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Escapes

Una favela en el corazón berlinés

Sobrevivió a los bombardeos de la II Guerra Mundial y hoy goza del raro honor de ser la única gran metrópoli alemana donde existe un miserable terreno repleto de casitas de cartón y hojalata, un microcosmos de la pobreza copiado de las famosas favelas de Brasil y de las villas miseria de Argentina.

El periódico El País reporta que la única favela existente en todo el territorio de la primera potencia económica de Europa comenzó a ser construida hace casi dos años en una zona de Kreuzberg, que a partir de los años 70 fue bautizada como la pequeña Estambul, a causa de la población turca que llegó al país y eligió este barrio para vivir. Casi rodeado por el famoso Muro, Kreuzberg era barato, pintoresco, multicultural, y terminó convirtiéndose en un imán para artistas pobres,hippies y punks.
Esta favela está construida en un terreno del tamaño de una cancha de fútbol y está habitada por unas 200 personas provenientes de Rumania, Bulgaria, Polonia y Rusia, que comparten un futuro incierto y sórdido con varios hippies alemanes y artistas alternativos que dejaron atrás una vida burguesa para buscar nuevos horizontes o quizá una nueva inspiración.

Quienes se animan a vivir allí son atraídos por ser un territorio libre donde no se hacen preguntas y cada uno se da el lujo de no hacer nada y contemplar cómo pasa el tiempo. Pero la amenaza de desalojo proviene de Múnich, donde vive el empresario Artur Süsskind, que desea construir casas de lujo en ese paraje mísero y avariento.

El ahogamiento de John Smith

Fue capitán del trágicamente famoso Titanic. Nació en Trent, Inglaterra, el 27 de enero de 1850. Desde muy pequeño mostró un gran sentido del deber; sus primeros pasos en la marina empezaron a sus 19 años. El año 1875 obtuvo su certificado de Maestría de pilotaje, en 1880 se unió a una firma de barcos mercantes y fue promovido constantemente a barcos de mayor envergadura y rutas comerciales más complejas. En 1911 fue construido el RMS Olimpic, un barco gemelo al Titanic, que en su partida del puerto tuvo una serie de contratiempos finalmente salvados por la astucia de Edward John Smith; fue la oportunidad para que   declarara que el Olimpic, así como su gemelo Titanic en construcción, “no podrían ser hundidos jamás”. Al poco tiempo y con el Titanic echado al mar, Smith asumió el mando del barco, cuya travesía fue interrumpida por una de las desgracias más grandes en la historia de los viajes comerciales. Smith se ahogó por decisión propia en el puente de mando de aquel barco. Cuando alguien se está ahogando no puede gritar ni pedir ayuda mientras se hunde desesperadamente, la piel se pone azul, también los labios y orejas, se debe llamar o pedir ayuda, sacar a la víctima del agua, ver si ésta consiente, abrir su boca y verificar si respira. Es así como el capitán más seguro de su tiempo, no pudo contra el destino y terminó en el fondo del mar. Dr. Aníbal Romero Sandoval, Emergencias Hospital Arco Iris