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La hora mágica de la fotografía

Para distraerse en el amanecer potosino, la única solución que encuentra Angie Salgar Caballero es caminar, saltar o frotarse las manos con el fin de ignorar las bajas temperaturas, mientras saca fotografías de los primeros rayos del sol que llegan tímidos al salar de Uyuni. Es su hora mágica, el momento que más disfruta esta artista paceña, cuando la luz del día está a punto de desaparecer en el firmamento y también cuando está por surgir en lontananza.

Con 12 años de experiencia en fotografía, Salgar desvela que su idea primigenia era estudiar cinematografía, pero como ningún instituto o universidad tenía esta carrera, se inscribió en las carreras de Comunicación Social de la Universidad Nuestra Señora de La Paz y Artes de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).

Cuando ya estaba culminando ambas carreras se enteró de la apertura de cursos en la Escuela de Cine y Artes Audiovisuales (ECA), donde se especializó en el manejo de la cámara filmadora, algo que aprendió con su padre desde sus 15 años. Ese momento fue la bisagra para que Salgar decidiera dedicarse por completo a las imágenes, así es que tampoco tuvo dudas cuando decidió radicar en Cochabamba, con el fin de cursar cine en la escuela La Fábrica, entidad donde perfeccionó sus conocimientos en guion, producción, dirección, sonido, montaje y fotografía, en la que además hizo su tesis como camarógrafa en la película ¿Quién mató a la llamita blanca? (2007),  dirigida por Rodrigo Bellott.

Hasta ese momento se entendía con las imágenes en movimiento pero no dominaba la fotografía, algo que iba a convertirse en su pasión. “He empezado al revés, con la cámara de video”, reconoce.

“Me complicó un poco aprender fotografía porque me costó entender el manejo de la luz, el diafragma, la medición, el enfoque y la zona selectiva”, admite. Por ello agradece el apoyo del director de fotografía y productor Roberto Lanza, quien le instruyó desde lo básico, hasta que cuatro años después dominó el arte de las imágenes fijas.

Terminó de convencerse de su apasionamiento por las fotos en la Academia Nacional de Bellas Artes Hernando Siles de La Paz, donde aprendió los sistemas antiguos de la fotografía, desde el manejo de químicos, el revelado manual en cajas oscuras, uso de rollos de película y ampliación.

Esa sapiencia posibilitó que diera clases en la Academia Nacional de Bellas Artes, en la Universidad Central (Unicen), en el instituto Atenea, en el Centro Cultural Da Vinci y en la Escuela Municipal de Arte de El Alto, que le permitieron conocer y compartir las “horas mágicas”.
vacComo parte de sus talleres, Salgar suele viajar con sus estudiantes y amigos para captar imágenes de los atardeceres —que en fotografía se

denomina la “hora dorada”— y de los amaneceres —la “hora azul”—. “Ahí es donde está la pasión, porque sabes que tienes que esperar y congelarte, ya que el resultado será maravilloso, y harás algo que pocas personas lo pueden experimentar”, explica.

Cuando el sol se va alejando, Salgar comienza a soltar adrenalina, a poner atención a los minutos que faltan para el anochecer, cuando elige el lugar más adecuado para conseguir el paisaje y los lentes propicios para conseguir su imagen. En ese momento, los segundos son determinantes, ya que los colores dorados y anaranjados pueden ser exagerados o tenues. Por ello, agazapada, la artista espera paciente el instante en que debe apretar el botón, que puede significar la victoria o la posibilidad de volver otro día.

Algo parecido sucede a las 03.00 o 04.00, cuando —a temperaturas mínimas— se aleja del lugar poblado y las luces artificiales con el fin de captar las estrellas, que se habrán de convertir en sus musas. “El atardecer y el amanecer son las luces más bellas, porque se puede ver la maravilla de colores que nos da la naturaleza”.

Después de que la Asamblea Legislativa Departamental de La Paz le otorgara un reconocimiento por su trabajo, Salgar prepara para junio su sexta exposición fotográfica individual, en la que hará una retrospectiva de retratos y paisajes, mediante los que transmitirá sus experiencias en un arte que se ha convertido en su pasión.