Energías & Negocios

Thursday 16 Jan 2025 | Actualizado a 07:32 AM

Reciclaje de minerales críticos, clave para la sostenibilidad

América Latina debe mejorar en el reaprovechamiento de materiales electrónicos.

/ 23 de noviembre de 2024 / 20:32

El informe especial de la Agencia Internacional de Energía (AIE) titulado Reciclaje de Minerales Críticos (Recycling of Critical Minerals) destaca la importancia del reaprovechamiento como un pilar fundamental para garantizar la seguridad y sostenibilidad de las cadenas de suministro en la transición hacia un sistema energético limpio. Este análisis, encargado como parte de la agenda del G7 liderada por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia, pone en evidencia tanto las oportunidades como los desafíos asociados a esta actividad esencial.

La transición hacia tecnologías limpias, desde vehículos eléctricos (VE) hasta paneles solares, depende de minerales como el cobre, litio, níquel, cobalto y tierras raras. A diferencia de los combustibles fósiles, estos minerales no se consumen de manera irreversible y pueden ser recuperados y reintroducidos en la cadena de suministro mediante el reciclaje. Sin embargo, según la AIE, aunque el reciclaje no elimina la necesidad de nuevas minas, crea «una fuente secundaria de suministro valiosa» que reduce la dependencia de las operaciones mineras y refinerías.

El informe subraya que, en promedio, los materiales reciclados generan un 80% menos de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en comparación con los extraídos de minas, lo que también contribuye a mitigar los impactos ambientales y sociales asociados con la minería tradicional.

Desafíos y oportunidades

Los datos de la AIE revelan que, a pesar de los avances en infraestructura y políticas, el uso de materiales reciclados aún no ha alcanzado el ritmo necesario frente al aumento del consumo global. «En el caso del cobre, la proporción de suministro secundario en la demanda total cayó del 37% en 2015 al 33% en 2023», detalla el informe. Una tendencia similar se observa en el níquel, cuya participación reciclada descendió del 33% al 26% durante el mismo período.

No obstante, hay áreas de progreso significativo. Los metales de baterías, como el níquel, el cobalto y el litio, han mostrado un crecimiento notable en la producción reciclada, con tasas de recuperación que superaron el 40% para el níquel y el cobalto, y el 20% para el litio en 2023. Esto refleja un potencial inmenso si se implementan políticas adecuadas. «El mercado de estos metales reciclados experimentó un crecimiento de valor casi once veces mayor entre 2015 y 2023», destaca la AIE.

Beneficios económicos y energéticos

Una de las proyecciones más reveladoras del informe es que un escalamiento exitoso del reciclaje podría reducir la necesidad de nuevas actividades mineras en un 25% a un 40% para 2050, según el Escenario de Compromisos Anunciados (Announced Pledges Scenario o APS), que asume el cumplimiento de compromisos climáticos nacionales. Esto no solo aliviaría la presión sobre las fuentes primarias, sino que también significaría un ahorro estimado de $us 240.000 millones en inversiones mineras para alcanzar las metas climáticas de 2050.

Adicionalmente, la producción de minerales reciclados podría alcanzar un valor de mercado de $us 200.000 millones para mediados de siglo, lo que subraya su potencial como motor económico. Asimismo, el informe señala que los beneficios de seguridad energética son particularmente significativos para regiones con escasos recursos minerales y una alta adopción de tecnologías limpias, como Europa.

Políticas para más reciclado

Desde 2022, más de 30 nuevas políticas y regulaciones relacionadas con el reciclaje de minerales críticos han sido introducidas a nivel mundial, enfocándose en planes estratégicos, incentivos financieros y estándares de contenido reciclado. Sin embargo, la AIE advierte que «solo tres de las 22 regiones encuestadas cuentan con marcos integrales que incluyen metas claras, mecanismos de implementación y sistemas de monitoreo».

El informe también destaca la necesidad de abordar las disparidades regionales en las tasas de reciclaje. Mientras que en Europa y América del Norte las tasas de recolección de residuos electrónicos superan el 40%, en economías emergentes de Asia, América Latina y África apenas alcanzan el 5%.

Perspectivas del reciclaje

El reciclaje de baterías emerge como un área crucial para incrementar las tasas generales de reciclaje de minerales críticos. Según el informe, las baterías de vehículos eléctricos representan el mayor potencial de recuperación de materiales a partir de 2035, y se estima que podrían satisfacer entre el 20% y el 30% de la demanda global de litio, níquel y cobalto para 2050, dependiendo de mejoras en las tasas de recolección.

No obstante, el informe advierte sobre la lenta expansión de las cadenas de suministro intermedias, como los materiales catódicos, y señala que la capacidad de reciclaje proyectada para regiones como India cubrirá apenas el 10% de la demanda de materiales reciclables para 2040. Esto contrasta con China, que lidera la capacidad de reciclaje mundial con el 80% del total.

Reciclaje, medioambiente y sociedad

Aunque el reciclaje es una solución sostenible, no está exento de impactos. El informe señala que «una gestión inadecuada del reciclaje de baterías podría generar contaminación por residuos y emisiones perjudiciales». Asimismo, en algunas regiones, las prácticas de recolección informal exponen a los trabajadores a condiciones inseguras y trabajo infantil.

La AIE enfatiza la importancia de adoptar estándares internacionales de trazabilidad y mejores prácticas ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) para asegurar que los materiales reciclados sean producidos de manera responsable.

Llamado a la acción

El informe concluye con un llamado a la acción para fortalecer el reciclaje a nivel global. Entre las recomendaciones clave se encuentran: establecer hojas de ruta políticas a largo plazo con metas claras y mecanismos de monitoreo; armonizar las políticas de gestión de residuos y reciclaje para facilitar mercados secundarios eficientes; proveer apoyo financiero para innovación tecnológica e infraestructura; enfocarse en economías emergentes para mejorar las tasas de recolección y reciclaje.

En última instancia, el reciclaje de minerales críticos no es solo una solución para reducir la dependencia de la minería, sino un camino hacia un futuro más sostenible y seguro. Como afirma la AIE: «la adopción de un enfoque holístico que considere todo el ciclo de vida del producto es clave para construir cadenas de valor más sostenibles»

El reciclaje en Sudamérica

El reciclaje de minerales críticos, esenciales para la transición energética global, representa una oportunidad significativa para las economías emergentes de Sudamérica. Sin embargo, como señala el reciente informe especial de la Agencia Internacional de Energía, la región enfrenta grandes desafíos estructurales y de política pública que limitan su capacidad para aprovechar plenamente esta actividad.

En Sudamérica, las tasas de recolección de residuos electrónicos, una fuente clave de minerales críticos como el cobre y el litio, permanecen entre las más bajas del mundo. Según el informe, «las tasas de recolección en economías emergentes en Asia y América Latina son inferiores al 5%, y en África llegan apenas al 1%». Esto contrasta marcadamente con regiones avanzadas como Europa, donde la recolección de desechos electrónicos alcanza hasta el 50%.

Uno de los factores clave detrás de este rezago es la falta de infraestructura adecuada y políticas efectivas. «El desarrollo insuficiente de sistemas de reciclaje en economías emergentes perpetúa una alta dependencia de los vertederos y prácticas informales», advierte el informe. En este contexto, gran parte del material reciclable termina siendo descartado o manejado de manera ineficiente, lo que no solo representa una pérdida económica sino también un impacto ambiental significativo.

La oportunidad del litio

El litio, apodado «el oro blanco», ocupa un lugar especial en la región debido a los vastos recursos en el Triángulo del Litio, que incluye a Argentina, Bolivia y Chile. Sin embargo, el reciclaje de este mineral clave para baterías de vehículos eléctricos todavía está en sus primeras etapas. «Actualmente, la capacidad de reciclaje de baterías en Sudamérica es limitada, y la mayor parte de los materiales se exporta para su procesamiento en otros países», señala el informe.

Según indica la AIE, el reciclaje de baterías podría cubrir entre el 20% y el 30% de la demanda global de litio para 2050, pero esto depende de la implementación de políticas que fortalezcan la infraestructura local de reciclaje. «La inversión en capacidades domésticas podría transformar el rol de la región, no solo como proveedor de materia prima, sino también como líder en la economía circular», sugiere el organismo energético.

Políticas y cooperación

A pesar de los desafíos, hay un creciente reconocimiento de la importancia del reciclaje en las agendas políticas de la región. «El desarrollo de marcos regulatorios sólidos, incluyendo metas de recolección obligatorias y estándares de contenido reciclado, es esencial para incentivar la industria», afirma el informe. La cooperación internacional también puede desempeñar un papel sustancial. Iniciativas de transferencia tecnológica y formación de capacidades podrían ayudar a las economías emergentes a cerrar la brecha con los países avanzados.

Asimismo, el informe subraya la necesidad de abordar los problemas sociales y ambientales asociados con el reciclaje informal, una práctica común en Sudamérica. «El trabajo infantil y las condiciones laborales inseguras persisten en muchas operaciones de recolección informal, lo que exige intervenciones regulatorias inmediatas», advierte la AIE.

El reciclaje de minerales críticos en Sudamérica no solo puede mitigar los riesgos ambientales y económicos de la minería, sino también posicionar a la región como un actor clave en la transición energética global. Para lograrlo, es indispensable invertir, implementar políticas y atraer la cooperación internacional. «Maximizar el potencial del reciclaje requiere un enfoque integral que combine desarrollo tecnológico, estrategias regulatorias y un fuerte compromiso con la sostenibilidad», concluye el informe de la AIE.

Datos sobre Bolivia: Industriales recolectaron más de 300 toneladas de materiales reciclables en 2023

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Criptomonedas: Bolivia da el salto digital y va por más en 2025

En menos de un año, más de 250.000 bolivianos han ingresado al mercado de activos virtuales, posicionando al país entre los más dinámicos de la región

/ 11 de enero de 2025 / 23:50

La adopción de criptomonedas y activos virtuales ha experimentado un crecimiento sin precedentes a nivel global, y Bolivia no ha quedado al margen de esta revolución financiera digital. Tras la histórica decisión del Banco Central de Bolivia (BCB) de habilitar las operaciones con criptoactivos en junio de 2024, el país ha registrado un notable incremento en el volumen de transacciones y en el número de usuarios que participan en este mercado emergente, marcando un punto de inflexión en la modernización del sistema financiero nacional.

Los datos del Banco Central de Bolivia (BCB) son contundentes: en apenas un año, entre 2023 y 2024, el valor de los criptoactivos en manos de bolivianos alcanzó los $us 3.000 millones, con más de 250.000 personas participando activamente en este mercado. Este crecimiento exponencial, que ha superado el 142% en montos transados, posiciona a Bolivia en el puesto 12 entre los países latinoamericanos con mayor valor en activos digitales, evidenciando la rápida adaptación del mercado nacional a estas nuevas herramientas financieras.

Para profundizar en este fenómeno y entender mejor sus implicaciones, conversamos con Dante Rivadeneira, reconocido consultor en innovación y transformación digital. Su experiencia en el sector y su comprensión tanto de los aspectos técnicos como de los cambios culturales que implica la adopción de criptomonedas, nos permite obtener una visión integral del presente y futuro de los activos virtuales en Bolivia, así como los desafíos y oportunidades que presenta esta nueva era financiera.

¿Cómo está el panorama de las criptomonedas en Bolivia iniciando 2025? 

Como panorama general, tanto a nivel transaccional como de volúmenes operados en el país, la perspectiva es optimista, ya que continuará creciendo tanto el número de operaciones como el valor de las mismas.

La anulación de la prohibición de las transacciones de activos virtuales que realizó el BCB en julio del año pasado ha sido un hito relevante para que el mundo de las criptomonedas en Bolivia despegue. El número y volumen de transacciones ha crecido significativamente. Según el Banco Central, hasta octubre-noviembre del año pasado, se realizaron transacciones en las plataformas de criptomonedas por más de 121 millones de dólares, una cifra importante que seguirá incrementándose. Más allá del crecimiento orgánico en el sector privado, también aumentará de manera relevante a nivel de las operaciones que realicen las instituciones gubernamentales.

El nuevo Presupuesto General del Estado para 2025 ha abierto la posibilidad para que las instituciones gubernamentales realicen transacciones en criptoactivos, específicamente en stablecoins como USDC o USDT. Esto apalancará el número de transacciones y su valor durante este año, lo cual incrementa el optimismo sobre el volumen transaccionado y las capacidades transaccionales de criptomonedas en el país.

¿Cuáles son actualmente las herramientas preferidas en Bolivia por los usuarios para acceder a transacciones con monedas digitales?

Hay que separar las plataformas donde se negocian activos virtuales de las transacciones que se dan en el sistema financiero nacional. Binance parece ser la plataforma preferida. Según el Banco Central, en octubre del año pasado se realizaron transacciones por un valor aproximado de 24 millones de dólares en Binance, mientras que en el sistema financiero nacional se realizaron operaciones por casi 3 millones de dólares. La diferencia es de 8 a 1, lo que demuestra que la preferencia de las personas se inclina hacia las plataformas virtuales.

Prácticamente todas las plataformas están fuera de Bolivia, pero el manejo de las operaciones a nivel del sistema financiero nacional se da en parte. También se procesan pagos como mecanismos relacionados a las transacciones que se realizan en las plataformas. Esos 3 millones no necesariamente representan pagos realizados en el sistema financiero nacional, sino que reflejan parte de los pagos efectuados en las plataformas virtuales no establecidas en Bolivia.

¿Cómo ha cambiado la actitud y la cultura de la gente respecto al uso de las criptomonedas?

Las transacciones con criptomonedas requieren cierto nivel de experticia. Actualmente estamos en una primera fase de las transacciones más básicas, relacionadas con la comercialización de las llamadas stablecoins, criptomonedas que reflejan el valor del dólar. Ha habido avances significativos en el incremento de la cultura que requieren las personas para ingresar a este mundo de las criptomonedas.

Sin embargo, aunque los avances son significativos, todavía no son suficientes. Es necesario continuar trabajando. El BCB y algunos bancos privados han realizado capacitaciones, y desde el sector privado, los grupos relacionados al mundo blockchain y criptomonedas también han contribuido significativamente. No obstante, aún queda camino por recorrer si nos comparamos con países que ya han adoptado estas tecnologías y que nunca tuvieron una prohibición.

Esto se refleja en los volúmenes transaccionados y en la cantidad de operaciones con criptomonedas. Para dimensionarlo: el valor de las transacciones realizadas hasta octubre del año pasado no alcanza ni el 0.1% del valor de las transacciones del sistema de pagos minorista del país. Aún falta mucho camino para que el valor transado en el mercado de criptomonedas se acerque al resto de operaciones minoristas formales que se realizan en el país.

¿Cómo es la situación de las criptomonedas en Bolivia en relación con las experiencias de los países vecinos y en el contexto regional?

Los años de prohibición nos han causado un retraso en comparación con otros países de Latinoamérica, donde el valor de las transacciones y el mercado de las criptomonedas es mucho más amplio. Alcanzar niveles similares, incluso en términos relativos, tomará tiempo.

Aunque nuestra economía no es tan grande como la de otras países de la región, especialmente Brasil o México, estamos avanzando. Sin embargo, el rezago se nota no solo en términos de valor y número de transacciones, sino también en la oferta y tipo de operaciones que aún nos falta abordar en el mundo cripto. No se trata únicamente de comprar y vender criptomonedas en un mercado que convierta entre monedas fiat y cripto, sino también de otros tipos de operaciones más avanzadas, como las que se realizan en el mundo DeFi (finanzas descentralizadas) con instrumentos financieros más sofisticados, que en otros países ya son transacciones usuales.

¿Cuáles serían los principales servicios u otras facilidades relacionadas con las criptomonedas hacia los cuales el país podría orientarse en el futuro próximo?

Existen varios desafíos para ampliar los tipos de transacciones. Un aspecto fundamental relacionado con la tecnología base de las criptomonedas es la tokenización de activos. Este nuevo mundo que se abre a través de las criptomonedas permite tokenizar activos reales, principalmente físicos. La tokenización nos abre posibilidades como la tokenización de acciones, la realización de ICOs (ofertas iniciales de criptomonedas) y la tokenización de otros activos, tanto digitales como físicos, que se puedan transaccionar.

También existen otros tipos de mecanismos y transacciones, a veces muy especulativos, dirigidos a un sector más reducido con mayor educación o conocimiento especializado. La especialización en varios mecanismos se irá desarrollando gradual y paulatinamente en el país.

Un tema importante es la evolución de la regulación. Si bien existe un segmento de cripto-adoptantes que prefieren ninguna o mínima regulación, en la mayoría de los países esta se ha ido implementando, por lo que es casi inevitable. Es importante observar cómo la regulación acompañará este desarrollo, si reprimirá o promoverá el mercado relacionado con los criptoactivos.

¿Podrías desarrollar el concepto de la tokenización para nuestros lectores?

Bien, la tokenización es un proceso mediante el cual el valor de un activo se refleja en tokens digitales, es decir, fragmentos digitales que reflejan su valor real. Este valor del mundo real se traslada al mundo digital. Por ejemplo, se podría tokenizar el valor de un inmueble, y esta tokenización podría facilitar su transacción, aunque estaría sujeto a un registro físico vinculado al mundo real.

Esto permitiría, por ejemplo, vender un proyecto inmobiliario en fracciones más pequeñas de valor, facilitando las transacciones inmobiliarias. Es un proceso de llevar valores del mundo físico al mundo digital en forma de tokens, lo cual es posible gracias a la tecnología blockchain. Un papel relevante lo juegan las circunstancias en las que se pueden transaccionar estos valores tokenizados.

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El oro cede, pero se mantiene cómodo arriba de $us 2.600

Los analistas esperan que los bancos centrales de alrededor del mundo continúen comprando oro en 2025, impulsando la demanda.

/ 4 de enero de 2025 / 21:46

En el inicio de 2025, el mercado del oro ha mostrado señales mixtas en medio de una coyuntura marcada por tensiones geopolíticas, datos económicos inciertos y transiciones políticas significativas. El precio del metal precioso, que cerró 2024 con un impresionante aumento del 27%, enfrenta ahora una oscilación entre la presión bajista y los factores de apoyo.

El lingote cayó un 0,3% el pasado viernes, ubicándose en $us 2.654 la onza, después de haber mostrado un avance inicial en el primer día de negociación del año. Los inversores mantienen la atención en los datos manufactureros de EEUU, que podrían ofrecer pistas sobre la trayectoria de la Reserva Federal (Fed) en cuanto a flexibilización monetaria. En paralelo, la plata, el paladio y el platino han registrado ganancias, mientras que el índice Bloomberg Dollar Spot disminuyó un 0,1%.

Las tensiones geopolíticas también han influido en la cotización del oro. Dos ataques mortales en Estados Unidos generaron preocupaciones sobre la seguridad interna antes de la toma de posesión de Donald Trump el 20 de enero. Además, se conoció que el presidente Joe Biden discutió planes de contingencia para atacar instalaciones nucleares de Irán si se observan avances significativos hacia el desarrollo de armas atómicas. Estas discusiones, junto con el conflicto prolongado entre Rusia y Ucrania y los ataques recientes en Gaza, han intensificado la demanda de activos refugio.

Políticas monetarias

El desempeño del oro está estrechamente vinculado a las decisiones de la Reserva Federal. En 2024, los recortes de tasas estimularon las compras de lingotes, llevando el metal a su mejor rendimiento anual desde 2010. Sin embargo, el presidente del Banco de la Reserva Federal de Richmond, Tom Barkin, recordó el último viernes que las tasas de interés se han reducido un punto porcentual en el último año, dejando la tasa de fondos federales entre el 4,25% y el 4,5%. La inflación parece estabilizarse en torno al objetivo de la Fed del 2%, lo que podría reducir la necesidad de recortes adicionales.

En China, la posible recuperación económica tras un crecimiento mínimo en la actividad manufacturera podría influir en la demanda de metales preciosos. El Banco Popular de China prevé recortes de tipos de interés para 2025, mientras que el presidente Xi Jinping reafirmó su compromiso de priorizar el crecimiento económico con políticas más proactivas. Los mercados seguirán de cerca los efectos de estas medidas en la demanda de oro y plata.

Previsiones y desafíos para el oro

Los analistas de metales anticipan que los precios del oro podrían aumentar más lentamente este año, ya que factores como el crecimiento económico global y la inflación podrían moderar su desempeño. El Consejo Mundial del Oro indicó que prevé que los bancos centrales continúen con compras récord en 2025, lo que podría sostener los precios del lingote.

No obstante, el metal enfrenta desafíos significativos. La fortaleza del dólar estadounidense limita su potencial alcista, encareciendo las compras para inversores que utilizan otras monedas. Además, los analistas advierten que planes arancelarios del presidente entrante Donald Trump pueden alterar el comercio global y las cadenas de suministro, introduciendo nuevas variables en el mercado del oro.

Tendencias y expectativas

En el corto plazo, el oro muestra un sesgo alcista tras superar las medias móviles exponenciales de nueve y catorce días. Con un índice de fuerza relativa de 14 días por encima de 50, los analistas observan un posible movimiento hacia el nivel de $us 2.700. Sin embargo, el soporte técnico clave se ubica en $us 2.600.

El desempeño de otros metales también está bajo la lupa. La plata, que se negocia en torno a $us 29,60 por onza, ha ganado impulso gracias a su doble rol como activo refugio y metal industrial. Su demanda podría crecer a medida que la economía china se recupere, mientras que las tensiones en Medio Oriente continúan impulsando las compras.

La incertidumbre global y las transiciones políticas seguirán marcando el rumbo del oro en 2025. Los inversores esperan con ansias los datos económicos de EEUU y las políticas monetarias de la Fed para tomar decisiones informadas. Mientras tanto, el metal precioso continuará navegando entre las corrientes de apoyo y presión, consolidándose como un barómetro clave de la confianza del mercado y la estabilidad global en tiempos turbulentos.

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Los diez factores clave para la economía mundial en 2025

Las decisiones que vaya a tomar el gobierno de Trump, la inflación y un dólar caro seguirán afectando al orbe.

/ 4 de enero de 2025 / 21:34

La economía mundial se enfrenta a un horizonte complejo en 2025, caracterizado por una combinación de incertidumbre política, volatilidad macroeconómica y avances tecnológicos acelerados. Expertos de J.P. Morgan Research predicen que la transición hacia una nueva normalidad económica será desigual, con países que experimentarán ritmos de recuperación muy diferentes. Este escenario plantea importantes retos tanto para economías desarrolladas como emergentes.

Según los analistas, 2025 estará marcado por una persistente divergencia en las políticas monetarias, así como por el impacto continuo de tensiones geopolíticas y comerciales. Estados Unidos, con Donald Trump como presidente y centrado en políticas proteccionistas, podría seguir consolidando su posición como motor de crecimiento global. En tanto, Europa y los mercados emergentes enfrentarán mayores retos debido a su exposición a disrupciones comerciales y al fortalecimiento del dólar. A pesar de estas dificultades, sectores como tecnología y energías renovables podrían desempeñar un papel clave en la generación de nuevas oportunidades de inversión.

Los países de América del Sur, en particular, encaran un desafío significativo debido a su dependencia de las exportaciones de materias primas. Esto los hace particularmente vulnerables a las fluctuaciones en los mercados internacionales. Los gobiernos y las empresas sudamericanas deberán enfocarse en diversificar sus economías y atraer inversión extranjera directa para impulsar el crecimiento a mediano plazo.

1.         Estados Unidos y su impacto global

El regreso de Donald Trump a la presidencia introduce un nivel significativo de incertidumbre en las políticas comerciales y fiscales globales. Hussein Malik, jefe de Investigación Global de J.P. Morgan, destaca que “los cambios en comercio, inmigración y regulaciones serán cruciales para la economía global”. Las tarifas propuestas por la administración podrían aumentar los costos de bienes importados, impactando tanto a consumidores como a productores en todo el mundo. Además, estas políticas podrían alterar significativamente las cadenas de suministro internacionales, generando una mayor volatilidad en los mercados financieros y en la economía real.

Los sectores tecnológico, automotriz y de manufactura podrían ser especialmente vulnerables a estas medidas. La incertidumbre política podría limitar la inversión extranjera directa y aumentar las tensiones comerciales con aliados y competidores. Para adaptarse, las empresas necesitarán implementar estrategias más flexibles y diversificar sus operaciones para mitigar riesgos.

2.         Consecuencias de un dólar caro

La política monetaria seguirá siendo un factor determinante en 2025, con tasas de interés altas en Estados Unidos y otros mercados desarrollados. Bruce Kasman, economista jefe de J.P. Morgan, explica que “las tasas en Estados Unidos podrían mantenerse cerca del 4%, mientras que en Europa podrían descender a menos del 2%”. Este diferencial refleja ritmos desiguales en la recuperación económica y la lucha contra la inflación. La persistencia de tasas altas podría tener implicaciones significativas para sectores como la vivienda y la inversión empresarial, que dependen en gran medida del costo del crédito.

Los bancos también podrían enfrentar desafíos en su rentabilidad debido a menores volúmenes de crédito y cambios en las preferencias de los inversores. En este contexto, las estrategias de cobertura y la gestión activa de portafolios serán esenciales para mitigar los riesgos asociados.

3.         Expansión de la IA

La inteligencia artificial (IA) continuará transformando la economía global en 2025. Dubravko Lakos-Bujas, estratega global de mercados, señala que “estamos viendo una ampliación significativa en la inversión en IA, liderada principalmente por Estados Unidos”. Esta tecnología está impulsando avances en automatización, análisis predictivo y eficiencia operativa en sectores clave como salud, manufactura y tecnología de la información. Además, la IA está redefiniendo las cadenas de valor globales, permitiendo a las empresas reducir costos y mejorar su competitividad.

Sin embargo, también plantea desafíos regulatorios y éticos, especialmente en cuanto al uso de datos y la automatización de empleos. La competencia por el liderazgo tecnológico entre potencias como Estados Unidos y China podría intensificarse, impactando no solo los mercados tecnológicos, sino también las relaciones geopolíticas. Las empresas que adopten estas innovaciones con rapidez podrán capitalizar nuevas oportunidades y liderar en un panorama competitivo en evolución.

4.         Dispersión en los mercados de renta variable

La disparidad en los ciclos económicos globales generará una mayor dispersión en los mercados de renta variable. Dubravko Lakos-Bujas destaca que “esta dispersión creará un entorno más favorable para la gestión activa, después de varios trimestres de liderazgo bursátil estrecho”. Los mercados estadounidenses, liderados por la innovación tecnológica y una economía resiliente, podrían continuar superando a otras regiones.

En contraste, Europa enfrenta retos estructurales, mientras que los mercados emergentes deben lidiar con tasas de interés altas y un dólar fuerte. Esta divergencia también podría representar oportunidades significativas para inversores que busquen activos infravalorados o sectores con alto potencial de crecimiento. A medida que la política monetaria y comercial evoluciona, los inversores deberán ajustar sus estrategias para capitalizar la dispersión regional y sectorial, equilibrando riesgos y retornos potenciales.

5.         Economía bajo riesgos geopolíticos

Los riesgos geopolíticos seguirán siendo un factor clave para los mercados en 2025. Meera Chandan, codirectora de estrategia global de divisas, señala que “las tensiones entre Estados Unidos y China, junto con el conflicto en Ucrania, continúan influyendo en la volatilidad del mercado”. Las posibles represalias comerciales, sanciones y restricciones tecnológicas podrían interrumpir las cadenas de suministro globales y afectar negativamente a sectores como tecnología y energía.

Además, la incertidumbre política podría impactar la confianza de los inversores y limitar el flujo de capital hacia regiones más vulnerables. Con todo, estos riesgos también podrían generar oportunidades para activos refugio como el oro y el franco suizo. Los inversores deberán monitorear de cerca los desarrollos geopolíticos y ajustar sus portafolios para mitigar posibles impactos adversos.

6.         Desafíos para los mercados emergentes

Los mercados emergentes enfrentarán un panorama más desafiante en 2025, con un crecimiento proyectado de 3.4%, por debajo del 4.1% de 2024. Luis Oganes explica que “las tarifas impuestas por Estados Unidos y la desaceleración en China serán factores determinantes”. La depreciación de las monedas locales podría aumentar la inflación importada, limitando la capacidad de los bancos centrales para reducir tasas de interés.

Efectivamente, algunas economías, como las exportadoras de materias primas, podrían beneficiarse de precios altos en recursos clave. Las reformas estructurales en Argentina y Turquía, también podrían ofrecer oportunidades de inversión selectivas. En este entorno, la diversificación y un enfoque cauteloso serán esenciales para navegar los riesgos en busca de oportunidades.

7.         El mercado de crédito apuntalará la economía

El mercado de crédito global seguirá siendo un pilar de estabilidad en 2025, según Stephen Dulake. “Los bajos niveles de apalancamiento y una fuerte demanda institucional respaldan un ecosistema crediticio robusto”, afirma. En Estados Unidos, los bonos corporativos podrían atraer un fuerte interés debido a su rentabilidad relativa frente a otros activos. Sin embargo, sectores expuestos a tasas altas podrían enfrentar dificultades para refinanciar deuda. En Europa, la incertidumbre política podría ejercer presión sobre los diferenciales de crédito, aunque se espera que el impacto sea limitado por una menor oferta neta y una demanda constante de inversores en busca de rendimiento.

8.         Precios de la energía a la baja

El mercado de energía podría experimentar una caída en los precios en 2025 debido a un exceso de oferta, según Natasha Kaneva. “Esperamos que el Brent promedie $us 73 por barril, con una tendencia a la baja hacia finales de año”, afirma. La creciente producción no perteneciente a la OPEP podría presionar a la baja los precios, mientras que las políticas de Estados Unidos podrían centrarse en mantener los costos de energía bajos.

Esto beneficiaría a los consumidores, pero podría afectar la rentabilidad de los productores. Las energías renovables también podrían ganar terreno en la mezcla energética global, impulsadas por preocupaciones medioambientales y avances tecnológicos.

9.         Metales preciosos al alza

Los metales preciosos seguirán siendo una opción atractiva para los inversores en 2025. Gregory Shearer proyecta que “el oro podría alcanzar los $us 3.000 por onza, mientras que la plata podría llegar a $us 38 por onza”. Estos activos se beneficiarán de la incertidumbre financiera, la inflación persistente y la volatilidad en otros mercados.

Además, la creciente demanda industrial de plata y platino podría respaldar sus precios. La diversificación en metales preciosos podría ser una estrategia efectiva para inversores que buscan proteger su capital en un entorno económico incierto.

10.       Inflación y consecuencias en la economía

La inflación seguirá siendo un tema central en 2025, con trayectorias divergentes entre regiones. Bruce Kasman señala que “la desinflación en bienes ha terminado, y la inflación de servicios sigue siendo elevada”. En este contexto, los bancos centrales en economías desarrolladas mantendrán políticas restrictivas, mientras que algunos mercados emergentes podrían recortar tasas para estimular el crecimiento. Estas divergencias crearán oportunidades para estrategias de arbitraje y diversificación global. Los inversores deberán monitorear de cerca las señales de los bancos centrales y ajustar sus portafolios en consecuencia.

Así, en 2025 la economía global estará marcada por un entorno desafiante pero también presentará oportunidades. Los inversores necesitarán ser flexibles y estratégicos para llegar a buen puerto en el transcurso del año.

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El oro en 2025: ¿camino a $us 3.000 la onza?

Las tensiones geopolíticas, las dudas sobre el dólar y la persistente inflación continuarán impulsando al metal precioso.

/ 28 de diciembre de 2024 / 20:11

El oro cerró 2024 con un rendimiento impresionante del 26% anual, consolidándose como un activo clave en un entorno de alta volatilidad económica. Aunque enfrentó algunos retrocesos hacia finales del año, las proyecciones para 2025 mantienen una expectativa optimista, con un posible repunte hacia los $us 3.000 la onza. A continuación, exploramos los factores que respaldan esta previsión y el contexto que ha moldeado el mercado del oro en los últimos meses.

2024, una montaña rusa

El año 2024 fue testigo de un comportamiento dinámico del oro. Tras alcanzar niveles históricos impulsados por la flexibilización monetaria en Estados Unidos y la demanda de refugio seguro, el metal precioso enfrentó una corrección hacia el cierre del año. Terminó cotizando cerca de $us 2.612 por onza, afectado por un dólar más fuerte y altos rendimientos de bonos.

“El oro se estabilizó durante las escasas operaciones navideñas, pero un dólar más fuerte todavía pesa sobre el mercado”, destacó Pranav Mer, analista de JM Financial Services Ltd. La fortaleza del dólar, reforzada por políticas monetarias restrictivas, encareció el oro para compradores internacionales, limitando su atractivo en los últimos meses.

Durante el año, el comportamiento del metal fue impulsado por expectativas de recortes en las tasas de interés por parte de los principales bancos centrales. Pero, también enfrentó obstáculos. La Reserva Federal de Estados Unidos adoptó una postura cautelosa hacia finales de 2024, destacando la persistencia de riesgos inflacionarios. “Es probable que la política monetaria siga siendo restrictiva a principios de 2025”, según el informe de City Index, una consultora financiera internacional. Esto limitará el impacto positivo que podría esperarse en el corto plazo.

Factores que impulsan al oro

A pesar de los vientos en contra, varios factores podrían impulsar al oro hacia los $us 3.000 por onza en 2025. Entre los principales, se puede citar los siguientes:

Primero, correcciones en los precios. Las correcciones observadas a finales de 2024 podrían atraer a inversores a largo plazo y cazadores de gangas, estabilizando el mercado y generando un terreno sólido para un nuevo repunte. Históricamente, estas caídas han servido como oportunidades de entrada para quienes buscan refugio en activos seguros.

Segundo, reanudación de compras por parte de los países. Los bancos centrales, que desaceleraron sus compras durante los picos de precios en 2024, podrían reactivar sus adquisiciones si se produce una corrección significativa en los precios, brindando un soporte clave al mercado.

Tercero, posible debilitamiento del dólar. La reelección de Donald Trump podría marcar el fin del “comercio Trump”, caracterizado por un dólar fuerte y altos rendimientos de bonos. Si el dólar se debilita, como se espera en algunos escenarios, el oro sería más accesible para compradores internacionales, estimulando la demanda.

Cuarto, inflación persistente. Aunque se espera una moderación de las presiones inflacionarias, estas seguirán erosionando el poder adquisitivo de las monedas fiduciarias, consolidando el estatus del oro como una reserva de valor confiable.

Un contexto volátil

El informe “Perspectivas Fundamentales del Oro” de City Index subraya también el impacto de los riesgos geopolíticos. Las tensiones en Oriente Medio, posibles guerras comerciales y una economía global en constante cambio podrían actuar como catalizadores para un aumento en la demanda de activos refugio como el oro.

Sin embargo, también existen retos importantes en los mercados clave de consumo de oro: China e India. En China, la depreciación del yuan y una recuperación económica lenta han limitado la asequibilidad del metal precioso.

“La reciente caída del yuan a sus niveles más bajos desde la pandemia de Covid-19 ha impactado la demanda, particularmente antes del Festival de Primavera”, indica el informe de City Index. En India, la devaluación de la rupia y altos precios del oro denominados en dólares han erosionado el poder adquisitivo de los consumidores, afectando principalmente a los hogares de ingresos medios que constituyen un segmento clave del mercado.

Proyecciones del oro para 2025

A medida que avanzamos hacia 2025, las expectativas para el oro permanecen optimistas. “Las correcciones o consolidaciones en la primera parte del año podrían sentar las bases para un nuevo repunte”, afirma City Index en su reporte. Los inversores que buscan proteger su riqueza frente a la incertidumbre global podrían encontrar en el oro una opción atractiva, mientras que los bancos centrales podrían desempeñar un papel clave en estabilizar los precios.

Además, un posible debilitamiento del dólar podría actuar como un catalizador importante. La demanda adicional podría provenir de un resurgimiento en las compras de joyería, inversiones y reservas oficiales en mercados emergentes. Aunque los retos macroeconómicos no deben subestimarse, el oro está bien posicionado para capitalizar cualquier aumento en la incertidumbre global.

El camino hacia una onza de oro cotizando a $us 3.000 está lleno de retos, pero también de oportunidades. Con un desempeño sólido en 2024 y un panorama macroeconómico que favorece su demanda, el oro podría superar las expectativas y consolidarse como el activo refugio por excelencia en 2025.

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2025, el año en que Trump impactará en la región

Un reciente análisis de la EIU anticipa que el nuevo gobierno estadounidense apostará por influir más en la región.

/ 28 de diciembre de 2024 / 20:00

El segundo mandato de Donald Trump jugará un papel determinante en la región, con repercusiones en el comercio, las inversiones y las políticas climáticas. Un reciente informe de la Economist Intelligence Unit (EIU) ofrece una visión integral sobre los desafíos y oportunidades que enfrentará América Latina en 2025. Según el análisis,

El informe titulado «Latin America Outlook 2025» subraya que «las políticas de Estados Unidos bajo la administración Trump presentarán significativos desafíos para muchas economías de América Latina». México será uno de los países más afectados, enfrentando «una avalancha de amenazas arancelarias» y presiones para restringir la inversión china, así como para reducir el déficit comercial bilateral. Además, el futuro del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que será revisado en 2026, genera incertidumbre adicional.

Trump y los Estados Unidos

Según el informe, «la incertidumbre creciente sobre las relaciones entre Estados Unidos y México pesará en el sentimiento inversor, ya debilitado por las controvertidas reformas constitucionales en México». Por otro lado, los países que dependen de las remesas también enfrentarán retos, ya que «los planes de deportación de Trump deprimen los flujos de remesas a largo plazo».

La dependencia de las exportaciones hacia Estados Unidos también pone en una situación vulnerable a gran parte de la región, sobre todo en Centroamérica. En 2023, países como México, Nicaragua, Guatemala y Costa Rica exportaron entre el 45% y el 83% de sus bienes a Estados Unidos. El reporte indica que buena parte de los países de América Latina “dependen de Estados Unidos como su principal mercado de exportación».

Infraestructura

No todo es pesimismo. Fiona Mackie, directora regional para América Latina y el Caribe en la EIU, afirma que «habrá oportunidades para los inversores en 2025 en infraestructura. Los formuladores de políticas de la región tratarán de abordar una de las principales debilidades del entorno empresarial». China jugará un rol crucial, con «dos tercios de los países de la región formando parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta».

Un ejemplo destacado es el puerto de Chancay en Perú, que se convertirá en un centro de comercio entre China y Sudamérica. El informe menciona que este proyecto «tambien motivará a los gobiernos vecinos a acelerar proyectos de infraestructura que los conecten con Chancay». No obstante, el informe advierte que «la creciente participación directa de empresas chinas en la región podría convertirse en un punto de tensión en las relaciones entre América Latina y Estados Unidos».

Minerales Críticos

El sector de minerales críticos, especialmente el litio, tendrá un desempeño condicionado por las políticas climáticas globales. El informe destaca que «la victoria de Trump le dará la capacidad de diluir los compromisos climáticos de Estados Unidos, retirándose de marcos internacionales y debilitando la legislación doméstica». Esta situación podría reducir la demanda de minerales clave para la producción de vehículos eléctricos.

Sin embargo, «la Unión Europea y China compensarán en parte la pérdida del liderazgo estadounidense en la lucha contra el cambio climático». Dentro del triángulo del litio (Argentina, Bolivia y Chile), el informe prevé que «el entorno empresarial para los mineros en Argentina mejorará más que en otros países». A pesar de ello, los riesgos regulatorios y políticos seguirán siendo factores críticos para los inversores.

Bonos ESG

En el ámbito financiero, el fortalecimiento del dólar estadounidense y los mayores costos de financiamiento representarán «vientos en contra para la región». Sin embargo, se espera que las tasas de interés en Estados Unidos y otros países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) disminuyan en 2025. Esto favorecerá contar con condiciones más favorables para la emisión de bonos soberanos en América Latina.

Según el informe, «habrá oportunidades para los emisores de bonos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), liderados principalmente por Brasil, México, Chile y Colombia». Los países más pequeños también podrían incursionar en este mercado, aprovechando la creciente demanda de instrumentos financieros sostenibles. «Esperamos que, a pesar de la volatilidad en el sentimiento de riesgo hacia los mercados emergentes, haya suficientes oportunidades para que los emisores latinoamericanos aprovechen los mercados de bonos con éxito», afirma el informe.

Trump impactará en la región

Así, el panorama económico para América Latina en 2025 será complejo y estará marcado por los efectos de las políticas de la administración Trump. Sin embargo, también surgirán oportunidades significativas en sectores como la infraestructura y los bonos ESG. La clave para la región será equilibrar la atracción de inversión extranjera con la gestión de tensiones geopolíticas y riesgos internos. Como destaca Fiona Mackie, «la región tiene el potencial de superar estos desafíos si logra abordar sus debilidades estructurales».

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