La momia Juanita, ‘la reina de los hielos’ que deslumbra en Arequipa
Es el cuerpo congelado mejor conservado del mundo. La joven inca vivió hace 500 años.

En 1440, la erupción del volcán Ampato a 6.309 metros de altitud en Arequipa atemorizó a los incas. Había que aplacar el hambre de la montaña con lo más preciado, una bella doncella. Juanita, de 14 años, fue elegida mensajera ante los dioses y así fue hallada en 1995 tras el deshielo del nevado.
A 566 kilómetros de La Paz, Arequipa, en Perú, impacta hoy con su arquitectura colonial, sus templos en piedra sillar y el nevado del Misti (5.822 m) como guardián, pero también con la historia de la momia Juanita, el cuerpo congelado de una joven, “el cadáver mejor conservado en el mundo”, se ufana en afirmar el arqueólogo Ruddy Perea Chávez, director del Museo Santuarios Andinos de la Universidad Católica Santa María, donde reposa La niña de los hielos, o La reina de los hielos como la llaman.
Juanita fue descubierta el 8 de septiembre de 1995 por el arqueólogo estadounidense Johan Reinhard y el andinista peruano Miguel Zárate en el nevado del Ampato, uno de los custodios de la urbe. “Le pusieron Juanita porque Johan en español es Juan y la prensa la bautizó como la momia Juanita, por él”, refiere Perea. Una emisión volcánica a fines de los 90 del nevado Savancaya (5.976 m), vecino del Ampato, desenterró a Juanita, que cayó al fondo del cráter de Ampato.
Reinhard y Zárate la avistaron, la rescataron y luego llevaron el cadáver de la jovencita a los laboratorios de la Johns Hopkins Hospital de Baltimore en Maryland, Estados Unidos. Allí las tomografías determinaron que Juanita medía 1,58 metros, era esbelta y bella, no sufrió de ninguna enfermedad, tenía una dentadura perfecta y huesos fuertes, gozó de buena alimentación con una dieta equilibrada, ayunó un día antes del sacrificio, tenía una fisura de cinco centímetros en el cráneo y una hemorragia interna que acabó con su corta existencia. Habría muerto a raíz de un certero golpe en la cabeza, producido probablemente con una macana, cuando estaba arrodillada.
En los tiempos de los incas, las doncellas eran preparadas desde niñas en los ajllahuasis, una especie de conventos, donde se alistaban para servir al inca o como en este caso para ser sacrificadas.
Sagrada. La momia Juanita, en la cámara especial adecuada a 19 grados bajo cero. El cadáver tiene 500 años de antigüedad y fue hallado en 1995.
“Estas jóvenes eran llevadas a las cumbres donde nacía el agua, donde nacía la vida y donde existía una conexión con los dioses, para ser ofrecidas como una forma de pago al apu”, expone Perea. Ese 8 de septiembre de 1995, Juanita fue hallada en un fardo funerario junto a platos, vasos, estatuillas de oro y otros utensilios.
Hasta ahora no se pudo establecer si ella era oriunda del valle de Arequipa o de otro lugar, empero lo más probable es que haya sido del altiplano peruano.
Perea tiene su propia teoría. “Cuando el inca invadía una nueva región, se producía una especie de reciprocidad de parte del pueblo sometido y uno de los pagos a los incas era la entrega de los niños más bonitos, los más sanos y los más robustos”. Las crónicas antiguas describen que el rey inca solía abrazar a estos grupos de pequeños, para absorber de ellos la juventud, la pureza y la belleza.
Medio siglo después de haber sido enterrada en Ampato, el rostro de Juanita aún denota la serenidad con la que esos niños incas asumían su destino, “la misión era el ser los mensajeros ante los dioses”, añade Perea. La momia es la más mimada en el museo de Arequipa, donde se encuentra en una cámara congeladora especial donde la temperatura es de 19 grados bajo cero que impide que las bacterias puedan acabar con el cuerpo en segundos.
La momia Sarita.
No es la única. Hay otros 13 cuerpos de niños congelados hallados en los nevados de Perú. Sarita y Urpicha (palomita en quechua) son otros dos que se destacan en el museo. “Dicen que los niños juegan por las noches, pero yo dormí una vez aquí y no vi nada. Yo soy científico”, narra Perea para los escépticos. Sus colegas lo conocen como El protector de los niños.
Juanita puede ser vista desde el 1 de mayo hasta el 31 de diciembre y el recorrido al museo contempla el ritual simbólico inca que se hacía hace 500 años. Únicamente en 2017, unos 100.000 visitantes llegaron para conocerla.
Empero, ese sacrificio no alejó el temor a los terremotos en Arequipa, donde entre 1913 y 2017 hubo ocho temblores siendo el más fuerte el de 2001 con 74 muertos.