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Albanella Chávez

Ella tiene carisma y lo refleja donde va, quizá ése es el aspecto que siempre le ayuda a integrarse a los diferentes espacios en los que interactúa, incluido el activismo feminista.

Albanella Chávez Turello nació hace 28 años en Beni. Se graduó en Psicología, en Santa Cruz, e hizo un máster en Estudios de Género. “El compromiso con el feminismo surge porque vengo de una familia de mujeres empoderadas”, explica a través del teléfono.

Albanella recuerda que cuando era pequeña su madre, quien si bien no se define como feminista, la guió por un camino militante.

“Ideológicamente, ella siempre apostó por la izquierda y éstas fueron las pautas para hallar mi camino”, afirma.

Y el ejemplo fue alcanzar a su abuela y la visión de mundo que le legó.

“Mi abuela fue una mujer viajera, ella junto a mi abuelo radicaron en Italia, Suecia, Chile, Venezuela, EEUU y México. Ellos nos transmitieron la idea de mirar al mundo como un espacio amplio para recorrer y conocer”, cuenta.

Quizá por esas experiencias arraigadas en su memoria y en sus genes, la vida de Albanella ha transitado por diferentes ciudades de Bolivia. “Comencé en La Paz , luego nos fuimos con mi madre a Santa Cruz y retorné al sitio donde nací que es Beni y así pasé los años escolares”, recuenta.

Para sus estudios universitarios retornó a la capital oriental y la maestría la cursó en España.

“Tengo presente que no hay que quedarse anclada o arraigada en ningún lugar, sino explorar; yo me siento muy boliviana porque he vivido en varios departamentos del país”, dice. Por ahora, planea quedarse en Santa Cruz donde vive y trabaja apoyando a diferentes colectivos feministas y de diversidad, entre ellos destaca la red de Mujeres Lesbianas y Bisexuales de Bolivia.

“En esta organización he compartido con muchas chicas, sobre todo población joven, porque siento que es importante trabajar con las chicas que están empezando a conocer su orientación sexual”.

Albanella es de esas mujeres cuya militancia nace del corazón, es independiente y no busca beneficios  más que el de aportar.

“Esto es para mí como un camino de vida no sólo un asunto de trabajo”, sostiene. “En la lucha por la equidad y el feminismo, si no sabemos dónde estamos y de dónde partimos no se puede avanzar a ningún lado”, advierte.