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comerveroír

Ariel Mustafá - Editor de profesión, galerista por entusiasmo, lector apasionado y escritor aficionado. Esquizofrénico en ciernes, nadie me toma en serio: soy intelectual para los empresarios y empresario para los intelectuales, lo que a la larga llega a ser una ventaja

/ 24 de junio de 2012 / 04:00

Oír • Escucho poca música, pero siempre lo mismo —a un volumen bajísimo—: Serrat, Aute, Sabina, Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Víctor Jara. Creo que la música sirve como fondo a una buena charla, a los besos previos, a los espacios de soledad. Música clásica cuando escribo, aunque cada vez lo hago menos. Casi no voy a conciertos ni a escuchar música en vivo, pero procuro no faltar a la Sinfónica. Me encantan las guitarreadas pero ya nadie me invita (y eso que me sé todas las canciones, o tal vez sea por eso).

Comer • Aunque puedo pasarla sin comer, me encanta la comida típica. Soy un fanático del cordero (en todas sus variedades), del charquekán, del chicharrón, de la salteña. Viajo para probar sabores nuevos. Lo que me gusta realmente es la hora del té, por mi trabajo casi no lo logro pero sentarme “como vieja”, con masitas y siempre dos tazas, creo que es lo más cercano al paraíso. (Muchas veces hago tortas y hacer pan es algo que nos acerca a los dioses).

Beber • De (y por) principio me extraña que aquí se omita el beber, algo tan relacionado con oír, comer, viajar…; de motu propio, lo incorporo. El whisky es mi antibiótico de amplio espectro; a falta de él, un buen singani, algo de vino tal vez. (Con Daniela venimos recorriendo locales en el país buscando el pisco sour perfecto).

Ver • No voy al cine pero todas las semanas lo planifico: escojo días, películas, salas y horarios y nunca los cumplo. En la tele me macurco los dedos haciendo zapping y siempre prefiero ver una película mil veces vista a una nueva. Pero no dejo pasar una carrera de Fórmula Uno.

Arte • Me gusta la pintura. Envidio el don de los pintores porque no puedo hacer una raya recta ni con regla. Voy al teatro me-nos de lo que quisiera y por lo gene- ral me atormento pensando en lo que dejé pasar.

Tiempo libre • Intento estar en familia, con mi pareja; aunque no imagino un trabajo con horarios de entrada y de salida, me apasiono con lo que hago aunque eso incluya el fin de semana; creo que Daniela y mis hijas lo aceptaron y lo comparten. Amo el lago, navego en él desde mis 14 años, no puedo imaginar un lugar mejor.

PD • No tengo Facebook ni cuenta en Twitter, pero no es algo de lo que me sienta particularmente orgulloso.

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Todo menos frágil

Vidal Cussi, todo menos Frágil, lo frágil es sólo el nombre de su exposición.

/ 13 de agosto de 2023 / 07:12

Un río —un riachuelo, mejor decir— se ve bajando la corriente desde una zona montañosa del fondo; desde la tercera parte de la obra el riachuelo la ocupa en ambos extremos. Debemos suponer que esa ribera sembrada que se pierde por los límites laterales del cuadro se expande hasta un indefinido espacio que, reitero, tendremos que imaginar.

De ese primer tercio hasta el borde inferior veremos agua cristalina —celeste cristalina, en realidad— que se rompe por la presencia de pequeñas piedras al fondo y grandes pedregones en primer plano que enturbian el agua. Hasta aquí es solo una paisaje muy bien definido y mejor trabajado. De pronto, varias palomas están posadas en un cable —puede ser eléctrico o un cable tendido para secar ropa— que cruza la corriente de extremo a extremo, o tal vez pensamos que cruza de extremo a extremo, en realidad cruza del extremo de nuestro campo visual al otro extremo de nuestro campo visual.

Y ahí nos detenemos. No tiene ningún sentido ese cable, sea cual sea su propósito, alimentar de energía a la zona o secar la ropa por obra del viento, es lógico que entendamos que ese río no puede atravesarse por ningún cable que cumpla ninguna función. Es entonces que sabemos que estamos frente a una obra de Vidal Cussi (1983, Santa Rosa, provincia Pacajes, La Paz).

Fotos: Vidal Cussi

Y viendo los cerros del fondo lo confirmamos, no cabe duda que es un Cussi, una demostración de su técnica que informa a los descreídos que no se ancló en la técnica de sus fierros retorcidos o de sus planchas de acero, si no que, fiel a su instinto, es capaz de poner un cable urbano donde en realidad no existe posibilidad alguna. Como tampoco existe posibilidad de contraponer una máquina de coser a competir en presencia con los mastodontes de tierra que la circundan.

Vidal Cussi y una estatua de Neptuno, Vidal Cussi y un campo de manzanas, Vidal Cussi y una casa solariega venida a menos. Y allí, como por descuido, unos personajes frágiles, desamparados, desolados, o tal vez no, tal vez solo queriendo ser parte del lienzo de un grande.

Vidal Cussi, todo menos Frágil, lo frágil es sólo el nombre de su exposición.

También puede leer: Sobre lo original y lo originario

……..

PERFIL

Vidal Cussi Tiñini  nació en 1983, en Santa Rosa, provincia Pacajes del departamento de La Paz, estudió en la Academia de Artes Hernando Siles de la misma ciudad. Actualmente reside en la ciudad de El Alto. Ganador Gran Premio “Salón Pedro Domingo Murillo” en 2012 y 2020; Gran Premio “Salón 14 de septiembre” de Cochabamba y Gran Premio “Villa San Felipe de Austria” de Oruro, ambos en 2019.

Texto: Ariel Mustafá

Fotos: Vidal Cussi

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Rosmery Mamani: ausencias que brillan

La premiada artista expondrá su obra en la galería Altamira de San Miguel hasta el 20 de diciembre

‘Cuando concluya el sueño’

/ 11 de diciembre de 2022 / 00:10

Para nadie es un secreto que Rosmery Mamani pasa gran parte de su tiempo en Francia. Tampoco es un misterio que lo viene haciendo desde hace casi 10 años. Luego, ambas aseveraciones se funden en una: solo la constancia y el trabajo te llevarán a alcanzar tus metas. El talento de Rosmery por sí solo no era suficiente.

Sin duda sus primeras estadías en Europa no fueron fáciles. Iba a aprender, claro; a conocer, a intentar mostrar su trabajo, a ver el mundo. Hoy, muchos años después, sigue aprendiendo y viendo el mundo, pero su trabajo ya se conoce y se vende; una galería la representa y, además, agrega algo a la ecuación: enseña.

En Europa, Rosmery tiene presencia permanente a través de sus marchantes. Expuso en el Grand Palais Éphémère París, en 2022. En el mismo año dictó siete talleres en algunas ciudades de Francia en dos viajes distintos. Sin duda valieron la pena los años de aprendizaje y de mostrarse allá, lejos.

LA GRÁFICA

‘Allá donde solo pueden llegar los cóndores’.

Árbol 2

‘Cuando concluya el sueño’

El Músico

Sin título

Nene 2


Lea también: Erótica 6.0: cuando lo bueno se repite

A esto sumémosle su presencia activa en el país. Hace poco montó una exposición en su pueblo, en la región de Ancoraimes a orillas del lago Titicaca; “para que mi gente conozca lo que hago, para fomentar el turismo”, dice. No importa el motivo, quisiera decirle, pero temo quedar mal parado ante quien trabaja sin descanso con un fin.

Hoy nos toca alegrarnos de tenerla, de tener su obra en la galería Altamira (calle José María Zalles 834, Bloque M-4, San Miguel) hasta el 20 de diciembre.

Y me atrevo a alterar una frase leída por ahí: Cuando una grande pinta, los demás debemos mirar.

PERFIL

Rosmery Mamani nació a orillas del lago Titicaca, en La Paz, Bolivia. Algunos de sus reconocimientos: Premio West Design – Faber Castell Award “The Pastel Society 120th Annual England Exhibition” Mall Galleries (Londres, 2019), Premio del Salon International du Pastel Saint-Brisson sur Loire (Francia, 2019), Premio Caran D’ache “Prima Mostra Internazionale del Pastello in Italia” (Roma, 2018). Premio Pastel Journal Award Pastel Society of America 45th Annual Exhibition (New York, 2017), Primer Premio Salón Internacional de Pastel de l’Est Parisien (Francia, 2016), Primer Premio “Galería Monticelli” II Bienal Internacional de Pintura al Pastel de Oviedo (España, 2013). Segundo Premio Internacional “Bice Bugatti – Giovanni Segantini 2011” Nova Milanese (Italia, 2011), Primer premio de dibujo y grabado Salón Pedro Domingo Murillo (La Paz, Bolivia, 2009).

Obras: Rosmery Mamani

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Erótica 6.0: cuando lo bueno se repite

Más de una veintena de artistas son parte de la muestra dedicada al erotismo y al desnudo en la galería Altamira

color. El pintor potosino Zenón Sansuste presenta ‘La vie en rose’, óleo sobre trupán (160 x 80 cm)

Por Ariel Mustafá

/ 2 de octubre de 2022 / 01:24

De las 16 fechas de exposición anuales que organiza la galería Altamira (calle José María Zalles #834, bloque M-4, San Miguel, La Paz), solo hay dos que son colectivas y, además, temáticas. Y solo una de ellas que año tras año se repite. Cuando la hicimos por primera vez, allá por 2016, bautizada Por el ojo de la cerradura, lo hicimos como un divertimento, como una manera de convocar —y provocar— a un público que sabíamos se acercaba al desnudo, que por otra parte goza de una gran tradición en la pintura universal.

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Enrique Arnal: El mundo de mi memoria

En ese momento convocamos a los artistas cercanos a la galería a que trabajen algo específico para ese tema. El resultado al recibir las obras no pudo ser más alentador. Las propuestas eran bellísimas y variadas. Por supuesto que por sobre todo estaba presente el desnudo femenino, pero hubo piezas sutiles y crípticas que contenían una carga erótica que nos llevó a pensar que este tema ofrecía muchísimas posibilidades. Al año siguiente empezamos a utilizar la palabra “erotismo” para la convocatoria. Lo demás es historia. Esta es nuestra sexta versión y no dejamos nunca de sorprendernos, y sorprender al visitante, que es el fin último de nuestro trabajo. Erótica 6.0  colectiva de desnudo, estará abierta al público hasta el 11 de octubre de 10.00 a 13.00 y de 15.30 a 20.00.

Y si algo nos causa asombro, algo que me atrevo a asegurar, es que el paso de los años hizo que nos convirtiéramos en sociedades más represivas, más pacatas. Revisando la historia del arte y del erotismo puedo decir, sin temor a equivocarme, que desde el inicio de los tiempos los hombres convirtieron el erotismo en arte, y lo hicieron de una forma libre y poderosamente abierta. ¿Una prueba? Intente usted subir alguna de las obras de esta exposición a Facebook y saltarán las alarmas. Esta es nuestra modernidad.

LA GRÁFICA

Encuentro. La paceña Carolina Lovo exhibe ‘Balcón’, acrílico sobre lienzo (80 x 80 cm).

Trazos. Del artista potosino Enrique Arnal se ha rescatado este ‘Estudio’, grafito sobre papel (100 x 83 cm)

Ciudad. La artista paceña Ángeles Fabbri muestra el políptico ‘Conversación en la Catedral’, acrílico sobre lienzo (140 x 150 cm)

Urbano. El paceño Gustavo del Río enseña ‘Business day’, óleo sobre lienzo (104 x 69 cm)

Desnudos. El paceño Mario Conde ‘Barbies’, acuarela sobre papel (76 x 56 cm)

Abstracción. ‘Confort’ (óleo sobre lienzo, 125 x135 cm), del pintor paceño Vidal Cussi

Trazos. ‘Dama’, xilografía iluminada sobre papel (16.5 x 33.5 cm), del sucrense Juan José Serrano

Mitología. El paceño Pablo Giovany propone ‘Cantar de los Cantares 8:6’, (acrílico sobre lienzo 70×70 cm)

Silueta. ‘Torso negro’, talla en piedra basalto negro (58 x 25 x 11 cm) del escultor paceño Jorge Aranda

Masculino. El paceño Rubén Perales pintó ‘Dionisio y los Zarzales’, óleo sobre lienzo (70 x 90 cm)

Humor. Christian Aranibar sugiere ‘El fruto prohibido’, óleo sobre lienzo (47 x 47 cm)

Escultura. El artista Juan Bustillos —nacido en los Yungas y radicado en Santa Cruz— propone ‘Placer’, una escultura en bronce (28 x 50 x 30 cm)

Fotos: Galería Altamira

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Jamir Johanson: cambio de ritmo

El artista peruano radicado en Santa Cruz presenta la exposición ‘Sueños de color’ en la galería Altamira

EXPOSICIÓN. La muestra se exhibirá en la galería Altamira de San Miguel hasta el 20 de septiembre.

Por Ariel Mustafá

/ 11 de septiembre de 2022 / 13:04

Aveces me pregunto si la seducción de la obra de Jamir Johanson viene por nuestra necesidad de completar lo insinuado en esos trazos de diversos colores que luchan por ganar un espacio, o más bien de mantener lo que ocultan precisamente esos mismos trazos, de no correr esa cortina que (des)cubre aquello que creemos que está allí.

Una segunda mirada confirmará las sospechas y, puesto que la obra ya forma parte de nosotros, reconoceremos también las sombras, los reflejos, las manchas que siendo tales aportan al equilibrio de lo que en inicio era una sola figura. De pronto ya nada está oculto, o tal vez solo creamos eso, tal vez completamos la obra a nuestro gusto. He aquí, pienso, la música que el artista propone y que nos invita a seguir mirando.

Y cuando creemos que lo tenemos dominado, que conocemos la obra del artista, que desentrañamos sus misterios, nos sorprenden los mismos colores, pero esta vez todo lo ocultan, descifrarlos se convierte en un acto personalísimo, pues tenemos ante nosotros su propuesta abstracta. Vanos serán los recursos aprendidos. Debemos empezar de cero, sorprendidos ante aquello que nos hipnotiza y que no acepta traducción única, uniforme, consensuada.

Este el Jamir que nos acompaña en esta nueva muestra a la que ha llamado Sueños de color y que se exhibirá en galería Altamira —calle José María Zalles 834, Bloque M4 de San Miguel, en La Paz— hasta el 20 de septiembre. Este, el que nos cambia el ritmo y hace —por momentos— inútiles los pasos aprendidos.

LA GRÁFICA

Obra de Jamir Johanson

Obra de Jamir Johanson

Obra de Jamir Johanson

Obra de Jamir Johanson

Obra de Jamir Johanson

EL ARTISTA

Jamir Johanson nació en Cajabamba, Perú, en 1973, desde donde llegó hace más de 20 años a Santa Cruz de la Sierra, ciudad en la que actualmente reside. Es egresado de la Escuela de Bellas Artes del Perú, con especialidad en dibujo y pintura.

Entre sus reconocimientos destacan las Medallas de Oro y Plata del Centro Cultural ENBA, Sala Juan Achá, Museo de la Nación, Lima, Perú. Forma parte del Colectivo Búho Blanco de Santa Cruz.

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Jamir Johanson: cambio de ritmo

El artista peruano radicado en Santa Cruz presenta la exposición ‘Sueños de color’ en la galería Altamira

EXPOSICIÓN. La muestra se exhibirá en la galería Altamira de San Miguel hasta el 20 de septiembre.

Por Ariel Mustafá

/ 11 de septiembre de 2022 / 12:48

Aveces me pregunto si la seducción de la obra de Jamir Johanson viene por nuestra necesidad de completar lo insinuado en esos trazos de diversos colores que luchan por ganar un espacio, o más bien de mantener lo que ocultan precisamente esos mismos trazos, de no correr esa cortina que (des)cubre aquello que creemos que está allí.

Una segunda mirada confirmará las sospechas y, puesto que la obra ya forma parte de nosotros, reconoceremos también las sombras, los reflejos, las manchas que siendo tales aportan al equilibrio de lo que en inicio era una sola figura. De pronto ya nada está oculto, o tal vez solo creamos eso, tal vez completamos la obra a nuestro gusto. He aquí, pienso, la música que el artista propone y que nos invita a seguir mirando.

Y cuando creemos que lo tenemos dominado, que conocemos la obra del artista, que desentrañamos sus misterios, nos sorprenden los mismos colores, pero esta vez todo lo ocultan, descifrarlos se convierte en un acto personalísimo, pues tenemos ante nosotros su propuesta abstracta. Vanos serán los recursos aprendidos. Debemos empezar de cero, sorprendidos ante aquello que nos hipnotiza y que no acepta traducción única, uniforme, consensuada.

Este el Jamir que nos acompaña en esta nueva muestra a la que ha llamado Sueños de color y que se exhibirá en galería Altamira —calle José María Zalles 834, Bloque M4 de San Miguel, en La Paz— hasta el 20 de septiembre. Este, el que nos cambia el ritmo y hace —por momentos— inútiles los pasos aprendidos.

LA GRÁFICA

Obra de Jamir Johanson

Obra de Jamir Johanson

Obra de Jamir Johanson

Obra de Jamir Johanson

Obra de Jamir Johanson

EL ARTISTA

Jamir Johanson nació en Cajabamba, Perú, en 1973, desde donde llegó hace más de 20 años a Santa Cruz de la Sierra, ciudad en la que actualmente reside. Es egresado de la Escuela de Bellas Artes del Perú, con especialidad en dibujo y pintura.

Entre sus reconocimientos destacan las Medallas de Oro y Plata del Centro Cultural ENBA, Sala Juan Achá, Museo de la Nación, Lima, Perú. Forma parte del Colectivo Búho Blanco de Santa Cruz.

Texto: Ariel Mustafá R.

OBRAS: JAMIR JOHANSON

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