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Iver Asturizaga: ‘es parte de las cosas bellas de mi hogar’

En el departamento de piso reluciente, de mullidas alfombras, pintura en un muro, flores frescas y velas en la mesa de la sala, destaca el estante de madera blanca que cubre toda una pared, desde el techo hasta el piso. Allí están los ejemplares de Escape, desde el primero de 200, rodeando a un televisor de plasma. Es el hogar de Iver Asturizaga (47 años), administrador de empresas, en la zona de Obrajes (La Paz). Él y su esposa Carmen Guerrero nos abren las puertas, muy sonrientes. “No hay hogar sin un libro”, dice ella por toda introducción.

“Me llamó la atención la variedad, pero en especial me cautivó la portada de la edición 586, en la que aparece un tigre, pues soy del Strongest”, dice Iver.

Los esposos coinciden, por lo demás, que las fotografías son esenciales en la revista.

Iver y Carmen adoran viajar y la revista les ha dado a conocer muchos lugares de Bolivia a donde ir. Por otro lado, su amor por los animales halla reflejo en Escape. El mimado de la pareja es Manolo, un Shar Pei cuya imagen está incluida en las fotografías del álbum familiar.

El afán de coleccionista lo heredó, dice Iver, de su padre que hacía lo propio con el periódico El Diario. Ahora, él con Escape y su hermana con temas de manualidades, guardan los productos que elabora el periódico.

En un principio, la revista era reunida en cajas. Luego, el coleccionista optó por empastar los ejemplares en grandes tomos de color verde, tono que combina con el resto de la decoración.  “La revista tiene su lugar en la casa, para ello mandé a hacer un estante exclusivo, tomando medidas de los ejemplares”.

“Él se siente por demás recompensado ahora —interviene la esposa del coleccionista—y su mayor felicidad es el regalo que le están dando de salir en la revista”.