Es arquitecto, constructor civil ya retirado. “A mis 83 años, con una pierna que me cuesta mover, ya casi no salgo de casa. Vivo con mi esposa y, si bien mis hijos (cuatro, uno de ellos en EEUU, que me han dado nietos y dos bisnietos) nos visitan constantemente, muchas horas del día las paso en el departamento (en Achumani)”. Él, que viajó por cada rincón del país, extraña esos tiempos; “por suerte tengo Escape, que leo y releo. Guardo desde el primer número, me faltan dos números, no más. He pensado en donar mi colección a alguna escuela, es toda una enciclopedia; pero me va a dar mucha pena separarme de mis revistas”.