Energías & Negocios

Tuesday 18 Feb 2025 | Actualizado a 16:57 PM

CONECTA busca revolucionar el comercio digital en Bolivia

Una starup liderada por un joven de 24 años busca unir al vendedor digital con el cliente en persona.

/ 14 de diciembre de 2024 / 19:59

En el panorama del emprendimiento boliviano, emerge CONECTA, una propuesta innovadora que promete transformar radicalmente el desempeño de los vendedores digitales. Mauricio Collao, un joven de 24 años graduado de la Universidad Privada Boliviana, ha concebido esta plataforma. La misma construye un puente estratégico entre el mundo digital y el físico.

La génesis del proyecto surge de una comprensión sensible de las limitaciones estructurales del comercio digital contemporáneo. «Hoy en día muchas personas compran y venden por TikTok, Facebook y WhatsApp. Las redes sociales han facilitado el acceso al comercio digital. Pero, así como las barreras de entrada para promocionar productos son muy bajas, también lo es la seguridad para el comprador. Muchas veces éste no sabe si el producto o incluso el vendedor es real», explica Collao.

El diagnóstico inicial reveló múltiples problemáticas: compradores escépticos que desconfían de las compras en línea; vendedores sin infraestructura para atender clientes; y transacciones que preferentemente buscan concretarse de manera presencial. Esta realidad generaba un círculo vicioso que limitaba el crecimiento de los emprendimientos digitales.

El objetivo de CONECTA

«La falta de confianza, la logística complicada, citarse en lugares públicos, estar ahí físicamente todo el día, no poder realizar entregas lejos de tu zona y los costos elevados de optar por una tienda física como solución. Estas situaciones me hicieron pensar que en Bolivia parte del crecimiento del sector informal se debe a que no hay servicios que proporcionen una infraestructura que se ajuste al presupuesto del vendedor», detalla el emprendedor.

CONECTA surge entonces como una solución integral. El modelo de negocio contempla un espacio físico que funciona como una galería para vendedores digitales, donde los productos pueden ser exhibidos, tocados y experimentados por los potenciales compradores. «Me di cuenta de que el mundo digital es increíble, pero le faltaba un puente físico. Los emprendedores necesitan un lugar donde sus clientes puedan ver y tocar los productos antes de comprarlos», argumenta Collao.

La selección de emprendedores en CONECTA responde a criterios rigurosos. La plataforma no solo evalúa la calidad de los productos, sino también la rotación de inventario, la demanda del mercado y los valores del emprendedor. «Nos aseguramos de que los productos sean de buena calidad y que los emprendedores estén comprometidos con ofrecer un buen servicio al cliente», señala.

El impacto de CONECTA se mide a través de indicadores precisos. La plataforma analiza el crecimiento de ventas, la satisfacción de clientes, la optimización logística y el feedback de los participantes. «Si están vendiendo más, es una señal de que estamos haciendo bien las cosas», asevera Collao con seguridad.

Futuro

La visión a futuro es ambiciosa y estratégica. «Queremos que CONECTA se convierta en un referente para todos los emprendedores digitales en Bolivia, y ojalá más allá de nuestras fronteras», expresa el fundador. El objetivo fundamental es generar casos de éxito que demuestren cómo emprendimientos pequeños pueden transformarse en empresas generadoras de empleo y dinamismo económico.

La tecnología juega un papel fundamental en esta propuesta. «Estamos buscando cómo integrar aún más tecnología, para que la experiencia de compra y venta sea lo más fluida y fácil posible», explica Collao. La plataforma contempla además servicios complementarios como asesoría personalizada, eventos de networking y expansión de categorías de productos.

Para otros emprendedores, Mauricio tiene consejos concretos: «No tengan miedo de probar cosas nuevas. La combinación de lo físico y lo digital puede ser muy poderosa si se sabe cómo manejarla». Enfatiza la importancia de conocer profundamente al cliente, no subestimar la logística y mantener una escucha activa del feedback.

CONECTA representa más que una plataforma de ventas: es un modelo de transformación económica que busca democratizar las oportunidades comerciales en Bolivia. Al conectar personas, productos y sueños emprendedores, Mauricio Collao está escribiendo un nuevo capítulo en la historia del emprendimiento digital del país.

Su proyecto no solo mitiga los riesgos del comercio digital, sino que genera un ecosistema de confianza donde pequeños vendedores pueden proyectar sus negocios más allá de las limitaciones tradicionales.

CONECTA se ubica en el Edificio Taborga 1, entre calles Capitán Ravelo y Zapata, en pleno centro de la capital paceña.

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Transición energética, ¿una opción real para Bolivia?

A dos meses de publicarse "Geopolítica de la Transición Energética", el debate sobre el futuro energético de Bolivia continúa vigente.

/ 16 de febrero de 2025 / 00:00

A dos meses de la publicación del libro Geopolítica de la Transición Energética, el debate sobre el futuro energético de Bolivia sigue más vigente que nunca. En un contexto de crisis climática y agotamiento de los recursos naturales, esta obra ha impulsado una discusión fundamental sobre la viabilidad de la transición hacia energías renovables en el país. ZBasado en datos y experiencias internacionales, el libro analiza los principales desafíos y estrategias necesarias para llevar a cabo un cambio estructural en el modelo energético, abriendo el camino para un debate informado y orientado a la acción.

La transición energética, entendida como la búsqueda de cambio de la matriz energética desde fósiles a renovables, es uno de los procesos más ambiciosos y necesarios del siglo XXI. Su objetivo más visible es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y así combatir el cambio climático. El punto central de este proceso es el avance tecnológico.

Expertos y expertas en el tema afirman que las gigantescas cantidades de energía que se necesitan diariamente para mantener el modus vivendi de la humanidad pueden ser provistas por una cantidad creciente de fuentes renovables y sostenibles, lo cual hace posible unir dos variables previamente irreconciliables: crecimiento y sostenibilidad.

Desde un punto de vista técnico, la transición energética es una respuesta directa al cambio climático y sus impactos devastadores en el planeta. Su objetivo principal es reducir la dependencia global de los combustibles fósiles, responsables de gran parte de las emisiones de carbono, que son los principales causantes del aumento de la temperatura en el planeta. Para lograrlo, líderes de diferentes países alrededor del mundo están apostando por energías renovables como la solar, la eólica y la hidroeléctrica, acompañadas por el desarrollo de tecnologías que permitan una mayor eficiencia energética. La transición también incluye cambios estructurales en los sistemas de transporte, la creación de redes eléctricas inteligentes y la promoción de la economía circular. Aunque los beneficios ambientales de este cambio son claros, es necesario resaltar que es un proceso costoso y complejo que requiere inversiones muy grandes y acompañamiento de los estados con políticas claras.

Desde la perspectiva de los países en desarrollo, este proceso plantea una interrogante central: ¿es la transición energética una verdadera oportunidad o simplemente otro proceso guiado por los países industrializados, cargado de retos y desigualdades? ¿Es esta una opción real para Bolivia?

En este contexto, los países en desarrollo enfrentan un dilema: sumarse a esta transición o quedarse rezagados en un mundo que avanza hacia nuevas formas de producción y consumo energético. Aquí se puede mencionar a Maristela Svampa y el artículo que publicó en la revista Nueva Sociedad a fines del año pasado, introduciendo su concepto de «consenso de la descarbonización», actualizando su concepto de «consenso de los commodities» popularizado hace ya una década. Bajo este nuevo concepto, Svampa enfatiza que este proceso de descarbonización de las economías está liderado por los países industrializados y el mayor riesgo para el Sur Global es sumarse a esta revolución del capital del siglo XXI, nuevamente bajo condiciones adversas.

Específicamente, si bien la descarbonización tiene un objetivo noble, también está acompañada de una nueva extracción masiva de recursos minerales críticos, como litio, cobalto, magnesio, manganeso, germanio, silicio, etc., indispensables para las tecnologías verdes. Esto implica una doble presión para los países en desarrollo: por un lado, adoptar medidas de sostenibilidad impuestas externamente, y por otro, lidiar con los impactos sociales y ambientales de una nueva ola extractivista. En este escenario, la transición energética se convierte en una espada de doble filo: mientras ofrece beneficios potenciales como ingresos y desarrollo tecnológico, también plantea riesgos significativos de dependencia y despojo.

Esta publicación nos ayuda con el análisis de las implicancias de la transición energética para Bolivia, un país que posee enormes reservas de litio, un recurso clave para esta nueva era. Identifica los riesgos de mantener el modelo extractivista y las barreras estructurales, como la falta de infraestructura y financiamiento, que obstaculizan la transición hacia energías renovables como la solar, eólica e hidroeléctrica. Más allá del diagnóstico, es necesario proponer estrategias concretas para una transición energética efectiva e inclusiva, destacando la necesidad de incentivar la inversión en energías limpias, modernizar la infraestructura eléctrica y fortalecer políticas de eficiencia energética. Además, es importante desarrollar tecnologías locales y capacitar profesionales en el sector.

La FES contribuye nuevamente al debate público con este tema de relevancia. Aunque presenta muchos desafíos, también ofrece oportunidades únicas para redefinir el papel del país en la economía global. Sin embargo, para que Bolivia pueda aprovechar estas oportunidades, es fundamental que se desarrollen políticas públicas integrales y sostenibles que consideren tanto los beneficios como los riesgos de este proceso. La transición energética no debe ser vista como un destino impuesto, sino como una oportunidad para construir un futuro más justo y sostenible para todos los y las bolivianas.

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Del auge al declive: la certificación de las reservas de gas

El economista Rolando Morales analiza la evolución de las reservas hidrocarburíferas del país.

/ 15 de febrero de 2025 / 23:55

El gas boliviano ha sido un recurso estratégico y un pilar fundamental para el desarrollo del país. Sin embargo, la estimación y certificación de las reservas de gas han sido temas controvertidos, especialmente en lo que respecta a la validez de las cifras y su relación con los contextos políticos y económicos. El economista Rolando Morales, en su libro en elaboración, «Bolivia en el primer cuarto del Siglo XXI», aborda esta problemática con detalle. El experto ofrece una visión crítica sobre las fluctuaciones en las estimaciones de las reservas de gas y las implicaciones que estas tienen para el país.

Antes de adentrarnos en el caso boliviano, es fundamental entender la diferencia entre recursos y reservas. Según un reporte del Servicio geológico de Estados Unidos, los recursos son concentraciones de materiales naturales (sólidos, líquidos o gaseosos) en la corteza terrestre que pueden ser extraídos en el presente o en el futuro. Estos recursos se dividen en identificados (cuya ubicación, calidad y cantidad son conocidas o estimadas) y no descubiertos (cuya existencia se infiere a partir de conocimientos geológicos).

Por otro lado, las reservas son la porción de los recursos identificados que pueden ser extraídos de manera económica y legal en el momento de su determinación. En otras palabras, las reservas son aquellos recursos que, además de ser técnicamente viables de extraer, son rentables bajo las condiciones económicas y regulatorias actuales. Esta distinción es crucial, ya que no todos los recursos pueden convertirse en reservas, y la certificación de estas últimas es un proceso técnico y económico que requiere de auditorías independientes.

La certificación: un proceso técnico y político

La certificación de reservas es un proceso mediante el cual una empresa independiente valida la cantidad de recursos que pueden ser considerados como reservas. Este proceso es fundamental para la industria de hidrocarburos, ya que las reservas certificadas son la base sobre la cual se toman decisiones de inversión, se planifica la producción y se evalúa el potencial económico de un país. Sin embargo, como señala Morales, este proceso no está exento de controversias, especialmente en un contexto político y económico volátil como el de Bolivia.

Morales destaca que Bolivia ha contratado a varias empresas internacionales para certificar sus reservas de gas a lo largo de los años. Entre ellas, Degoyler and Macnaughton fue la encargada de realizar las certificaciones entre 1997 y 2005. Posteriormente, otras empresas como Ryder Scott, GLJ Petroleum Consultants y Sproule emitieron sus propias estimaciones. Sin embargo, como señala Morales, «es muy difícil explicar estos saltos tan importantes en las estimaciones de las reservas de gas, lo que da lugar a algunas preguntas que por el momento no tienen respuesta».

Las fluctuaciones en las estimaciones de reservas

Uno de los aspectos más llamativos que Morales resalta es la drástica fluctuación en las estimaciones de las reservas de gas en Bolivia. Según los datos presentados en el Cuadro 1, las reservas probadas de gas (P1) pasaron de 3.6 TCF (trillones de pies cúbicos) en 1997 a un máximo de 28.7 TCF en 2003, para luego caer abruptamente a 9.94 TCF en 2009 y mantenerse en torno a los 10 TCF en los años siguientes.

Morales explica que «hay un salto hacia arriba muy importante en el año 2000 que, según los exégetas de Sánchez de Lozada, se debería al descubrimiento de nuevas reservas gracias a los contratos que firmó». En esos años, se alimentó la idea de que Bolivia era «un mar de gas» y se llegó a considerar la exportación de gas incluso a California, vía Chile. Sin embargo, a partir de 2006, las reservas probadas comenzaron a disminuir drásticamente, lo que llevó a especulaciones sobre la validez de las estimaciones anteriores.

Cuadro 1

Las hipótesis detrás de las fluctuaciones

Morales plantea tres hipótesis para explicar estas fluctuaciones:

En primer lugar, un error sistemático o falsificación de información. «Una hipótesis posible es que la empresa Degoyler and Macnaughton se haya equivocado sistemáticamente durante varios años o que haya falseado la información», indica. Si esta hipótesis fuera cierta, Bolivia debería exigir una indemnización a la empresa.

En segundo lugar, la validez de las certificaciones anteriores. «Una segunda hipótesis es que las certificaciones que hizo Degoyler and Macnaughton son correctas y las que las invalidaron desde el año 2006 están equivocadas». Sin embargo, Morales señala que la caída en la producción de gas desde 2016 no favorece esta hipótesis.

En tercer lugar, la influencia de intereses políticos y económicos. «Una tercera hipótesis es que las empresas certificadoras hayan basado sus informes en la información proporcionada por las empresas interesadas en los hidrocarburos más que en trabajos de orden técnico-científico», asevera. En este caso, las certificaciones reflejarían los intereses de las empresas más que la realidad técnica.

La importancia de la certificación de reservas

La certificación de reservas no solo es un proceso técnico, sino que tiene implicaciones económicas y políticas profundas. Como se menciona en el documento UCAM.pdf, «las reservas de petróleo y gas son uno de los elementos clave de la industria internacional del petróleo». Las reservas certificadas son la base sobre la cual las empresas y los gobiernos toman decisiones de inversión, planifican la producción y evalúan el potencial económico de un país.

En el caso de Bolivia, las reservas de gas han sido un pilar fundamental de su economía. Sin embargo, como señala Morales, «Bolivia hizo inversiones millonarias en el sector hidrocarburos, la mayor parte de ellas serían inútiles si son correctas las últimas estimaciones de reservas de gas». Esto subraya la importancia de contar con estimaciones precisas y confiables, ya que las decisiones de inversión y las políticas públicas dependen en gran medida de estas cifras.

Cuadro 2

Presente

Actualmente, la estatal de hidrocarburos, Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YPFB), recibió dos ofertas para cuantificar y certificar las reservas de gas natural y líquidos de hidrocarburos al 31 de diciembre de 2024, según informa el portal Bnaméricas.

Las empresas que se presentaron para el contrato a 145 días son GEA ARG y DeGolyer & MacNaughton. El ganador cuantificará los volúmenes técnicos recuperables, realizará una evaluación económica y entregará proyecciones de producción. Los trabajos se centrarán en 60 campos de gas natural y 24 de petróleo.

Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) muestran que la producción de crudo sufrió una baja interanual de 11,5 % entre enero y noviembre de 2024, a 7 millones de barriles. La producción de gas declinó 11% a 10.962 millones de metros cúbicos.

La necesidad de transparencia y precisión

La historia de las reservas de gas en Bolivia, tal como la relata Morales, es un recordatorio de la importancia de la transparencia y la precisión en la certificación de reservas. Las fluctuaciones en las estimaciones no solo han generado incertidumbre, sino que también han tenido un impacto significativo en la economía del país. Como concluye Morales, «elucidar estos temas es importante para entender lo que pasó durante este periodo y para proyectar el futuro».

En un mundo donde los recursos naturales son cada vez más escasos y valiosos, la certificación de reservas debe ser un proceso riguroso y transparente, libre de influencias políticas o económicas. Solo así se podrá garantizar que las decisiones de inversión y las políticas públicas estén basadas en datos confiables y precisos, lo que es esencial para el desarrollo sostenible de cualquier país.

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Trump, el regreso del proteccionismo y su impacto en el orbe

El economista Alberto Bonadona analiza las medidas del segundo gobierno de Trump y su incidencia en el comercio mundial.

/ 15 de febrero de 2025 / 23:45

En un giro radical respecto a décadas de políticas comerciales orientadas a la liberalización y la globalización, la administración del presidente estadounidense Donald Trump ha implementado una serie de medidas proteccionistas que han sacudido los cimientos del comercio internacional. Estas decisiones, que incluyen la imposición de aranceles del 25% al acero y al aluminio, no solo han afectado a países como Argentina y Colombia, sino que también han generado un clima de incertidumbre y tensiones geopolíticas a nivel global. En una entrevista exclusiva, el economista Alberto Bonadona compartió su perspectiva sobre estas políticas y sus implicaciones para América Latina y el mundo.

El proteccionismo de Trump: una provocación al mundo

Bonadona no duda en calificar las políticas comerciales de Trump como una «provocación al mundo entero». Según el analista, estas medidas representan un quiebre con más de 70 años de esfuerzos por reducir las barreras comerciales y fomentar un flujo más libre de bienes y servicios. «No es vía el proteccionismo que en esta época se puede crecer los países industrializados», afirma el economista, quien considera que estas políticas son contrarias a los principios que históricamente han impulsado el crecimiento económico global.

El experto señala que, si bien el proteccionismo puede tener cierto sentido en países en desarrollo que buscan proteger industrias incipientes, en el caso de Estados Unidos, una economía altamente desarrollada, estas medidas carecen de justificación. «Un país como Estados Unidos que ponga estos aranceles simplemente significa una provocación a otros países que van a retaliar estas medidas, como ya se está dando, y además generando efectos muy negativos al interior de su propia economía», explica Bonadona.

Impacto en América Latina: entre la retaliación y la adaptación

América Latina, una región que históricamente ha visto a Estados Unidos como su principal socio comercial, se encuentra en una encrucijada frente a estas políticas proteccionistas. Bonadona destaca que, si bien países pequeños como Bolivia, Paraguay y Ecuador pueden verse menos afectados debido a su menor volumen de exportaciones hacia Estados Unidos, economías más grandes como México, Colombia y Argentina enfrentan desafíos significativos.

«Colombia tiene el 30% de sus exportaciones en café, y si le ponen un arancel a ese café, pues la verdad que pueden hundir a esa economía o generarle una gran recesión», advierte Bonadona. En el caso de México, el impacto podría ser aún más severo, dada la estrecha relación comercial que mantiene con su vecino del norte. «Si hace esas medidas, pues ahí incluso el daño para México puede ser mayor, pero también se va a ver afectada la economía estadounidense», agrega.

China: el gran beneficiario del proteccionismo de Trump

Frente a este escenario, Bonadona considera que China emerge como el gran beneficiario de las políticas proteccionistas de Trump. «Lo que está haciendo Estados Unidos es empujar a todos a un mayor comercio con China», afirma el analista. Esta tendencia ya se está manifestando en América Latina, donde países como Perú están fortaleciendo sus lazos comerciales con el gigante asiático, especialmente a través de proyectos estratégicos como el puerto de Chancay.

Bonadona también destaca la habilidad del gigante asiático para sortear las barreras arancelarias impuestas por Estados Unidos. «China lo que ha estado haciendo es producir en otros países, por decir, Indonesia, Vietnam, y a partir de ahí exportar como productos originarios de esos países y sigue exportando a Estados Unidos», explica. Esta estrategia no solo permite a China mantener su acceso al mercado estadounidense, sino que también refuerza su posición como líder global en el comercio internacional.

Implicaciones para la inflación y la competitividad de Estados Unidos

Uno de los aspectos más preocupantes de las políticas proteccionistas de Trump es su potencial impacto sobre la inflación en Estados Unidos. Bonadona señala que, lejos de favorecer a la economía estadounidense, estas medidas podrían generar presiones inflacionarias. «Yo creo que sí favorece a mayor inflación, porque en primer lugar lo que ha hecho es que el dólar ahora, y con todas las medidas que se está tomando, si bien va a caer y eso puede favorecerle a Estados Unidos, pero sin embargo los productos norteamericanos, a pesar de tener ahora aranceles, no son más baratos porque no hay mayor competitividad», explica.

Además, el analista critica la falta de enfoque en la productividad y la competitividad como motores del crecimiento económico. «Estados Unidos es una economía súper desarrollada y en general sus productos no necesitan protección, sino lo que necesitan es mayor productividad, es crecer en competitividad, pero haciendo que sus costos bajen», afirma Bonadona. En este sentido, las políticas de expulsión de inmigrantes, que podrían encarecer la mano de obra, solo agravarían los desafíos que enfrenta la economía estadounidense.

¿Hacia una nueva guerra comercial?

Las tensiones comerciales desatadas por las políticas de Trump han llevado a muchos a especular sobre la posibilidad de una nueva guerra comercial a escala global. Bonadona advierte que, si bien los países latinoamericanos podrían verse obligados a tomar medidas recíprocas, la situación es más compleja para las economías más grandes. «Países pequeños como nosotros, el nuestro, mayormente no le afecta porque actualmente nuestro comercio, si bien tiene cierta importancia con Estados Unidos, no es nuestro primer socio comercial», explica.

Sin embargo, para países como México y Colombia, el panorama es más sombrío. «Si llegan a ponerle un arancel a toda la producción cafetalera, como en algún momento se anunció en contra de Colombia, pues Colombia tiene el 30% de las exportaciones es café, y si le ponen un arancel a ese café, pues la verdad que pueden hundir a esa economía o generarle una gran recesión», señala Bonadona.

Un mundo en transición

En definitiva, las políticas proteccionistas de Trump representan un punto de inflexión en el comercio internacional. Como bien señala Bonadona, estas medidas no solo han generado tensiones geopolíticas, sino que también han acelerado el desplazamiento del centro de gravedad económico hacia Asia, particularmente hacia China. «Al final el perjudicado va a ser los Estados Unidos y se beneficiará China, incluso en cuanto al liderazgo mundial políticamente hablando», concluye el analista.

América Latina se encuentra en una posición delicada, obligada a adaptarse a un nuevo orden económico global en el que Estados Unidos ya no es el único actor dominante. La capacidad de los países de la región para diversificar sus socios comerciales y fortalecer sus lazos con economías emergentes será clave para navegar este escenario incierto y volátil.

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Un poquito de extractivismo, por favor

El verdadero problema no radica en la abundancia de recursos naturales sino en el rentismo estatal, sostiene el autor.

/ 8 de febrero de 2025 / 23:42

Con bastante premura, hemos entrado ya en el período electoral que culminará el 17 de agosto de 2025 con la elección de presidente, vicepresidente y asambleístas. Este período coincide con el agotamiento de un ciclo que fue particularmente bueno para la economía nacional debido a las elevadas exportaciones de gas y minerales.

Aunque comenzó a declinar en 2014, poco a poco vamos llegando al fondo de ese ciclo con el agotamiento de las reservas explotables de gas y minerales. Obviamente, las reservas no se han agotado del todo, sino que no han sido estudiadas ni cuantificadas lo suficiente como para que los inversionistas diseñen, en base a ellas, nuevos proyectos económicamente viables.

La coincidencia de elecciones y crisis económica ha hecho que reaparezca en el debate la idea de que podemos aunar voluntades y llevar a cabo el cambio definitivo que conduzca al desarrollo económico y la felicidad democrática.

Extractivismo y economía

Un hecho sin duda notable es la aparente coincidencia en el diagnóstico de base: el problema que se debe vencer sería el carácter extractivista de la economía. Se asegura que es la excesiva dependencia de la explotación de los recursos naturales lo que impide a nuestra economía ofrecer mejores condiciones de bienestar a la población y acercarnos a los países más desarrollados. De acuerdo con esa explicación, extraemos riquezas que exportamos como materias primas con poco valor agregado y, para consumir, importamos bienes finales con alto valor agregado, lo que nos llevaría a un intercambio “desigual” en el que terminamos transfiriendo valor y renovando la pobreza.

Por ello, también se observa mucha coincidencia en las propuestas: abandonar el extractivismo y dedicar nuestros esfuerzos a buscar actividades que añadan mayor valor a la producción. Las discrepancias empiezan a surgir cuando se trata de establecer esas prioridades.

El actual gobierno de Arce Catacora, como antes el de Evo Morales y décadas atrás los gobiernos nacionalistas, se ha propuesto forzar la industrialización creando empresas públicas de todo tipo. La mayoría de las anteriores fracasó y la mayoría de las actuales va por el mismo camino. La oposición lo sabe y lo denuncia, proponiendo otras opciones que van desde el turismo (de aventura, cultural, de naturaleza o de salud) hasta la informática (producción de software, alojamiento de computadoras en el altiplano, call centers especializados), pasando por el mejor aprovechamiento de la riqueza cultural (tejidos, música, danzas folklóricas) y un sinfín de ideas estupendas en busca de inversionistas.

Otra perspectiva

En esta oportunidad, y con el mayor respeto por mis colegas, me permito discrepar. Creo que no es viable abandonar “el extractivismo” y que es equivocado culpar de nuestro subdesarrollo a la abundancia de recursos naturales.

En primer lugar, no creo que sea viable ignorar la dotación de recursos naturales que el país tiene a su alcance. Estos serán siempre un foco de atracción para empresarios y trabajadores, sobre todo considerando que nuestra tradición constitucional los ha hecho “propiedad” de todos los ciudadanos. Que este mandato no se cumpla o lo haga de manera deficiente a través del Estado no impide que el acceso a esas riquezas sea considerado un derecho de todos.

Los recursos naturales del país, en la medida en que tengan demanda, ofrecerán oportunidades de inversión que generarán empleos, y será muy difícil evitar su explotación. Y seguramente esto tampoco será aconsejable. ¿Por qué despreciar oportunidades? Hay países que podrían ser considerados extractivistas por el peso que tienen los sectores primarios en su producción nacional, como Australia, Nueva Zelanda, Noruega o el cercano Chile, y que se encuentran en niveles de bienestar muy superiores a los nuestros.

Las riquezas naturales no pueden ser descartadas simplemente porque en el pasado no supimos aprovecharlas adecuadamente. Lo verdaderamente importante es determinar por qué no supimos aprovecharlas.

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Riqueza y pobreza

Aquí traigo el segundo argumento: el error de culpar a la riqueza por la pobreza. Y es un error porque el problema no es la abundancia de recursos, sino la concentración de las rentas que estos generan en un Estado institucionalmente débil y vulnerable a las presiones corporativas.

En palabras sencillas, el problema no es la abundancia de recursos naturales, sino el rentismo estatal. Ese rentismo aísla al Estado del resto de la economía, lo coloca por encima de la sociedad y atrae hacia él los esfuerzos, la creatividad y la ambición de individuos y empresas. Cuando el Estado captura y controla las rentas que provienen de recursos que son de todos, se vuelve indiferente a las actividades económicas que contribuyen con impuestos y nos convierte a todos en estatistas, clientes o cómplices de sus acciones.

Poco a poco, toda acción se vuelve “política” y la política misma se degrada hasta convertirse en una simple presión distributiva. Al final, las rentas se distribuyen mal, se despilfarran o se pierden en la corrupción, sin que logremos erigir un sistema institucional más eficiente para administrar la cosa pública.

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Estado y extractivismo

Esto solo podrá suceder cuando el Estado se comprometa con el éxito económico de su gente y permita una economía volcada hacia los mercados, donde, aunque tal vez sea más difícil, siempre será mejor lograr riquezas. Con las rentas concentradas en el Estado, resulta más fácil hacer negociados con el presupuesto público y a costa de la sociedad.

¿Cómo resolver este problema? No es ignorando las riquezas naturales ni forzando experimentos con recursos ajenos, como se ha hecho tantas veces, sino eliminando la tentación de las rentas.

Y esto se logra suprimiendo el rol del Estado como intermediario y distribuyendo las rentas de manera directa a todos los ciudadanos. Cada uno sabrá cómo invertir o gastar lo suyo y sabrá también que, si quiere mejorar sus condiciones de vida, tendrá que trabajar y producir. Aprenderá a no esperar soluciones del Estado y a pagar impuestos si quiere acceder a los servicios públicos.

Solo entonces los bolivianos nos habremos liberado de las obsesiones que nos llevan a estatizar los recursos naturales y a rogar luego al Estado que nos haga llegar algo de esa riqueza, convirtiendo cada pequeña abundancia en un mito que aprisiona iniciativas.

En suma, podemos seguir con algo más de extractivismo, siempre que dejemos atrás el rentismo estatal.

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Cómo Trump 2.0 está alterando la economía mundial

Un análisis a profundidad con el economista boliviano, Gabriel Loza Tellería.

/ 8 de febrero de 2025 / 22:47

El segundo gobierno de Donald Trump en Estados Unidos ratifica el poder que tienen las decisiones de las grandes potencias en un mundo cada vez más interconectado. Su enfoque agresivo en materia de comercio internacional ha generado un clima de incertidumbre y tensiones en la economía mundial. Para entender mejor las implicaciones de estas políticas, conversamos con el economista y expresidente del Banco Central de Bolivia, Gabriel Loza Tellería, quien nos ofrece una perspectiva detallada sobre los desafíos y riesgos que plantea la administración Trump en su segunda etapa.

Trump 2.0: continuidad y radicalización de la política comercial

Gabriel Loza Tellería no duda en calificar la segunda administración de Trump como un mayor desarrollo de ideas y decisiones que ya se pusieron en marcha durante su primer mandato. «Esta segunda versión, Trump 2.0, es una continuación, profundización, y yo diría una radicalización de su política comercial que hizo a partir del 2017», afirma Loza.

En su primer gobierno, Trump inició una guerra comercial con China, imponiendo aranceles unilaterales para proteger la economía estadounidense. Sin embargo, Loza señala que, en esta segunda etapa, las medidas son más amplias y amenazan con tener impactos mucho más amplios. «El problema es que ahora Trump por lo menos amenazó a aplicar aranceles a todo el mundo. Nosotros decimos, los economistas, al resto del mundo, al mundo menos Estados Unidos. Entonces a todos, aliados o no aliados, una tarifa, y se está viendo cuál va a ser esa tarifa uniforme».

Esta política de aranceles generalizados no solo afecta a China, sino también a aliados tradicionales como Canadá y México. «A sus socios, que se supone que son Canadá y México, les amenazó con aranceles del 25 por ciento a sus importaciones», explica Loza. Sin embargo, el economista boliviano destaca que Trump ha utilizado los aranceles como una herramienta de negociación. «La visión que surge es que está utilizando el arancel como un arma de negociación, como un mecanismo de negociación. Por lo tanto, pero con la particularidad que primero pega y después negocia».

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Análisis de Gabriel Loza Tellería

Análisis de Gabriel Loza Tellería

 La reacción de China y el riesgo de una guerra comercial global

Uno de los aspectos más preocupantes de la política comercial de Trump es la reacción de China. Según Loza, China ha respondido con medidas de reciprocidad, aunque de manera moderada. «China reaccionó con represalia, lo que en la Biblia se dice la ley del talión, el ojo por ojo, reaccionó en economía y la ley del talión comercial, aplicar medidas o contramedidas». Sin embargo, el economista advierte que la situación podría escalar si no se llega a un acuerdo entre ambas potencias. «Ese es un tema que nos deja mucha incertidumbre a nivel de la economía mundial. Está pendiente y todavía viene la otra parte».

Actualmente, Trump impuso un arancel del 10% a las importaciones chinas, lo que provocó una respuesta inmediata de Beijing, que aplicó tarifas a productos estadounidenses como el carbón y los automóviles grandes. Además, China inició una investigación antimonopolio contra Google, lo que demuestra que la guerra comercial no se limita solo a los bienes físicos, sino que también se extiende al ámbito tecnológico.

Unilateralismo de Trump y debilitamiento del multilateralismo

Uno de los temas centrales en la entrevista con Loza es el impacto del unilateralismo de Trump en el sistema multilateral de comercio. «Trump, en su primer gobierno, desconoció a la OMC (Organización Mundial de Comercio), aplicó unilateralmente, pero aún en forma limitada. Ahora lo ha extendido», señala el economista.

Loza advierte que esta política de unilateralismo está llevando a un nuevo orden, o más bien a un «desorden», en el que los acuerdos bilaterales predominan sobre los multilaterales. «Estamos transitando de un mundo donde debía negociarse multilateralmente con organismos multilaterales, a un nuevo orden, que yo llamaría desorden, de acuerdos bilaterales». Este cambio, según Loza, tiene implicaciones profundas para la equidad en el comercio internacional. «Las salidas bilaterales tienden a ir a ser más fuertes o a la confrontación».

Dólar y desdolarización

Otro aspecto que preocupa a Loza es la insistencia de Trump en mantener el dólar como la moneda dominante en el mundo, en un contexto en el que los países del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) están promoviendo la desdolarización del comercio. «Los BRICS plantearon, entre comillas, desdolarizar el comercio. La idea es que cada vez el dólar entre menos en las transacciones que se hacen los países», explica Loza.

Sin embargo, Trump ha respondido con amenazas de imponer aranceles a los países que busquen reducir su dependencia del dólar. «Trump amenazó con aranceles a aquellos del BRICS que planteen esta política de disminuir su dependencia al dólar», señala el economista. Esta política, según Loza, refleja una transición de un enfoque comercial a uno monetario, en el que Estados Unidos busca mantener su hegemonía financiera global.

Contradicciones en Occidente

La relación entre Estados Unidos y Europa también ha sido tensionada por las políticas comerciales de Trump. Loza destaca que, aunque Europa es uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos, también es uno de los más afectados por los aranceles. «Estados Unidos tiene déficit comercial con la Unión Europea, que es uno de sus principales socios, pero Estados Unidos tiene déficit con Canadá, con México, con China, con varios países y quiere resolverlo supuestamente a través del arancel».

Además, el economista señala que Europa ha perdido parte de su influencia en el escenario global, especialmente en el contexto de la guerra en Ucrania y la dependencia de la OTAN. «Europa ha perdido su perfil. Ya no es lo que era un peso multipolar y que puede estar al lado de Estados Unidos o no», afirma Loza.

América Latina en el juego geopolítico

En cuanto a América Latina, Loza advierte que la región no debe subestimar el impacto de las políticas de Trump. «Estados Unidos le va a decir, América Latina que no le compren a China o si no yo le voy a poner medidas arancelarias o cualquier tipo de restricciones», señala el economista. Esto se debe al creciente papel de China en la región, tanto en términos de inversiones como de comercio.

Loza también destaca la importancia de la coordinación entre los países latinoamericanos para enfrentar estos desafíos. «Yo no creo ya en la integración del pasado. Pero sí creo mucho en la coordinación, en hablarse, en prever acciones que pueden pasar». Sin embargo, el analista reconoce que la falta de unidad en la región dificulta una respuesta efectiva a las políticas de Trump.

Bolivia

Loza no duda en señalar que Bolivia ha fallado en anticiparse a los desafíos globales. «Nosotros estamos en retrospectiva. Estamos analizando el pasado: qué nos ha pasado, qué problemas hemos tenido. No consideramos lo que pasa en el entorno internacional», afirma el experto. Esta falta de perspectiva, según Loza, nos ha llevado a reaccionar tardíamente a los cambios en la economía mundial, en lugar de prepararnos para ellos.

El economista recuerda que, desde 2022, ya se vislumbraban cambios significativos en el escenario global, especialmente tras el inicio de la guerra en Ucrania. «En agosto del 2022, hubo un punto de inflexión ya en los precios, en la situación mundial”. Se preveía que, como consecuencia del conflicto,” iban a haber efectos en la economía mundial y en la economía boliviana». Sin embargo, en lugar de anticiparnos a estos eventos, «recién se reacciona y se está diciendo: ah, es que los precios, que la economía internacional, la crisis que hemos tenido. Estamos echando culpas al pasado lo que pasa».

Loza destaca que Bolivia debería estar más preocupada por los efectos globales, especialmente en áreas como los minerales estratégicos y las materias primas. «Hay efectos en el oro, en los minerales estratégicos, las tierras raras. Hay efectos en todo lo que va a ser el tema de materias primas», asevera. Además, el papel de China en el mercado global y su relación con Estados Unidos son factores que no deberían ser ignorados. «Cosas que deberíamos estar preocupados, no tanto en la parte financiera, porque no somos pocos insertos al mercado financiero internacional, pero sí lo somos en el tema de comercio», agrega.

Trump y un mundo en incertidumbre

En síntesis, la política comercial de Trump 2.0 ha generado un clima de incertidumbre y volatilidad en la economía global. Como bien lo expresa Loza Tellería, «estamos en un mundo de mucha volatilidad, mucha incertidumbre». Las amenazas de aranceles, las represalias comerciales y el debilitamiento del multilateralismo son solo algunos de los desafíos que enfrenta la comunidad internacional.

Mientras tanto, los mercados financieros y las empresas siguen esperando las próximas jugadas de un presidente impredecible. Como concluye el experto invitado, «cualquier acción, cualquier medida que después pueda ser excesiva, puede causar daños muy elevados. De hecho, ya todo este juego de Trump con los aranceles y después su suspensión, ya ha provocado un desorden». En este contexto, la única certeza es que el mundo está navegando en aguas turbulentas, y las decisiones que se tomen en los próximos meses tendrán repercusiones duraderas en la economía global.

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