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Cara conocida

Habíamos terminado con Litto Nebbia de grabar el CD Tributo a Andrés Chazarreta para su sello Melopea, fue entonces que me atreví a plantearle poder grabar unas canciones mías en sus estudios del Nuevo Mundo de Buenos Aires.

– “Boliviano, te doy cuatro días de estudio a cambio de lo que grabaste y chau”, me dice el Tano, harto de mi estadía. Bien liso, le digo que deseo grabar con su trío 2001: Nebbia/ Franov/ Cinalli.

– “Humm, eso tiene un costo”, dice.

Me acuerdo que hay unos fondos de derechos de autor de mi abuelo en SADAIC (Sociedad de Autores Argentinos), confirmamos llamando, cerramos cifras y se viene la grabación.

Entonces voy unos días a vivir en un hotelito céntrico cerca de la Av. de Mayo, a escoger los temas, escribir partituras, respirar Buenos Aires, ver nalgas jóvenes. Una tarde marcho tras el genial bajista argentino César Franov, tomo subte, bus, viajo una hora y media hasta dar con su depto. Cuando abre la puerta, sus ojos claros y su barba rala me llevan a Spinetta Jade, histórica banda donde Franov fue bajista varios años.

– “Litto me habló de lo tuyo, a ver veamos los temas”, dice, resignado en un sofá.

Saco las 12 partituras, le pido que empecemos con Zamba Geisha, lee a primera vista la melodía, se interesa, se para, toca los acordes en un piano eléctrico cercano, vuelve al bajo, toca la melodía y le va poniendo los acordes con el mismo bajo!… Entonces para un rato, me mira con los ojos más  claros:
– “Está bueno el tema, Chazarreta”, dice con sonrisa de ruso. “A ver, dale otro…”

Entonces le paso la partitura de Licona, un bolerito medio jazzero (silicona, silicona), lo lee de un tirón, lo tocamos juntos, la letra le da ataque de risa, se para, trae un mate, “sos un jodido boliviano”, dice. Entonces llama por teléfono:

– “Che, este boliviano Chazarreta trae buenas cosas, no nos vamos a aburrir… Es Quintino”, dice tapando el fono… “sí, sí, grabamos una base y te la pasamos”.

– “Cinalli quiere que le grabemos en un casete los temas. La grabación es pasado mañana, ¿no?”.

– “Sí”, le digo temblando.

Entonces vamos grabando los temas en una casetera, lee las partes a primera vista, sin drama alguno. Se detiene especialmente en Pa ques decir, —bueno el texto, che, dice—.             

– “Esta le gustará a Quintino”, sonríe, mientras repasamos Sirwiñacu. En Zamba para Anita paramos dos veces, “buena la zambita, sentida, che”. Mientras ceba un mate, le explico de Metafísica Popular, le digo que es una boludez musical pero que la gracia está en las frases, grabamos un minuto de la canción, no le encuentra gracia alguna. Amo tus aretes le parece una bossa estándar. Al Che y a Bobalización las repasa rápido, sin comentar.

Luego tomamos mate con facturas, me cuenta que Cinalli se va ya nomás a España a grabar toda la batería y percusión con el bandoneonista Dinno Saluzzi. Entonces pone un CD:

– “Escuchá esta versión de la Telesita, de tu abuelo…”

Suena una chacarera tremenda, una versión de vanguardia.

– “Quién toca la guitarra?”, pregunto, medio huevón.

– “No, en esta banda no hay viola”, dice, “yo toco toda la armonía en el bajo, es mi primer disco solista”. Me quedo mudo.

– “Mira, mejor yo le llevo mañana el casete a Quintino, es un poco complicado llegar, además tengo que darle otras partituras, grabamos en una semana con Malossetti, esa música está difícil, hay que ensayar un montón”, dice haciendo ronronear el mate.

Nos damos un abrazo, el barrio es plácido, los árboles cabecean, por la emoción me equivoco de ómnibus, llego en la noche al hotelito oscuro, el conserje dice que dejaron un recado, es de Litto Nebbia, que lo llame para cuadrar las horas de estudio. “Así que sos famoso boliviano”, juega.

El lunes y martes grabamos todas las guitarras, batería, percusión y bajo. Nebbia aparece un rato a escuchar los temas, y a pedirle al técnico que le mande una copia por internet para ver a cuál tema le entra. Miércoles y jueves Litto pone pianos y teclados, se anima con Morenada Nada, inclusive hace la melodía del solo. Me impresiona con Licona, la graba en una sola toma. Todos los temas los pasamos a S-VHS, llevo a Bolivia los ocho videos cuidándolos como un tesoro por días de carreteras y trenes. En Pro Audio, con el Óscar García abrimos las pistas y sobre esas sagradas bases se van sumando la flauta y el saxofón de Álvaro Montenegro, el bajo del Peque en la morenada, la armónica y voz del Panchi de Atajo en Bobalización, la percusión de José María Santalla, algunas voces de Negro y Blanco, Entre dos aguas y Dani Pabón en la Metafísica…

Este ch’enko total boliviano-argentino que lo bautizó un taxista Cara conocida lo presentamos en aquel Equinoccio histórico en abril de 2002 y me dio pie a seguir cantando y componiendo. La tapa del disco es una caricatura del gran acuarelista y amigo personal Ricardo Pérez Alcalá, las fotos de Aldo Cardozo y el diseño del Rolito Costa. Un buen disco, che, paques decir. Pena que no exista ni uno, yo tengo unito nomás.

El papirri: personaje de la Pérez, también es Manuel Monroy Chazarreta