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Peregrino, el sabor de Chuma

El licor que solía preparar Rosminda Riveros para la fiesta de Chuma ha marcado tanto el paladar de su comunidad que ahora es un emprendimiento artesanal gracias a sus descendientes. Eso es lo que tiene Peregrino: sabor a frutas y hierbas, acompañado por mucha tradición de familia y de pueblo.

“Toda mi familia es de Chuma”, afirma con orgullo Sergio Arias, gerente propietario de Peregrino. Ubicado a unos 220 kilómetros al noroeste de La Paz, Chuma parece una joya escondida del altiplano, pues se debe pasar por Huarina, Achacachi, Ancoraimes, Escoma y Huallpacayu antes de bajar por un camino angosto y con mucha pendiente. Así se llega al valle que parece colgado de un gran cerro.

 Rosminda Riveros sonríe con una botella del licor.

Es ahí donde Rosminda aprendió de su madre la preparación del resacado, una bebida elaborada a base de anís, durazno seco (mocochinchi), canela, clavo de olor y, sobre todo, licor base de caña, una preparación especial que traían de Consata, Larecaja y Aucapata, señala un estudio del periodista Víctor Monroy.

Esta tradición fue continuada por varias familias, como los Gonzales, Macedonio, Pastor, Montecinos, Aguilera y Rivero. De esta última llegó Rosminda, quien preparaba el resacado para el 15 de agosto, la fiesta en honor a la Virgen de Asunción.

Familia. Sergio Arias, su madre Eliana Riveros y Alejandro Riveros degustan el resacado Peregrino.

“La abuela siempre lo hacía en su olla de barro”, dice Sergio, quien recuerda que junto con su primo y ahora jefe de control de ventas, Alejandro Riveros, iban a recoger leña para alimentar el fogón que calentaba la bebida espirituosa.

“Así como a ella le enseñó su madre, Rosminda me ha enseñado a mí”, afirma su hija Eliana, quien transmitió sus saberes a su vástago Sergio.

“A la gente del pueblo le gusta mucho el resacado, aunque la receta de cada familia es diferente, algunas son muy fuertes y otras, muy dulces. Por eso surgió la idea de sacar un producto estandarizado”, explica el gerente.

Después de varios estudios y pruebas, Peregrino salió a los mercados en julio. Al igual que la abuela Rosminda, la elaboración del licor sigue los parámetros antiguos, es decir, se utiliza una olla de barro grande donde se hecha agua y el licor base. Una cuerda de lana sirve para dejar colgando otra olla de barro pequeña, a la que se echan mocochinchi, anís, canela y los demás ingredientes. Después se tapa con un perol, un recipiente hecho de cobre. El proceso es relativamente sencillo: cuando calienta el agua y el alcohol, el vapor se enfría cuando choca con el perol, lo que genera gotas que caen en la olla pequeña y generan el licor (ver infografía).

El resultado es una bebida aromática —que mezcla el dulzor del durazno con el anís— y de sabor agradable —que al probar puede sentirse la canela y el leve toque de las cáscaras de un cítrico— que hace sentir, sin haber estado en el pueblo, la tradición y el sabor de Chuma.

Una bebida del norte paceño 

El resacado es un licor que se consume en el norte paceño, en especial en Chuma, donde sigue una larga tradición, pues varias familias se dedican a prepararlo para la fiesta de la Virgen de Asunción. La versión masiva de esta bebida es Peregrino, que fue lanzado al mercado en julio. Hecho a base de mocochinchi, anís y canela, la presentación oficial es una botella de 750 cc, que cuesta Bs 50. Para compras y consultas se puede llamar a los teléfonos 69766772 y 75259350, o en Facebook a través de Peregrino.