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‘El Papirri sinfónico’

Allá por octubre del año pasado, una exalumna del Conservatorio y actual compositora contemporánea me decía entre chiste y juiciosa: “Animate a hacer El Papirri sinfónico”. Entonces, sin mucha expectativa, presentamos una carta a la entonces directora ejecutiva interina de la Orquesta Sinfónica  Nacional (OSN), Lic. Marlene Mercado, amiga violista, quien recibió el proyecto con alegría. “Pero no depende de mí, maestro”, me comentó; “Hay una comisión de músicos que tiene que aprobar, además se tiene que posesionar la titular”. “Sonamos”, me dije. Pasaron los meses y en febrero recibí la llamada de la ahora directora ejecutiva titular de la OSN, Lic. Roxana Piza, quien me citó y me informó muy amablemente: “Su solicitud ha sido aprobada por la comisión, deseamos saber detalles del evento”. Salí mareado, despistado como sordo en debate. Justo en la puerta de la sede me encontré con un joven intelectual que me abordó “Papirri, ¡qué alegría!, soy Weimar Arancibia , director de la OSN, me gustan algunas canciones tuyas, en especial Pa ques decir”. Me emocionó su sencillez, porque antes, hablar con el Director de la Sinfónica era con reverencias y despejando la levita. Nos fuimos a tomar un cafecito, me contó que había estado siete años en Estados Unidos estudiando Dirección de Orquesta, que obtuvo un doctorado en la especialidad, que había llegado hace unos meses a hacerse cargo de la parte musical de la OSN y que le sorprendió el consenso que logró El Papirri sinfónico en una comisión siempre de mal humor. Me acordé con una jawita que yo les había enseñado a leer sus primeras notas en mi etapa de profe del Conservatorio a varios de los hoy maestros de la OSN.

En la siguiente reunión con Roxana Piza, por abril, presenté el proyecto detallado, ahí llegó el baldazo de la realidad, pues se me indicó que toda la recaudación de las dos noches ingresa al Tesoro de la Nación, que la OSN podría cancelarme unos honorarios simbólicos, pero que yo tendría que cubrir el gasto de los arreglos. Las fechas aprobadas: 10 y 11 de octubre de 2018. Como no tenía experiencia en el tema, me comuniqué con mi hermano el compositor Nico Suárez, quien me dijo fríamente que los arreglos orquestales saldrían más de 2.000 dólares. El monto superaba de lejos lo que entendí serían mis honorarios. “Rebaja casero”, le pedí al Nico, me respondió que él tenía una obertura ya orquestada sobre tres canciones mías con las cuales podría iniciar el concierto, que estaba por presentar ese trabajo al Premio Eduardo Abaroa, que le firme autorizando el uso de mis canciones y que si ganaba no me cobraría el arreglo. Y así fue, el Nico ganó el Premio, la obertura estaba lista, era un primer impulso.

Entonces vendí una linda guitarra que ya no tocaba mucho (ni me quiero acordar) y con eso pagué adelantos a algunos amigos músicos arreglistas que aún están trabajando las canciones de su preferencia, pues es lento, moroso el asunto. El maestro Juan Andrés Palacios, con estudios superiores en Teoría y Composición en la Escuela de Música de Hamburgo (HFMT Hamburg) y en la Escuela Superior de Música de Barcelona (ESMUC) se decidió por mi canción Praxis, la que, dijo, le traía grandes recuerdos. El maestro Álvaro Montenegro con maestría en Composición en la Escuela de Música de Madrid, exintegrante de la OSN además de sobresaliente compositor y productor, me dijo “Yo te lo voy a hacer La cabeza de Zepita y Chenko total, pero no me jodas con otras, chango”. El maestro Javier Parrado, destacado compositor y arreglista de la OSN, indicó. “Me quedo con Sacudite, es una joyita”. “Dos más pues, maestro”, le rogué a lo paceño obsequiándole todos mis discos, a los pocos días me sorprendió escogiendo El contreras y Ego, además de recomendarme hablar con Patricia Bedregal, pianista y arreglista que surgía de trabajar un Beatles orquestal. Patricia, con gran sencillez, me expresó “Yo me quedo con Alasita e Historia de Maribel”. Todos están en eso. No había sido nada fácil el tema de trabajar con 50 músicos y 30 instrumentos.

El programa se está armando poco a poco, ya no me puedo correr, falta mes y medio, le pedí al Nico que me yape con Zamba para Anita, que voy a vender alguna cosita para pagarle, me dijo “Ya, hermano, te espero hasta noviembre”. Mientras que el maestro Weimar Arancibia señaló: “¡Pero cómo no va a estar Metafísica Popular! En metafísica le respondí, “haga usted el desarreglo, maestro”. Se quedó pasmado. “Es que no soy arreglista”, respondió; “por eso mismo, pues”, le dije, “también tenemos que divertirnos un poquito, además si sale oscuro clarito va ser”.

Contra viento y marea, rompiendo esquemas y gracias al apoyo de todos estos grandes artistas, de los directores y músicos de la OSN, se les invita a todos ustedes a El Papirri sinfónico, se llevará a cabo los días miércoles 10 y jueves 11 de octubre a las 20.00 en el Centro Sinfónico, calle Ayacucho y Potosí del centro paceño. Si es que llego vivo, porque bien preocupado estoy, pero qué me importa.