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Lenin Luis

Títeres, máscaras, agua, telas, burbujas y mucha música, son los principales elementos que usa el peruano Lenin Luis (39) para su puesta en escena dirigida a niños de dos a ocho años. “Trato de que todas las cosas que utilizo sean muy lúdicas, siempre en combinación con la música porque a esa edad, los niños son muy musicales”.

Desde chico anhelaba ser actor de teatro, pues soñaba con los aplausos y que la gente lo mirase, “deseaba mucho poder contar desde el escenario”. Pero sus allegados le decían que aquello no era para él por el problema de su tartamudez, producto de un susto que había sufrido cuando tenía cuatro años.

Pero nada se interpuso en su misión de cumplir su sueño. Abandonó la carrera de Pedagogía, que llevaba estudiando cuatro semestres, para ingresar a la de Actuación en la Escuela Nacional de Arte Dramático del Perú. Es así que cuando cumplió 24 decidió viajar para hacer teatro y sustentarse con él.

Al arribar a Colombia, entró a trabajar en la biblioteca de la Fundación Fe y Alegría, en Medellín, como coordinador de ludoteca. Ahí fue donde precisamente se dio cuenta de que también hacía la labor de promotor de lectura, por lo que empezó a fusionar el teatro con los cuentos.

“Hacíamos muchas actividades en las que participaban todos los colegios de Fe y Alegría, donde la literatura se involucraba con la lúdica.  Entonces ellos jugaban, pero lo hacían tanto física como intelectualmente porque tenían que leer”.

Después de esta experiencia continuó su viaje por Ecuador, Nicaragua, Salvador, Guatemala, Panamá, y recientemente Paraguay y Bolivia.

Los cuentos que pone en escena están pensados en niños de la primera infancia, quienes no tienen el suficiente grado de concentración como para quedarse sentados mucho tiempo. “Por eso mezclo el ritmo, el tiempo, la imagen, para que los cuentos sean muy interactivos”.

Cuando no actúa sobre tablas está costurando el vestuario que usará en sus números teatralizados. Es por esta afición que hace como un mes comenzó con un laboratorio, donde se va a mezclar  la indumentaria con cuentos. “Me gusta armar cosas; por eso todo lo que yo hago es a base de retazos”, dice.