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Orígenes para conocer más de Bolivia

Las luces del salón se apagan y solo se observa una iluminación tenue en el escenario. De repente se percibe el sonido de las matracas, momento en el que cuatro varones vestidos con saco, corbata, chalina de vicuña y sombrero entran bailando al escenario.

En cuanto empieza a escucharse la morenada de Llajtaymanta, cuatro mujeres vestidas de cholas antiguas ingresan para mostrar sus pasos y, después, las chinas morenas y los morenos, quienes llevan en la careta plumas de color rojo, amarillo y verde, continúan la presentación artística.

De esa manera comienza el espectáculo del Espacio Cultural Orígenes, un emprendimiento privado en la ciudad de Sucre que presenta las danzas del folklore boliviano de una manera diferente, en un escenario propio y con un salón donde se puede disfrutar de lo mejor de la gastronomía nacional e internacional.

Soy alegre y qué, esta vida es para vivir;

Soy cocani y qué, viva mi lindo Carnaval.

Los visitantes nacionales y extranjeros lucen maravillados al observar el baile y el juego de luces, y tratan de no perderse ningún momento. Por eso parece que no hay lugar siquiera para el pestañeo.

El gerente del Espacio Cultural Orígenes, Cyril Lottici, indica que en marzo de 2008 comenzó a presentarse esta exhibición con un resumen de danzas del Carnaval de Oruro, que posteriormente fue ampliado a tres presentaciones diferentes, con un recorrido por las expresiones folklóricas del país, desde la morenada, el pujllay, saya afroboliviana, taquirari, tamborita, cueca tarijeña, caporal, bailecito chuquisaqueño y ch’utas.

Al finalizar la primera danza se abre el telón en la parte trasera del escenario, donde en una pantalla se muestran imágenes turísticas de Bolivia, con subtítulos en inglés, elaborados por el Ministerio de Culturas y con el sello de Bolivia te espera.

Al concluir el video, nuevamente se siente un sonido particular del folklore boliviano, esta vez de Chuquisaca. Son pasos de zancos de 10 a 15 centímetros de alto que resuenan de manera cansina, pero alegre en el piso de madera.

Nuevamente, la atención de los asistentes se centra en el escenario. En la presentación del pujllay, las mujeres están vestidas con pacha montera, una wincha de monedas y cintas de color, además del vestido negro, la lliqlla (el aguayo representativo de la región) y banderas blanco y rojo. Según la página web del espacio cultural, la misión de Orígenes es “presentar un espectáculo de danzas representativas del folklore boliviano en toda su riqueza cultural, para que nuestros visitantes nacionales y extranjeros sientan y vivan nuestra cultura”, lo que se demuestra con los trajes y danza del grupo de bailarines.

Esta primera parte de la muestra del folklore de la capital del Estado concluye con una presentación de la cueca chuquisaqueña, con las camisas y blusas blancas de los danzarines y sus pañuelos que ondean al son de las melodías.

Espectáculo, comida y bebida

Durante la demostración del grupo de danza, los visitantes tienen la oportunidad de consumir la comida y bebida “del más alto nivel”. “Tenemos platos nacionales como el karapecho, que es una de nuestras especialidades en Sucre, además del picante de pollo, pique macho y trucha a la plancha; después presentamos platos internacionales como el filet mignon”, afirma Lottici, quien añade que en la carta diversa también hay cocteles y jugos, cerveza y vinos bolivianos, con precios que varían desde los 25 hasta los 60 bolivianos.

El salón nuevamente se oscurece, lo suficiente para degustar la comida y continuar observando el show. En esta oportunidad, a través de una grabación de sonido, se explica el significado de la diablada, que se resume como la lucha del arcángel San Miguel contra Lucifer, la China Supay y los diablos, y su relación con la Virgen del Socavón de Oruro y el Tío de las minas bolivianas.

Cuando termina la descripción, el ángel ingresa al escenario al son de la danza, con la espada y el casco metálicos que brillan en la semipenumbra. Luego, en una coreografía inigualable, las chinas supay y los diablos bailan haciendo un círculo, y en el centro el ángel marca los pasos, todo complementado con las luces que combinan entre el azul del cielo y el rojo del infierno.

Con el grito de ¡fuerza diablo! empieza la kacharpaya, el huayño de despedida de las fiestas, para lo cual los varones se sacan las caretas y bailan como si algo sobrenatural les diera más vitalidad.

Cada una de las coreografías es interpretada por cuatro mujeres y cuatro varones, quienes, pese a que ya pasó más de una hora, continúan sonriendo e interpretando la danza con mucha fuerza. “Creo que es por la práctica y porque cada uno se va poniendo en forma para bailar”, comenta Marcela Téllez, otra de las integrantes del cuerpo de baile.

“La mayoría de nosotros hemos tenido algo de escuela en los ballets folklóricos de Sucre y al ver la oportunidad que el Espacio Cultural Orígenes nos brindaba hemos venido a trabajar y a hacer lo que más nos gusta, que es bailar y mostrar un poco de nosotros”, cuenta Téllez, quien dentro del vestuario, en medio de una gran cantidad de ropa de varios colores y formas, se prepara con el fin de ponerse otro vestido para la próxima danza.

De acuerdo con Luttici, este grupo de danza también se ha presentado en varias ciudades del país y en el Rally Dakar 2014 en Uyuni, además de haber visitado Argentina y Chile.

Quiero ir al Chaco, pero no sé  

cómo llegaré, cómo llegaré,

será en un burro, será en un tractor,

pero al Chaco quiero llegar yo.

Así inicia la chacarera creada por Yalo Cuéllar y Toto Vaca. En esta danza, los varones bailan con el sombrero de cuero característico del sur boliviano, una camisa blanca y un bombachón, sobre el cual viene un guardacalzón o sobremonte, y unas botas. Las mujeres visten el típico vestido con muchos vuelos en la parte inferior y en los hombros.

Con las faldas rojas y las enaguas amarillas que ondean al ritmo del baile del norte argentino, ellas lucen como si fueran unas flores en pleno movimiento. En la pantalla aparecen imágenes de la región oriental del país, con lo que cuatro parejas salen a bailar la tamborita, luego los toritos y el carnavalito.

De esta manera concluye la primera parte de la presentación de más de dos horas y se da una pausa, que es aprovechada para seguir con la cena y las bebidas.

De acuerdo con Lottici, el Ministerio de Culturas reconoció al Centro Cultural Orígenes por el Compromiso de Calidad Turística Bolivia Buenas Prácticas, además de ser la única cena-show en el país que cuenta con la certificación internacional de calidad ISO 9001: 2008, lo que garantiza el mejoramiento constante de los sistemas de gestión de calidad (SGC).

Final del recorrido boliviano

La segunda parte empieza con  un par de pepinos paceños que hacen piruetas y movimientos graciosos, como preámbulo de la danza de los ch’utas.

En este recorrido por el folklore boliviano toca el turno del tinku potosino, que es interpretado con toda su vitalidad, con la bandera boliviana ondeada por una bailarina y con el final clásico de la pelea-ritual por la fecundidad de la tierra.

Luego, con imágenes del departamento de Tarija, un chuncho y un chapaco aparecen y juntos bailan la danza característica de la fiesta de San Roque, con lo que inicia la tonada chapaca y la cueca tarijeña. Para concluir el itinerario folklórico se hace un repaso por la saya afroboliviana de los Yungas paceños y el caporal, baile mediante el cual se invita al público a subir al escenario para compartir con los bailarines del centro cultural. En ese instante, todo el salón se vuelve una fiesta.

El centro cultural presenta tres funciones diferentes y presentaciones de martes a domingo, se informa en la pro- gramación del lugar. El ingreso a Orígenes cuesta Bs 65 para visitantes nacionales y Bs 100 para extranjeros.

El lugar ofrece una rica gastronomía en un espacio cómodo y transporta al público por todo el territorio boliviano a través de las danzas, en un espectáculo imborrable. Por algo, el centro cultural tiene como eslogan la siguiente frase: “Si no conoce Orígenes, no conoce Bolivia”.