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La Paz qué muestran los miradores

Al estar en una hoyada, es fácil encontrar puntos altos para observar la ciudad de La Paz. Algunos son, por tradición, lugares para realizar rituales andinos; otros, con el afán de brindar más atractivos a la ciudad, han sido convertidos en miradores y tienen  parques infantiles, baños y hasta museos (como el Pipiripi, en Laikakota).

Hay alrededor de 32 lugares para mirar la urbe, concluye una investigación realizada por el antropólogo Luis Castedo; ocho de ellos son turísticos, por el tipo de estructura que tienen (barandas, servicios, etc.), según la Alcaldía, y son: La Muela del Diablo o Auqui Kollo, en la zona Sur, con 150 metros de altura; el Raúl Salmón de la Barra, en el Parque Urbano Central; El Montículo, en pleno Sopocachi; el Killi Killi, en Villa Pabón; la Apacheta 27 de Mayo, en el distrito Periférica; el Salla Umani (“Peñasco que tiene agua”), cerca de la Ceja de El Alto; el de Alto Pampahasi, en la ladera este; y el Jach’a Kollo, en Cotahuma.

Escape ha visitado este último, uno de los más turísticos de la localidad, y otros dos que no lo son tanto pero que ofrecen vistas de la mancha urbana desde diferentes perspectivas. Kusisimpata, en El Calvario; Auquisamaña, en la zona Sur; y Jach’a Kollo, en la ladera oeste, sobre Cotahuma, ofrecen una perspectiva de La Paz en casi ángulo completo: una ciudad de color ladrillo en sus laderas, llena de altos edificios en sus grandes avenidas, con arquitectura colonial y moderna… Así se ve la urbe de los 3.600 metros desde las alturas. Esto nos muestran los miradores.