La vida de Christian Bubi Meruvia se encuentra diseñada a su estilo, va hacia donde le guían sus instintos. Por eso, este cochabambino de 38 años ahora se encuentra en México.
Se gana la vida generando ideas y campañas de venta… y sabe vender. No por nada está en el top 15 de profesionales de las agencias más comprometidas de Latinoamérica de Linkedin, la red social que es vista por más de 70 millones de personas en Latinoamérica.
Bubi, como le gusta que le digan, dejó la ciudad que lo vio nacer en 2001 y se trasladó a La Paz. Cuenta que salió de su tierra con pocos ahorros y con toda la ilusión de hacerse profesional. “Las cosas salieron mejor de lo que creí, me contrataron a los meses y decidí quedarme a vivir allí”, cuenta el publicista que luego decidió buscar nuevos horizontes. Así, en 2005 fue a Buenos Aires para realizar un diplomado y, al mismo tiempo, consiguió trabajo en la ciudad donde nació Jorge Luis Borges. Se quedó dos años y —siendo director creativo de una agencia digital— decidió probar suerte enviando su hoja de vida para optar a un trabajo en México.
Hoy se encuentra en el país que vio nacer a Cantinflas y a Pancho Villa. Además es director de Publicis, en Ciudad de México, se trata de la sucursal de una agencia top de publicidad en el ámbito mundial. Después de todo, la suerte es nomás una dama que se logra conquistar con trabajo, como expresó el vasco entrenador de fútbol Xabier Azkargorta.
“Es una responsabilidad muy importante el pertenecer a Publicis y tener bajo tu control la comunicación y los contenidos de marcas internacionales en Latinoamérica”, explica el profesional formado en la Universidad Católica Boliviana.
Ciudad de México, una de las urbes más pobladas del mundo, lo devoró en un inicio. “El ritmo de vida es intenso y exigente. La verdad es que la ciudad tardó un poco en cautivarme”, comenta vía Facebook. Bubi se comunica casi exclusivamente por redes sociales. Es así como inició un proyecto de trabajo en Bolivia. Su objetivo es volver al país y apostar por el marketing digital.
De momento, pasa los días en el monstruo de cemento, comiendo tacos, entreteniéndose con su portal Changos con navajas y siendo feliz al lado de su novia mexicana y de su perro, Churo.