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Espítirus del metal

La máxima de “sexo, drogas y rock & roll” impregnó al rock y en algunos casos dio pie a la leyenda sobre algunos protagonistas de este género considerado maldito. En 1954 Elvis Presley grabó That’s All Right Mama que, según la revista Rolling Stone, es la primera canción de rock and roll de la historia, y de inmediato acumuló críticas, como que era la música del diablo por sus movimientos pélvicos y provocadores en una sociedad por demás conservadora.

No por nada fue asociado a una expresión de visiones divergentes sobre la sexualidad y el género, y a las variadas formas de uso de drogas, incluyendo los estimulantes consumidos por algunos mods en los inicios y mediados de la década de 1960, el LSD relacionado con el rock psicodélico al final de los años 60 e inicios de los 70; y ocasionalmente la marihuana, cocaína y heroína hasta nuestros días, todas elogiadas en las canciones de muchos que murieron en nombre del rock.

Es famoso el Club de los 27, expresión utilizada para referirse a un grupo de músicos populares que fallecieron a la edad de 27 años, entre ellos Robert Johnson, Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison, Kurt Cobain y Amy Winehouse. Pero también hay otros como Sid Vicious (21) o Tommy Bolin (25). Ellos sí cumplieron con eso de “vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver” que fue dicha por un actor de vida rockera: James Dean.

Pero no todos los rockers que bebieron de todos los elíxires cumplieron con la regla. Hay un grupo de ellos que increíblemente sobrevivió a todo y hoy continúan en el ruedo. En el caso de Ozzy por ejemplo, un grupo de científicos especializados en el estudio del Genoma humano ha descubierto cientos de miles de variantes en el genoma del cantante que nunca han sido vistos.

Entre los componentes que conforman el genoma de Osbourne se encontró ADN de Neandertal, por supuesto los científicos advierten que esto no comprueba nada, y que tal vez nada tenga que ver con la resistencia de Ozzy, pero podría ser una de las causales para su resistencia pese a su maltratada existencia. Y no es el único. Hace algunos días, la revista El Comercio publicó un ranking sobre estas personalidades que vivieron al límite y hoy viven para contarla. A continuación, sus indestructibles Majestades Satánicas.

Cuesta imaginarse a Bob Dylan en los 60, creando himnos incesantemente y alimentándose de anfetaminas, marihuana, LSD, alcohol, cocaína y heroína. “Estuve en la carretera durante cinco años. Eso me agotó. Tomaba drogas y todo tipo de cosas para seguir adelante”, desveló sobre aquella particular década en la que todo era posible. Es conocida la historia de hace medio siglo, cuando les dio de probar marihuana a unos jovenzuelos llamados The Beatles cuando éstos visitaron Nueva York. Ha estado casado en dos ocasiones: con la modelo Sara Lownds, quien le terminó denunciando por violencia, y con la corista Carolyn Dennis, en una novela que narra historias de drogas, hijos no reconocidos, prostitución, antes de recibir el premio de la Academia sueca para ser el nuevo premio Nobel de Literatura a sus 75.

El arrugado guitarrista de los Rolling Stones utilizaba la biografía que lanzó en 2010 para reírse de aquellas revistas que, como la NME, solían ponerlo todos los años en la lista de “10 músicos que ya deberían estar muertos”. Keith, siempre acompañado de un (hoy un tanto irónico) anillo de calavera, ha contado que entre sus vicios de juventud estaban la cocaína, la heroína y la bebida. Aunque esta última hasta ahora no la deja, las demás son cosa del pasado. Un pasado que alguna vez lo convirtió en un perseguido de las aduanas, en un enemigo de las cancillerías y en un hombre que coqueteaba permanentemente con el más allá. ¿Quién se hubiera imaginado que este malogrado del rock and roll llegaría a los 73 años que tiene hoy para seguir on the road y entre los grandes?

Eric Clapton ya era el dios de la guitarra antes de ser Eric Clapton. Hablamos de los años 70, cuando en Londres todos le conocían por su abrumador talento y sabían que llegaría lejos. Así fue llamado “manolenta”, quien hace poco se embolsó seis millones de dólares por dictarle a su escriba, de manera novelada, tres décadas de excesos, desengaños amorosos y genialidad. En su vida, lo dijo hasta en canciones, tuvo fuertes adicciones a la cocaína, heroína y el alcohol (dice que llegó a gastar 16.000 dólares a la semana en heroína y bebida). Hoy tiene 72 y ha confesado que padece neuropatía periférica, la cual pone en riesgo su movilidad y su carrera musical. Todo pos los excesos.

A quien los excesos no le han hecho mucho bien vocalmente es a Ozzy Osbourne, quien estuvo hace poco de gira de despedida con los Black Sabbath. El rockero ya no tiene la voz de antes, pero en performance sí que no hay nada que reclamarle. Después de arrancarle la cabeza de un mordisco a un murciélago, hacer lo propio con una paloma e inhalar por la nariz una fila de hormigas vivas, quién hubiera pensado que aún se lo vería en actividad hasta hoy que tiene 68. El cantante dijo una y otra vez que estuvo “borracho 40 años. Siempre había un motivo: aburrimiento, estrés, miedo a las actuaciones”. También dijo que estaba lleno de miedos: “Hoy me dan miedo las cosas más tontas, la altura, por ejemplo. No puedo subir una escalerilla sin marearme. Y ni hablar de ver películas de terror”. Aunque sea el Príncipe de las tinieblas.

Este avejentado rocker se llama en realidad James Newell Osterberg Jr., al que también le dicen La iguana. Esta “chapa” obedece a que hasta ahora puede moverse ágilmente por los escenarios como ya quisieran algunos de los veinteañeros sedentarios de estos días. Los excesos de Iggy Pop fueron de la mano con su vida artística casi desde sus inicios, pero sería en los años 70 que le empezarían a pasar factura. En febrero de 1975, por ejemplo, Los Stooges, la banda con la que lanzó sus mejores temas, debió desintegrarse al no poder más con las extrañas conductas que estaban causando en él el abuso de sustancias como la heroína. Al pensar en esos días, pocos hubieran imaginado que se reunirían 30 años después para lanzar un nuevo disco que fue presentado en 2013. Hoy tiene 70. Sigue vivito y rockeando.