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Atmósferas fotográficas

La atmósfera se manifiesta en un conjunto de cualidades y efectos producidos en el espacio que rodea a un personaje o que se respira en un texto poético. El término procede de la ciencia y etimológicamente significa vapor (atmos) y esfera (sphaira). Es decir, envoltura gaseosa de la tierra, y se refiere al aire, al cielo, a la intemperie. En ese sentido podemos hablar de una atmósfera clara, pesada, seca, irrespirable, húmeda… Si trasladamos estas cualidades a un paisaje o a un ambiente, creados con ciertas imágenes y expresado en un lenguaje poético, con una particular carga emotiva, sugerimos un estado de ánimo especial”.

El fotógrafo boliviano Salvador Saavedra (22 años) se respalda en la explicación de la filóloga argentina Teresa Martín Taffarel —en su libro Caminos de la escritura— para presentar estos paisajes del altiplano paceño y potosino.

Este estudiante de la carrera de Arquitectura de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y fotógrafo autodidacta —que presentó exposiciones colectivas e individuales en el Museo Nacional de Arte y en la Larga Noche de Museos, entre otros— ha dedicado su tiempo a recorrer El Alto, La Paz y Potosí para captar los tonos multicolores del altiplano a partir de la concepción de Martín Taffarel.

De acuerdo con su concepción, una atmósfera creada en la fotografía se sustenta en los detalles y en la representación, que debe estar “especialmente ligada al momento exacto en la que fue tomada para que así sea capaz de transmitir emociones”.

“Al traspasar los límites del raso impreso de cada imagen nos encontramos con la conjugación de planos primarios, secundarios y terciarios unidos, los cuales nos invitan a un recorrido sensorial continuo, hacia un espacio denso, donde las sombras y contrastes fuertes atraen nuestra atención, llegando a posicionarnos dentro de la fotografía y cambiando nuestro papel de espectadores a intérpretes de la misma”.

Ya sea desde una de las estaciones del teleférico de la Línea Naranja, en la laguna Salada de Potosí, la Jach’a Apacheta de El Alto o en la zona Sur de La Paz, el fotógrafo quiere reflejar las ondulaciones y los reflejos de un territorio que parece agreste, pero que está lleno de vida.

“Del amplio espectáculo de la totalidad de cada fotografía pasamos al recogimiento en la contemplación de los detalles que la conforman. La descripción de cada fotografía nos lleva a lo inenarrable, que son las sensaciones que despiertan en cada espectador”. El esplendor del Huayna Potosí, la desnudez del Chacaltaya, el terreno hipnótico de la laguna Colorada, las inestabilidades alrededor de la Muela del Diablo son las imágenes que han materializado la idea de Salvador en cuanto a sus atmósferas fotográficas.

“De esta manera es que el recurso principal usado para la creación de atmósferas dentro de la fotografía es el formato panorámico, ya que es capaz de reunir infinitos detalles y contener una narrativa visual propia dentro de sí misma”.