Icono del sitio La Razón

Los Ángeles de María

Nicolás desfila con un polerón de manga larga y un jean celeste, además de una chompa blanca en el hombro muy a tono con la primavera. Ariel pasa por la alfombra roja con una polera azul, una chamarra oscura y unos jeans de color marengo. Los lentes de ambos tienen correas para evitar su caída.

En las graderías, al ritmo de esas canciones que suelen sonar en los desfiles de moda de todo el mundo, los estudiantes, principalmente los de la promoción, aplauden el paso de los 14 menores de edad, mientras sus familiares rebosan de alegría y sacan fotografías de los modelos. Son unos verdaderos modelos de la vida.

Este desfile es el resultado de dos semanas de ensayos arduos, la culminación de uno de los sueños de niños y jóvenes con capacidades diferentes, que reciben educación especial y no desentonan con el resto, que parte de una historia de sinsabores y alegrías de la profesora María Aguilar.

La unidad educativa Bolivian High School recibió este año a menores de edad que padecen diferentes problemas, desde epilepsia, pasando por autismo e hiperactividad, hasta parálisis cerebral. Estos chicos encuentran en el compañerismo y las ganas de vivir las razones para cumplir sus objetivos y superarse cada día.

En un aula habilitada especialmente para ellos, la maestra María apela a diversas técnicas para enseñar a sus niños, principalmente a través de la televisión y el DVD, mediante los cuales les hace cantar karaoke, con el objetivo de que aprendan a leer o a multiplicar, de acuerdo con el grado de aprendizaje de cada alumno.

Los estudiantes de María lucen más felices que nunca en este acto especial que comienza con la entonación del Himno Nacional, en el que Israel, quien padece hiperactividad, se encarga de izar la bandera boliviana. “Me siento orgulloso, estoy feliz por mi hijo. Más que todo me gusta porque se lleva bien con sus compañeros. En su anterior colegio, él no tenía amigos, pero ahora es muy amigable, tiene muchos amigos, juega, comparte”, afirma Juan Carlos, padre de su mimado Israel.

María Aguilar es la profesora de los que ella llama sus ángeles, con quienes desarrolló diversas actividades de interacción con la sociedad, desde la visita a un cine, a un restaurante, transportarse en un bus PumaKatari, hasta trasladarse en las cabinas del teleférico por sobre la urbe.

Esta historia comenzó hace 13 años, cuando Sandra, la madre de Andrés —quien lucha contra la epilepsia—, contrató los servicios de María en un colegio. “Allí nos obligaban a que cada estudiante con una capacidad especial tuviera un tutor al lado y no permitían siquiera que socialicen con sus compañeros”, se lamenta. Luego, María y Andrés se fueron a otro colegio, donde —afirma la maestra— “he tenido la peor experiencia de mi vida”, pues había intolerancia con sus niños. Debido a ello es que este año, María, Andrés y otros 13 niños y jóvenes ingresaron en la unidad educativa Bolivian High School, ubicada en la calle Defensores del Chaco, en la zona de Chasquipampa, al sur de la ciudad de La Paz.“Queremos dar oportunidad a todos estos niños y jóvenes, quienes posiblemente fueron aislados por la sociedad, pero en el High School los recibimos y les damos cobertura para que puedan ser parte de nosotros”, afirma Hugo Quiroga, director del establecimiento.

“Había padres que estaban disconformes con la presencia de estos niños, pero gracias a Dios han sido conscientes, han participado en las reuniones y aceptaron que sean parte de nuestra unidad educativa”, añade el profesor que ayudó desde el principio en la instalación del toldo y de la alfombra roja para llevar a cabo el desfile que emociona a todos los presentes.

Joseline luce un atuendo consistente en una solera azul con blanco a rayas, con botones en el medio y un cordel también azul, acompañada por una calza negra y unas botas del mismo color, con una gorra azul de la marca de una empresa telefónica. Israel viste una polera, un pantalón y zapatos negros que hacen juego con las gafas oscuras y una gorra azul puesta al revés. Al lado derecho de la alfombra roja, Jazmín lleva una polera y un jean de color lila, combinados con una bota negra tipo militar y una gorra de la misma telefónica.

“Me emociona mucho porque no pensé que Jazmín iba a llegar a este nivel. Me alegra bastante ver a todos sus compañeros, junto con ella, que se puedan desenvolver como los demás. El avance ha sido un poco lento; lo que pasa es que en La Paz no hay personal adecuado que pueda ayudar en este tipo de casos, pero moviéndonos con todos los papás hemos conseguido a una persona que les estimula”, comenta Vladimir, el padre de Jazmín.

Después de la exhibición de ropa de la temporada, los 14 ángeles de María ofrecen un espectáculo de baile moderno, en el que Edson (con lesión leve cerebral) demuestra sus aptitudes en el break dance y Ariel (síndrome de Down), siempre activo, anima a la gente a bailar con ellos.

Es una fiesta que muestra que con un poco de voluntad se puede hacer lo que se desee, que no hay barreras para alcanzar la felicidad.

“Me lleno de emoción porque ellos son parte de mi vida, son la fuerza para salir adelante. Queridos papás, les agradezco muchísimo por haberme cedido a estos ángeles que han venido a brindarnos una luz en nuestro camino, a brindarnos un ejemplo de vida y de superación”, sostiene María durante el acto de agradecimientos, en el que también felicita la actitud de los estudiantes de la promoción del High School, quienes se convirtieron en amigos y confidentes de los niños y jóvenes que son el centro del espectáculo artístico.

“Todo empezó con el cumpleaños de Israel, al que nos invitó la profesora María. A partir de ese momento nació el cariño que les tenemos. En cada actividad, como el Día del Padre o el Día del Maestro, nos traen su alegría. Siempre los hemos visto como nosotros, iguales, con las mismas capacidades”, comenta Rodrigo, uno de los estudiantes que se graduarán del colegio.

En un principio “me daba miedo porque tienen una capacidad diferente, pensé que se podían venir contra nosotros; pero no, ellos han resultado ser muy amigables, se han apegado a nosotros, hemos ido a jugar voley, vienen chicos de otros cursos y todos compartimos”, reconoce otro de los alumnos de 6° de secundaria.

“Mi experiencia ha sido interesante porque yo tengo discapacidad, pero al compartir con los chicos he aprendido a vivir con ella. Al principio estaba asustado, pensé que no me iban a aceptar, pero después he empezado a socializar con ellos poco a poco, con los chicos he jugado fútbol, voleibol, wally”, comenta Edson, uno de los 14 niños de la maestra María.

Llega el momento de la presentación del grupo de música tropical Zacude, que también comparte su energía y sus instrumentos con los menores de edad que tienen alguna discapacidad. Ellos parecen haberse olvidado de que alguna vez han tenido algún problema, expresan que pueden ser felices al integrarse a la sociedad y ser aceptados por ella.

El Bolivian High School, que fue creado el año 1999, se abrió de esta manera a los niños en el aprendizaje diferenciado. “Nuestra ambición es crecer, si este año hemos tenido 14 estudiantes, el próximo queremos duplicar a unos 28 e incrementar el plantel docente”, sostiene el profesor Quiroga, quien entre otros proyectos planea la creación de una universidad.

 A estos niños y  jóvenes hay que “darles mucho cariño, darles siempre oportunidad. En nuestra sociedad, a las personas con alguna discapacidad se las oculta, hacen que estén dentro del cuarto porque ven que los pueden criticar, lamentablemente nuestros papás no están debidamente orientados”, agrega el director.

“Ha sido un reto integrarlos socialmente, un reto acoplarlos a una población tan grande, de 600 estudiantes, de demostrar a los padres de familia de los otros alumnos que hay chicos con habilidades distintas pero que se pueden relacionar socialmente, que no son agresivos, que solo tienen un problema de aprendizaje, un problema cognitivo. Estoy muy agradecida con esta unidad educativa porque se ha demostrado que se pueden hacer muchas cosas, que podemos lograr metas, sueños, emociones”, asevera la profesora María.

“El gran sueño de mis chicos es conocer al presidente Evo Morales, pues ya hablaron con el vicepresidente Álvaro García Linera, me está costando cumplir su pedido”, reconoce María, quien confía en que logrará su próximo objetivo, así como hace 13 años inició lo que llama “locuras” por hacer felices a sus pequeños.

Melissa, Edson, Joseline, Israel, Jazmín, Ariel, Rosita, Julián, Jennifer, Nicolás, Alison, Andrés, Máxima y Lizeth son un ejemplo de superación y de que con oportunidades y ayuda se les puede integrar a la sociedad . Son modelos de vida, los ángeles que alumbran la existencia de sus familiares y de sus compañeros de  la unidad educativa Bolivian High School. Son los ángeles de la maestra María.