solo impulsarán la demanda de transporte de mercancías, sino que las opciones eléctricas o de pilas de combustible no siempre están disponibles o no son rentables. La AIE prevé que las emisiones de los camiones sigan aumentando hasta finales de esta década. El transporte pesado sigue siendo, con diferencia, el mayor emisor en el sector.
Los gobiernos desempeñan un papel vital a la hora de liderar las transiciones a energías limpias en el sector del transporte por carretera. Las principales economías emergentes tienen la oportunidad de superar los obsoletos modelos de transporte por carretera existentes implementando intervenciones específicas en políticas de transporte, aportando mayor claridad al proceso de toma de decisiones políticas y empoderando a las agencias implementadoras.
Inversiones
La AIE estima que la inversión anual promedio en el uso final del transporte por carretera debe alcanzar $us 110.000 millones en la segunda mitad de la década de 2020, con un 40% adicional necesario anualmente hasta 2050. La inversión anual deberá alcanzar $us 230.000 millones entre 2030 y 2050. Esta expansión requiere esfuerzos nacionales sustanciales para mejorar el entorno para la inversión en energía limpia, así como esfuerzos internacionales para aumentar la disponibilidad de capital para la movilidad con bajas emisiones de carbono en las economías emergentes.
La mayor parte de la inversión se producirá en China, pero se espera que la inversión crezca más rápidamente en otras importantes economías emergentes, en particular en India e Indonesia. El gasto anual en vehículos eléctricos en las principales economías emergentes debe aumentar a $us 90.000 millones en el período entre 2026 y 2030, y las políticas planificadas, si se implementan plenamente, generarían el 80% de esta inversión. Existe una brecha más amplia en el gasto en eficiencia energética, que debe duplicarse hacia 2030, pero parece que se mantendrá en los niveles actuales sin mayores esfuerzos políticos. A largo plazo, se prevé que el gasto en electrificación representará una proporción cada vez mayor de la inversión en transporte por carretera, mientras que la inversión en eficiencia energética disminuirá a medida que los vehículos convencionales con motor de combustión interna se vayan sustituyendo progresivamente por vehículos eléctricos.
Eléctricos
La transición del transporte por carretera también requiere inversión en infraestructura de carga pública y redes asociadas. Además, el gasto anual promedio en cargadores privados de vehículos eléctricos en las economías emergentes seleccionadas debe aumentar a casi $us 40.000 millones entre 2026 y 2030, en comparación con los menos de $us 1.000 millones anuales registrados entre 2016 y 2021.
La financiación limitada representa una barrera importante para las grandes inversiones en transporte por carretera en las economías emergentes. Los presupuestos ajustados del sector público, la falta de capital de los hogares, los sistemas bancarios poco profundos, la disponibilidad limitada de préstamos y los altos costos de capital obstaculizan el desarrollo del sector. El fortalecimiento de los bancos nacionales y las finanzas de los hogares, la eliminación de las distorsiones del mercado y el uso selectivo de empresas estatales para crear demanda son elementos clave para abordar los obstáculos financieros y canalizar las inversiones. Los instrumentos financieros internacionales, como la ayuda exterior para el desarrollo, el financiamiento climático, el financiamiento multilateral, así como el financiamiento combinado también pueden ayudar a superar las barreras financieras.
Políticas
Los gobiernos tienen a mano un gran conjunto de herramientas potenciales para descarbonizar el sector del transporte por carretera, y se necesitará una combinación de objetivos, políticas y regulaciones para alinear el transporte por carretera en las principales economías emergentes. Estas políticas darán forma al desarrollo tecnológico de diferentes sistemas de propulsión y modos de transporte e influirán en las decisiones de compra de los consumidores.
Una transición sólida del transporte por carretera requiere una estrategia global de descarbonización del transporte dentro de un plan nacional de transporte. El desarrollo de un plan nacional de transporte integral deberá involucrar a todas las partes interesadas clave para lograr aceptación. La Estrategia de Transporte Verde de Sudáfrica, por ejemplo, tiene como objetivo construir un sistema de transporte seguro, eficiente, confiable y asequible que apoye el desarrollo socioeconómico sostenible. En muchas de las principales economías emergentes, varias instituciones y agencias desempeñan funciones en el sector del transporte. Las transiciones en el sector del transporte por carretera también podrían reforzarse mediante la introducción de un precio del carbono, complementado con un apoyo específico a los hogares vulnerables y de bajos ingresos.
Dato
Se requiere políticas que incentiven el cambio de vehículos de propiedad privada al transporte público, tanto en zonas urbanas como rurales, para reducir la demanda de uso del automóvil y al mismo tiempo fomentar una movilidad más segura y reducir la congestión. El sistema de autobuses de tránsito rápido de Curitiba en Brasil y el sistema de autobuses de tránsito rápido TransJakarta en Indonesia son ejemplos exitosos. La electrificación de autobuses y trenes acelera la descarbonización del transporte público al tiempo que reduce la contaminación del aire. Los requisitos de contratación pública para vehículos de cero emisiones, los subsidios para la compra de autobuses eléctricos y las normas sobre CO2 pueden respaldar este cambio. Las medidas de transporte público deben respaldarse con iniciativas que fomenten y permitan la movilidad activa, como andar en bicicleta, caminar u otras medidas innovadoras para limitar el uso del transporte privado en automóvil para viajes de corta distancia. Colombia, por ejemplo, adoptó una ley en 2016 que incentiva fuertemente a los empleados a ir al trabajo en bicicleta, mientras que la Ciudad de México agregó alrededor de 50 kilómetros de carriles para bicicletas durante la pandemia y planea aumentar este tendido a 600 kilómetros para 2024.
Si bien los costos de los vehículos eléctricos y de las baterías han disminuido, los vehículos eléctricos siguen siendo mucho más caros que los modelos comparables con motores de combustión interna. Un número cada vez mayor de importantes economías emergentes está introduciendo o ampliando los subsidios a la compra. India amplió su programa emblemático FAME en 2019, mientras que China e Indonesia redujeron los impuestos a la compra de vehículos eléctricos. En China y partes de la India se han introducido medidas como carriles especiales, espacios de estacionamiento y zonas de cero emisiones para impulsar la demanda de vehículos eléctricos sin imponer costos significativos al Estado.
(01/09/2023)