Susana Renjel ingresó en su niñez a la Coral Infantil y años después al Conservatorio Nacional de Música, donde permaneció más de 20 años hasta que egresó de la carrera de Canto Lírico. Sin embargo, nada ha sido fácil. “Bolivia es difícil para la música en general y lógicamente un poco más para el género clásico, porque el mercado para este tipo de música aún está en crecimiento. Sin embargo, la creación de nuevos espacios de difusión, convencionales y no convencionales, y también el surgimiento de nuevos elencos artísticos, está haciendo que la gente conozca más sobre la música clásica y el canto lírico”.
Susana dice que cantar en el teatro tiene una magia propia, pues se crea una complicidad muy linda entre los miembros del elenco. “Recuerdo que el año 2004 se hizo en La Paz la ópera La flauta mágica, de Mozart; yo tenía el papel de uno de los ‘Knaben’ (personaje de la obra), la producción lo había contextualizado como un ángel de Calamarca; sin embargo, de ángel solo tuve el atuendo ya que en cada función, junto a los otros ‘Knaben’ (en total éramos tres), cambiábamos parte de nuestros parlamentos y marcas obligando a improvisar ipso facto y hasta límites insospechados a ‘Papageno’ (otro personaje)”.
Pero además de cantante profesional, Susana es comunicadora social y trabaja en una ONG que implementa proyectos ambientales en el área rural y urbana del país. “Estoy casada hace 10 años y mi esposo es un apoyo fundamental para todo lo que hago. Divido mi tiempo entre la comunicación para el desarrollo, el canto y mi familia”.
Entre sus planes a corto plazo figura la grabación de un disco, “también seguiré musicalizando bodas y recepciones sociales con el Dueto Lírico Cadenza”, además de continuar sus actuaciones junto a la Compañía Lírica Boliviana, “donde queremos mezclar lo clásico y popular, como lo que hicimos el año pasado con Queen Lírico”.