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Tinku, los últimos guerreros de los Andes

Alain Mesili, explorador francés, estuvo en el rito en los año 70 y documentó su celebración en Potosí y Chuquisaca. Las fotos son expuestas hasta el 5 de junio en La Galeríe de la Alianza Francesa de La Paz (Av. 20 de Octubre y Guachalla).

/ 19 de mayo de 2013 / 05:11

En medio de la plaza, se arma el caos… Anarquía absoluta; cada quien salda cuentas con quien se le ponga en frente. Se abalanza y golpea. No entiendo muy bien el porqué ni el para qué.

Había escuchado hablar del Tinku en los centros mineros de Siglo XX, Uncía, Llallagua y Catavi. Los mineros esperan esa fiesta de ribetes paganos y un algo de fe cristiana. Sé que desde tiempos inmemoriales existen enfrentamientos, rituales entre ayllus laimes y jucumanis (Norte Potosí); cada comunidad tiene sus combatientes: warakkaku y maklanaku, cada quien con técnicas de golpes certeros.

Hace semanas que espero conocer esta fiesta. Finalmente veré el “encuentro” este 3 mayo de 1972.

LA MINA

Iremos con la familia Huanca; el padre cambiará el casco de interior mina por una montera de combate hecha de cuero. Sus hijos mayores, Andrés y Juan, trabajadores mineros como los abuelos, observan la tradición de forma estricta. Viajarán y participaran de la pugna, un duelo ritual, y seré el humilde acompañante.

Rubén Huanca, de unos 50 años, está marcado, al igual que la mayoría de los trabajadores del subsuelo, por la dureza de la labor en galerías oscuras. Tiene la tez oscura y los ojos color carbón que te miran intensamente. A su edad, posee el porte del hombre sufrido y camina agachado, como si siguiera en las galerías de techos bajos. Una cicatriz en el pómulo izquierdo baja hasta el mentón y recuerda la masacre ocurrida en vísperas de San Juan, en junio de 1967. La familia Huanca vivía entonces en el campamento “La Salvadora”, en Llallagua, un lugar de casitas pobres construidas en fila, indistinguibles entre ellas salvo por los números escritos en cada puerta.

Como todos, cada mañana escucho la emisora Pio XII, la voz incontestable de los mineros, que en ese momento tiene a sus periodistas en la clandestinidad. Las noticias malas siempre vuelan con rapidez, las buenas vendrán años más tarde. El país sufre el cierre de varias minas, por tanto cada quien se aferra al antro y agradece al “Tío”, tanto por el trabajo, como para que no se enoje y permita a los trabajadores seguir con vida. Éstos le colocan cigarrillos en la boca a la imagen que le representa y dejan a sus pies una copita de alcohol; la envuelven con serpentina y le dedican plegarias silenciosas.  

Rubén, como los demás mineros de esa región, es de origen quechua, nacido en Betanzos (Potosí), emigrado a edad temprana a Siglo XX. Toda su vida la pasó escarbando tierra en socavones de olor a wólfram o estaño. Con 28 años en interior mina, ahora sabe: tiene los pulmones hechos añicos. El médico del hospital le mostró las sombras en las radiografías.

—  Rubén, ¿qué piensas hacer?

— Nada, seguir nomás.

Me lo dijo la noche del viernes anterior al viaje, entre botellas de cerveza Paceña. Sus hijos no saben, tampoco Doña Matilde, su mujer.

Me alojo en el cuarto, con sus hijos, en un diminuto catre contra la pared. Escucho  cuando se levanta de noche y vomita sangre. A cada tos se le arrancaba un pedazo de vida; está flaco y en sus botas de goma negra veo a Don Sancho batallando contra un molino llamado dictadura.

LA INVITACIÓN

“Estas invitado, nunca verás algo parecido en tu vida”, me ha insistido Rubén a menudo, a mí que estoy allí por un trabajo en salud, con perfil bajo y que debo reportarme a la Policía o al cuartel militar varias veces a la semana (son años de dictadura militar encabezada por Hugo Banzer Suárez).

“Ven con nosotros, a principios mayo; la fiesta comienza el 3 y dura tres días”.

He decidido. Iré a la Fiesta de la Cruz en Pocoata, pueblo a 60 km de Chayanta, en Norte Potosí, cuna de un hombre mítico en la historia de las rebeldías indígenas en Bolivia, Tomás Katari. Estoy muy motivado. Pocos extranjeros tienen esta suerte. Llevo una vieja cámara Pentax 35 mm, películas diapositivas y negativos por metros comprados de mi amigo Freddy Alborta.

Antes de partir, para ser más discreto, me han prestado un chulo bastante raído y sin lavar, un saco de cuero raspado, con parches en los codos y la delantera, y una especie de saco de tela color beige sucio, bolsa  imprescindible para el minero cuando entra en las entrañas húmedas del socavón.

Compré varias libras de coca, lejía y yujta, además de cigarros negros Casino y mixtura. Con los mineros aprendí el acullicu metódico y de normas ancestrales: escoger cada hoja antes de sacarle el jugo con la lejía. 

Es miércoles. Ante nosotros se desvela un espacio inconmensurable y algunas colinas forman barreras al suroeste. En el vehículo se unen otras personas, seguramente con la misma idea: ser vencedores. Si no entiendo las bromas intercambiadas en quechua, supongo que algunos que se ríen a carcajadas centran sus sarcasmos en el único “gringochuy”: ¡Soy yo! Escucho repetir esa palabra entre risas; miro a mi alrededor: todos tienen rostro color bronce, tufo a coca vieja que se impregna en la ropa y hasta emana de los poros de la piel. Cada quien sabe que a nadie molesta. Los cuerpos junto al cuero rancio de animales curtidos poco antes y llevados para vender impregnan el olfato, anquilosan el cerebro y finalmente actúan como anestesia.

El viaje es tan largo como peligroso; carreteras estrechas, llenas de baches, por no decir zanjas y hoyos profundos. En la cabina está la venerable trinidad ebria: el chofer borrachín al volante, el ayudante para el cambio de caja y un tercero que previene de las curvas. Ante el oscilado del vehículo bordeando el precipicio decidimos continuar a pie, como los demás pasajeros. Menos mal, porque más adelante el Toyota se embarranca, por suerte sólo unos pocos metros, en una curva “maligna”, “impredecible” para el encargado de señalar el peligro: los tres ocupantes, como si nada, se duermen ahí mismo, despreocupados como Baco.

Voy lo más discreto posible, pero la presencia de mis compañeros da crédito de las mejores intenciones mías. Al final de la tarde llegamos a una cabecera de valle, de clima templado.  Estamos cerca de Pocoata, situado a 3.700 msnm. Es tarde. Todas las casas cercanas están ocupadas, pero no importa, lograremos encontrar un sitio moviendo sacos, costales, pilas de cajas y enjambre de chuños y charque despedazado.

La mañana del viernes, después de haber dormitado encogidos al fondo de una tienda, desayunamos panecillos con café, tunta con arroz y huevos presentados en un trapo tendido en el piso, por donde vuelan gallinas a cada rato. Al salir del reducto, un  tremendo hedor a alcohol me golpea. Aquí, la cerveza es un brebaje por demás fino y la mayoría privilegia la apestosa lata cuyo contenido mortífero se llama alcohol a 90°, verdadero ganador del perímetro donde se realizarán las más encarnizadas riñas.

Desde mediodía hacia adelante, el que no cae en combate es derribado por la chicha y el metanol del ingenio azucarero Guabirá. Los cholos comerciantes, frase peyorativa para designar a quienes se van beneficiar económicamente de la fiesta, han traído camiones de néctares letales, como el célebre alcohol Caimán.

La música monorrítmica va amplificándose, mientras por los inmensos prados del altiplano presencio más desfiles de guerreros. Una “wawa” (mujer soltera) hace ondear una banderola blanca en círculos y yo tengo la sensación de verlos anticipar el ballet de batalla, como si de algún pasado lejano se hubiesen levantado miles de fantasmas.

En la plaza de Pocoata, por doquier se ve objetos en venta tendidos en el piso, como espejos para que las imillas encuentren  pareja y productos traídos de las comunidades que, si no se venden, se cambian por algo de similar valor.

Durante el Tinku, todo es encrespar a cualquiera que lleve una montera y nada de ello es sinónimo de ofensa. No hay arte ni reglas impuestas: el que sangra o muere da tributo a la Madre Tierra. En aquellos tres días habrán fallecido 14 personas.

El cura de la parroquia, qué arribó para esta ocasión, trata desde hace tiempo de reemplazar eso que a su entender significa violencia por ¡un partido de fútbol! Pues no ha tenido suerte; por tanto bautiza, santifica, celebra y persigna sin cesar a cambio de cinco pesos el acto que al menos reconforta su magra economía.

El eco de cientos de jula-julas (instrumentos de viento) nos hace vibrar, y el del charango aporta un tono agudo desgarrando la resonancia profunda de las enormes zampoñas. ¡Qué impresionante!, los tonos se expanden por todos lados. Los ayllus llegan danzando y serpenteando en filas impecables, como respetando un trazado en dirección de la plaza principal. Visión extraordinaria, escenas increíbles. Mi respiración se entrecorta y tengo la boca abierta frente a semejante espectáculo. No hay palabra para describir ese mundo ajeno, inimaginable…

EL MARCO PARA LA FIESTA

El techo de la iglesia vetusta domina a todos los edificios, en general casas de adobe techadas con paja y en medio de las cuales las cubiertas de calamina brillan de nuevas sobre las pocas construcciones de dos plantas.

La vestimenta de los presentes es ostentosa, colorida, llamativa. Las mujeres lucen almillas negras adornadas con bordados minuciosos, enaguas de algodón con delicados encajes al borde, aguayos hermosos en los hombros; todas tienen largas trenzas agarradas por tullmas. Los hombres, aparte de la montera hecha de cuero crudo de res, similar al de los conquistadores españoles, ostentan una pluma de suri, y del cuello les cuelga una waylla, chupa o chalina tejida por cada quien. Una chaqueta de bayeta, muy bien decorada con hilos de color, completa el atuendo junto con el pantalón de tela artesanal color blanco natural o teñida de negro. Finalmente, las eternas ojotas, especie de sandalias cortadas de la goma de neumáticos de camión, se aferran a los pies con tirantes de cuero o del mismo material reciclado.

Cientos de campesinos convergen de súbito en el lugar sacro de la pelea. No entiendo bien la situación, me siento transportado en el tiempo… Tiempo remoto: hacia atrás. Ya estoy solo, me sitúo donde puedo. A duras penas logro traspasar la muchedumbre para ver cómo los rivales ensayan los primeros golpes. La Plaza esta congestionada por indígenas en posición de karatecas y reclutas intentando guardar el orden.

¡En unos segundos empieza todo! No se sabe cómo. La disputa entre una decena de guerreros los pone en trance. Aparecen jóvenes y mayores, escupen dientes por doquier y manchas de sangre marcan la arena. Al extremo de la plaza, repentinamente el conflicto integra a niños y las mujeres no se quedan atrás: son las más virulentas.

Gente armada con rifles y látigos sale de una casa y apoya a los militares puestos a mal por algunos grupos fogosos. Todos ansían participar. Los comerciantes incitan a mayor pelea mostrando chicha en vasos sucios: “¡Tusuychis… Carajo, tusuychis! La challa por un lado, la batalla por otro… En la esquina aparecen más soldaditos para poner orden; ¡nada! Los ayllus se dejan llevar por el ritmo de porrazos y contragolpes… ¡La Santa Anarquía es, al fin, indisoluble!

LA SANGRE COMO OFRENDA

 De carácter ritual, el Tinku se realiza en ciertas fechas, entre ellas el 3 de mayo y  durante varios días en regiones del Norte Potosí, sur de Oruro y también en poblaciones alejadas en los límites de Sucre con Potosí. La palabra tinku quiere decir “encuentro”, antiguamente, “tinkuy”.  A partir de 1920 se menciona en La Paz el raro protocolo de darse de golpes entre diferentes comunidades campesinas pobres, hasta que la sangre corra en los surcos del pueblo anfitrión. Es después de 1940 que la fiesta va cobrar interés entre los pocos antropólogos de la capital, algunos de los cuales viajarán por estudiarlo o al menos reportarlo en las gacetas.

El Tinku no es, como al principio imaginé, una simple pelea en la que gana el más agresivo o fuerte. El encuentro se desarrolla con códigos y símbolos trazados desde siglos en la historia. Hoy se ha perdido el sentido original, como ocurre con el del Ayllu, esa unidad estratégica y de pensamiento religioso-social (espacio que en la actualidad pertenece tan solo a la política del momento, a la astucia del poder invadiendo esas regiones, demoliendo la armonía).

El “Encuentro” ratifica un ritual con raíces muy lejanas en el tiempo. La cuna se ubica en la época prehispánica y posiblemente es anterior a la conquista del incario. Geográficamente situado en la población de Macha (provincia Chayanta, Potosí), que consta aproximadamente de 2.000 habitantes en la jurisdicción del municipio de Colquechaca, es evidente que como modalidad guerrera fue tomando cuerpo en otras comunidades de Potosí y Chuquisaca. Sin embargo, Macha, el ayllu mayor, siempre tuvo un papel importante en la gran federación de Charcas, durante la Colonia.

A ello hay que añadir que los Guerreros qaqachacas (Oruro), tal como lo expresan los especialistas del Tinku histórico, Tito Burgoa, Pastor Arista y Walter Zabala, eran los mejores luchadores de la región y, por tanto ingresaron a los grupos de combates del Inca durante el periodo de la Conquista. Si bien hay pocos datos en las crónicas coloniales, lo cierto es que las comarcas de los señoríos aymaras fueron organizadas en núcleos urbanos de un espacio religioso controlado por los españoles. Pero el tinku sobrevivió y los ayllus dotados de capillas se convirtieron en el centro de “encuentros”, como ocurre con San Pablo de Macha, Pocoata, Torotoro, Aymaya, Acasio, San Pedro de Buena Vista, entre otros.

Yo, que muchas veces después de lo descrito presencié el rito, en una oportunidad tuve que ser parte de la fiesta: la cabeza ceñida por la montera, cintas de color envolviendo los puños a modo de manoplas… me tumbaron una y otra vez, con agrado evidente.

 

SEPA MÁS: Los horarios de visita en La Galeríe con de lunes a viernes, de 15.00 a 19.00, y sábado de 10.00 a 12.00.

 

 

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CNN incita a la subversión en EEUU

El reportero de CNN Brian Todd especuló sobre traspaso del poder en caso de que Trump fuese asesinado

/ 16 de febrero de 2017 / 04:15

Quien mira CNN en español o inglés o en cualquier otro idioma queda sorprendido, se preguntará ¿por qué tanta falta de respeto de la cadena de cobertura mundial en contra del Presidente estadounidense? Esa forma de nombrarlo, el profundo desprecio de los comentaristas en contra de Donald Trump, no son algo a lo que estábamos acostumbrados escuchar en la época de Barack Obama ni de las administraciones anteriores. “Qué poder real tiene CNN para difundir fake news (informaciones falsas) que luego recorren cadenas internacionales como Al-Jazeera, BBC o France 24. CNN informa lo que conviene a sus intereses”, lo dice su presidente, Jeff Zucker.

La percepción de Donald Trump en las capitales del mundo, de cierta manera depende de la cadena hegemónica CNN. Ciudadanos estadounidenses han interpuesto acusaciones y el propio FBI lleva investigaciones en relación a amenazas de Zucker sobre la persona de Trump: “Si no cambia sus relaciones con CNN, la cadena podría incitar a conflictos armados entre los países del Medio Oriente y EEUU, o entre China y EEUU” (lacausedupeuple.net.), la anarquía reinante en política nacional se va a reflejar a escala mundial con riesgo de desestabilización geoestratégica favorable a otras potencias.

En una entrevista con el New York Magazine en la segunda quincena de enero, Zucker ha declarado: “Una de las cosas que esta administración no entiende es la existencia de un sola cadena de televisión con el potencial de cubrir Moscú, Pekín, Seúl, Tokio, Pyongyang, Bagdad, Teherán, Damas, y ella, es CNN”.

Manifestaciones de repudio de los sectores intelectuales de izquierda, artistas, cantantes, actores de cine, de la prensa occidental ven a Donald Trump como ilegítimo y presta en buscar su dimisión. Existe unanimidad del establishment: “Trump es una ofensa a la inteligencia, poco decoro, al revés de Obama cuya salida es resentida con tristeza”. CNN, por la voz de su presidente, admite que va a sabotear las relaciones diplomáticas de Washington si ellas no están orientadas según sus criterios.

El reportero de CNN Brian Todd especuló de antemano la situación legal de traspaso del poder en caso de que Trump fuese ¡asesinado! o tuviera algún impedimento haciendo rebote al vicepresidente Mike Pence, descendiendo la línea de mando en Washington. Resultado: el equipo de prensa presidencial, cansado de las numerosas fake news en su contra, suspendió la acreditación a la CNN para la retransmisión de la ceremonia de investidura, precisando en la necesidad de imponer la ética y neutralidad informativa, el respeto a la verdad rompiendo los monopolios a favor de la “calidad periodística”.

El descifrado alusivo al rostro del populismo victorioso, carente de experiencia política, al estilo ofensivo con eco nacionalista y perfil xenófobo desaprobado por parte del solemne capitolio, es visto incompetente a su cargo contrariamente a los 44 mandatarios precedentes habiendo marcado la historia.

Julian Assange, fundador de WikiLeaks —la web que difundió miles de emails sobre la corrupción del partido demócrata, lo cual según CNN favoreció a la investidura de Trump—, amenazó demandar a la cadena por difamación del exoficial de la CIA Phil Mudd, quien en un programa en horario estelar llamó a Assange de pedófilo viviendo asilado en la Embajada de Ecuador en Londres. CNN tuvo que eliminar de Twitter el enlace al video con el programa publicando en su lugar una disculpa. El Presidente de EEUU pasa parte de su tiempo en desmentir al sitio Buzzfeed, a CNN, al New York Times NYT, al Washington Post y a otros medios que podrían dar ideas de asesinato a un lobo solitario (Lionel Lebron para RT), un anacronismo de los años 50.

* es andinista, fotógrafo y activista político francés radicado en Bolivia.

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El legado de Obama

En Irak, la administración Obama efectuó 26.000 ataques aéreos en un año.

/ 25 de enero de 2017 / 04:58

Es la primera vez en la historia que un presidente Premio Nobel de La Paz mantuvo a su país en guerra con siete países y se apropió como ningún otro el “derecho a la injerencia humanitaria”. El primer presidente afroamericano en acceder a la Casa Blanca llevaba consigo olas de ilusiones y promesas, que cristalizaban el reclamo y la esperanza de millones personas por una mayor equidad y más oportunidades.

Sin embargo, Obama albergó a los think tank y a las élites neoconservadoras en nichos estratégicos del Pentágono y agencias de inteligencia estadounidenses, con el fin intervenir gobiernos extranjeros sin coherencia geopolítica clara. Asimismo, el mandatario saliente implicó a la OTAN en el golpe de Estado que se registró en Ucrania en febrero de 2014, a fin de provocar a Rusia para que cometiera errores. Con sus aliados occidentales desestabilizó Libia, un país próspero, eliminando a Moammar Kadhafi en 2011, uno de los pocos gobernantes laicos de Medio Oriente.

La OTAN también estimuló luchas sectarias en Afganistán y en el Cuerno de África cuando Hillary Clinton era secretaria de Estado. De igual manera incitó los movimientos revolucionarios conocidos como la “primavera árabe” a fin de destituir gobiernos no afines a su política.

En Irak, la administración Obama efectuó 26.000 ataques aéreos en un año, según la agencia Bloomberg Business, pasando luego a bombardear Libia y Siria. A pesar de ello, no logró controlar la región, a diferencia del Ejército sirio y de sus aliados. Estados Unidos también apoyó el persistente bombardeo que lleva adelante la aviación de la monarquía saudí en Yemen, y con iguales resultados infructuosos, pese a la superioridad militar. El expresidente de origen afroamericano atacó a sus propias raíces étnicas a iniciativa de las castas militar-industrial y del Senado norteamericano.

Por otra parte, EEUU agudizó los enfrentamientos religiosos con la intervención de grupos armados sunitas extremistas en Pakistán. El Bureau of Investigative Journalism estima que solo el 4% de las víctimas de los bombardeos con drones son identificados como terroristas.

El conflicto armado que se ha de-satado en Siria para tratar de derrocar a Bashar Al Assad, presidente legítimo de ese país árabe, ha causado hasta ahora al menos 450.000 muertos. Después de cinco años de guerra atroz, el balance es negativo en todos los sentidos, lo que ha inducido a que Rusia e Irán intervengan con el fin de restablecer el equilibrio en u-na región rica en hidrocarburos en la que todos los países, salvo Israel, son considerados hostiles para Occidente.

Haber logrado doblegar a los gobiernos europeos según sus intereses, instalando en Europa escudos antimisiles en preparación para una guerra global contra Rusia, junto a la inclusión de los países bálticos a la OTAN, podría ser considerada como la principal victoria de Washington.

El supuesto hackeo de los correos de Hillary Clinton impulsado presuntamente por Putin con el propósito de favorecer a Donald Trump en las elecciones, a pesar de que no se han presentado pruebas concretas que respalden esta acusación, supuso nuevas sanciones y medidas coercitivas contra la Federación rusa, sanciones que el propio Washington Post ha calificado de inútiles y tardías. En respuesta, Putin le deseó felices fiestas y próspero Año Nuevo al presidente saliente, a tiempo de anunciar que no iba a adoptar represalias diplomáticas. Ante ello, Trump declaró a los medios: “Putin fue genial… es un hombre inteligente”.

A su vez, la prensa ha calificado de errónea la decisión de expulsar 35 diplomáticos rusos, aunque lamenta la pérdida de influencia estadounidense en Medio Oriente, donde Rusia, Turquía e Irán también arrinconaron a los europeos. Suprema humillación, la paz ya no se negociará en territorio de la UE, por lo general en Ginebra (Suiza), sino en Astana, capital de Kazajistán. El principal legado de Barack Obama es, sin duda, el derrumbe de la política exterior estadounidense.

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La batalla de Alepo, el Stalingrado de la OTAN

Quedan pocas semanas para que Obama le deje a su sucesor una situación inmanejable en Siria.

/ 3 de enero de 2017 / 11:17

La batalla de Alepo, la segunda ciudad en importancia de Siria, se ha convertido en una de las guerras híbridas más complejas de la historia moderna. La derrota de los “rebeldes moderados” apoyados por la OTAN, junto a sus consortes y los países del Golfo Pérsico ha puesto fin al proyecto inicial de Washington de convertir a Siria en el centro de abastecimiento de petróleo de Europa. La intención era debilitar a Rusia en sus pretensiones geopolíticas y desacreditar su visión de un mundo multipolar. Tensionados ambos bloques, lo que sucede en Alepo puede determinar las influencias geopolíticas a futuro.

Los países involucrados en la guerra siria apostaron por los terroristas atrincherados según sus intereses. Sin embargo, a pesar del poderío militar prestado, no lograron cambiar la tendencia, tampoco aplacar el escenario libio. El portal Veterans Today reveló lo que Fare Shehabi, jefe de la Cámara de Comercio de Alepo, había escrito en su página de Facebook: los nombres y apellidos de más de un centenar de oficiales y soldados de fuerzas especiales europeas, estadounidenses, israelíes y de monarquías del Golfo Pérsico que habían sido arrestados, señalando que Occidente juega la carta del terrorismo para desestabilizar el último país laico de Oriente Medio: Siria.

Pese a la participación de centenares de expertos militares y billones de dólares invertidos en armas, los aliados de Bashar Al Assad, con menor capacidad militar, lograron lo imposible.

Entre los rendidos figuran militares estadounidenses y europeos, una captura sin precedentes; además de agentes secretos que trataron de escapar entremezclándose en las largas filas de los rebeldes y sus familiares. Los civiles que se encontraban a merced de los fundamentalistas ya fueron evacuados por la Cruz Roja siria. En contradicción con las acusaciones de los medios occidentales, los habitantes de Alepo acuden masivamente a los campos de refugiados organizados por Damasco. Situación que llevó al Consejo de Seguridad de la ONU a organizar una sesión urgente con el objetivo de enviar observadores internacionales que monitoreen el respeto de los derechos humanos de los yihadistas. Cada gobierno insta a la liberación de sus militares mediante concesiones políticas y dinero (Volter.net), algo inusitado y humillante para la coalición al mando de Estados Unidos.

En Washington, Obama y los medios acusan a Vladimir Putin de atrocidades. Mientras que unos 200 portales, entre los que se encuentran 21wire y stragika51, filtran información referente al pánico que impera en Occidente. Por otro lado, medios como The Times Israel, L.A. Times, The New York Times, Wall Street Journal o el The Telegraph admiten la capitulación de la coalición occidental en Alepo, aunque de la manera más discreta posible.

La batalla de Alepo se ha convertido en el Stalingrado de la OTAN, y esta derrota generará repercusiones en el próximo gobierno de Estados Unidos. Muchos militares occidentales han participado activamente en el conflicto y han desaparecido en combates rodeados del mutismo de sus respectivos gobiernos. Alepo marca el reflujo del imperio. Según Source Counter Punch, los militares rusos han advertido, por intermedio de su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, que “todo rebelde moderado que no acepte la oportunidad de dejar las armas tendrá que hacer frente a las implicaciones”.

La batalla de Alepo quedará en los libros de historia como uno de los escenarios de guerra con imágenes abyectas de muerte, en el que se instrumentalizó, como nunca antes, la prensa dominante para influir en la mente y en el espíritu del espectador aturdido. Esta batalla se ganó no por aspectos cuantitativos, sino, cualitativos. Quedan pocas semanas para que Obama le deje a su sucesor una situación inmanejable en Siria.

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La Sierra Maestra está de duelo

Desde Santiago de Cuba hasta Miami, nadie ha quedado indiferente ante la muerte de Fidel.

/ 15 de diciembre de 2016 / 05:18

A los 90 años, el hombre que partió de la Sierra Maestra a la conquista del sueño latinoamericano expiró tras una vida consumada por éxitos y reveses. Antes de él, muchos barbudos, nombre otorgado a los combatientes que lucharon contra Fulgencio Batista, se desvanecieron de vida a muerte, configurando el imponente panteón patrio; y Fidel ahora ingresa en él.

Muchos lo respetan o lo quieren; otros pocos, lo maldicen. Desde Santiago de Cuba hasta Miami, pasando por toda América del Sur, nadie ha quedado indiferente ante su muerte. Se han escrito miles de artículos y cientos de libros sobre su vida y su obra, algunos malos, otros bastante buenos y muy buenos. También ha inspirado coplas y canciones.

Mientras, renegados, mitad cubanos mitad siameses, disfrutan esa muerte en el café Versailles y en la famosa calle 8 de Miami. La diáspora cubana en EEUU baila, aplaude y celebra con creces la defunción del imperecedero; salivan cervezas, escupen polvillos de habanos evocando entre risas una victoria que ni siquiera les pertenece, sino que es resultado del paso del tiempo. ¿Qué han hecho ellos y qué no ha hecho Fidel? Al contrario de aquellos, no lo dude, el líder de la Revolución cubana ha entrado en la memoria colectiva. De los gusanos a los marielitos, apenas si sus hijos parlotean español, muchos convertidos en soldados cayeron en guerras ajenas: Irak, Afganistán.

El hombre tachado de dictador sobrevivió a 637 atentados; le acosaron la vida con proyectos de mil muertes. En 2008, en un artículo, Eduardo Galeano escribió: “Su energía contagiosa ha sido decisiva para transformar una colonia en patria, y que ello no fue por brujería de Mandinga ni por el milagro de Dios que esta patria nueva pudo sobrevivir a 10 presidentes de Estados Unidos cuyos cubiertos eran puestos por la cena. Y sus enemigos no dicen que Cuba es uno de los pocos países que no participa a la copa mundial de vasallos”. Sintiendo la sombra de la muerte aproximarse, el 19 de abril de 2016, ante el séptimo Congreso del Partido Comunista de Cuba, Fidel Castro anunció: “Pronto deberé cumplir 90 años, nunca se me había ocurrido tal idea y nunca fue fruto de un esfuerzo, fue capricho de azar”.

La lacónica expresión del electo presidente de Estados Unidos en su cuenta de Twitter y su posterior declaración al respecto hacen gala del desconocimiento de Trump de la historia cubana; su razón anacrónica olvidó el carácter coercitivo de su país en la relación con el mapamundi. Tal percepción le hace olvidar quién impuso el embargo económico, político, social y financiero internacional contra la isla mayor de las Antillas, hasta adquirir rango de ley (Cuban Democracy Act), el bloqueo más largo de la historia moderna. Recuérdese lo que afirmó el Subsecretario Adjunto de Asuntos Interamericanos de EEUU en 1960: “El único medio es objetar la entrega de créditos, de aprovisionar Cuba en sus necesidades con el fin de disminuir salarios reales y monetarios, provocar el hambre, la desesperanza, para así lograr el derrocamiento del Gobierno”.

¿Quién contraviene el derecho a la soberanía de cada nación consignado en la Carta de las Naciones Unidas? ¿Acaso el bloqueo contra Cuba no constituye un acto despótico? Veinticinco años después del derrumbe de la Unión Soviética, Estados Unidos, en pleno siglo XXI, continúa sancionando las diferencias políticas al consenso de Washington.

No hay grandes gobernantes exentos de equivocaciones y errores, pero vale la oportunidad para preguntar a los distinguidos demócratas e impulsores de “ayuda humanitaria”, ¿quién tiene mayor responsabilidad sobre el destino de la humanidad, Cuba o Estados Unidos? La Sierra Maestra está de duelo.

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Victoria de Cuba en la ONU

Con la abstención del veto estadounidense en la ONU, Cuba ganó una batalla democrática.

/ 4 de noviembre de 2016 / 05:13

Por primera vez en 25 años Estados Unidos se abstuvo de votar a favor del embargo que impuso a Cuba ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Samantha Power, ultraconservadora, quedó con la vista fija sobre su móvil durante la sesión que abordó este tema el 26 de octubre. ¿Algo ha sucedido, una señal provisoria, una ventana hacia la sensatez política? Al salir, Power tuvo que dar una razón diplomática a la prensa, simplemente contestó “hoy mi gobierno se abstiene”.

Si bien el bloqueo económico impuesto a Cuba impide avanzar más rápido en una nueva relación entre Estados Unidos y el régimen castrista, Janette Habel, especialista en este tema, cree que en los próximos meses pueden registrase leves modificaciones en ciertas áreas respecto a las restricciones estadounidenses, pero que la agenda de reclamos de Cuba deberá ser abordada por el próximo gobierno.

El fin del mandato de Obama, premio Nobel de la Paz 2009, atraviesa un escenario complejo de guerras, y aunque su deseo sea dejar un legado positivo, el marasmo sirio lo perseguirá el resto de sus días. Tradicionalmente, los gobiernos estadounidenses han hecho una lectura errada de la historia, dándole la espalda. Por ejemplo, la política contra el régimen cubano no ha funcionado hasta ahora, tampoco funcionará contra Rusia en la defensa de Siria. Si Estados Unidos ingresa en un conflicto armado directo con Rusia e Irán en Siria podría desencadenar una catástrofe mundial, su liderazgo quedaría maltrecho en los libros de historia.

Ante el mundo, que permanece mudo, Washington repite antiguas retóricas como su supuesta “excepcionalidad”, aunque ya no tiene los medios para atribuirse el derecho de castigar a quienes no se sujetan a los valores y modelos culturales que impulsa. Estados Unidos carece de la capacidad para mantener el orden mundial pos 1945, Cuba es la muestra de ello. A su vez, Europa permanece como un vasallo; y a contramano de lo que ocurre con Estados Unidos, la OTAN debería volcar sus esfuerzos ahí donde no pudieron Napoleón ni Hitler para contener a Rusia.

Con la abstención del veto norteamericano el 26 de octubre en la ONU, Cuba ganó una batalla democrática en la arena de una guerra no convencional. Bien que mal el régimen castrista acomodó la visión del socialismo a la economía de las mayorías, alcanzó un alto nivel en medicina y en otras ciencias sociales, y consiguió sobrevivir a la escasez impuesta a pocas millas de Miami. Cualquiera sea nuestra opinión, no se le debería restar méritos a la resistencia de Cuba frente a 58 años de aislamiento. La Habana guarda el secreto de su longevidad, un elixir conocido entre pueblos emprendedores. El Canciller cubano señaló recientemente que la isla no volverá al capitalismo.

Desde que las relaciones entre Cuba y la UE fueron restablecidas, gobernantes y empresas europeas hacen escalas en la isla para firmar millonarios contratos comerciales. Por el contrario, la ceguera del Senado estadounidense desmiente la acostumbrada idea de un imperio visionario. Hasta Roma supo adaptar sus diferencias sobre el altar del libre comercio con los hunos y demás tribus contra las cuales luchó para continuar controlando políticas, territorios y economías. La dominación romana perduró siglos en la gloria de sus conquistas. La hegemonía norteamericana cuenta aún con pocas décadas de existencia. Frente al tiburón que pierde aguas, apuesto por el turbulento ispi caribeño.

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