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Senamhi – Medio siglo en el pronóstico del tiempo

Tomando en cuenta el aviso de nevadas débiles a moderadas en la región del occidente del país se emite la ‘Alerta de riesgo agropecuario, prioridad NARANJA’, ya que estas condiciones podrían provocar pérdidas en las crías de camélidos y ovinos en la zona del altiplano. Y la probabilidad de heladas podría dejar pérdidas en la producción de hortalizas invernales en los valles mesotérmicos de Santa Cruz y valles interandinos de Chuquisaca, Tarija y Potosí”.

El pronóstico del clima es más de lo que se ve en televisión. Eso lo saben bien los especialistas del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), entidad que desde hace 50 años se encarga del monitoreo, registro y procesamiento de la información meteorológica e hidrológica en todo el territorio nacional, y que apoyada en la tecnología optimiza su labor.

Desde siempre, la humanidad ha intentado conocer y predecir los fenómenos atmosféricos, por lo que ha recurrido a creencias sobrenaturales y al movimiento de los astros. Los primeros acercamientos científicos sucedieron con la civilización griega, mientras que el estudio más amplio en aquel entonces corresponde a Aristóteles (384-322 a. C.), quien introdujo por primera vez el término meteorología (del griego “meteoros”, o alto en el cielo, y “lógica”, estudio o tratado).

Después llegaron los instrumentos para medir las variables como el termómetro, el barómetro y el anenómetro, que junto con el auge de la navegación permitieron desarrollar estudios avanzados de la atmósfera.

En Bolivia, después de que hubiera algunos intentos para predecir el tiempo, el 4 de septiembre de 1968 fue creado el Senamhi. “Para los primeros pronósticos usábamos información de cómo se comportaba el tiempo en años pasados, lo que llamábamos periodos análogos”, recuerda Gualberto Carrasco, director general interino de la entidad dependiente del Ministerio de Medio Ambiente y Agua.

Años después, el servicio se remozó con teletipos que recibían datos que debían ser decodificados, hasta que, con el apoyo de los gobiernos de Italia, Finlandia y España, la entidad adquirió equipos modernos que permiten ahora coordinar con Defensa Civil, gobiernos departamentales y municipales, además de entidades estatales de educación, salud o caminos, para prever desastres o propagación de enfermedades.

En la actualidad, el Senamhi tiene 554 estaciones meteorológicas e hidrológicas distribuidas en todo el país, que otorgan entre el 85 y 90% de efectividad en la previsión del clima, asevera Marisol Portugal, directora interina de Meteorología.

Con esa información se predice con días de anticipación cualquier posible desastre, por lo que se emite un aviso de alerta, como las nevadas que pueden ocasionar la muerte de crías de camélidos y ovinos y la pérdida de la producción de hortalizas, o que en esta época no es recomendable la elaboración de chuño porque hay un periodo húmedo y con nevadas.

Afiliada a la Organización Mundial de Meteorología (OMM), la entidad está a punto de cumplir medio siglo de existencia y lo está celebrando con el proyecto “Renovación y ampliación del sistema nacional de observación hidrometeorológica”, que posibilitará —entre otras mejoras— adquirir otras 230 estaciones. “Con este proyecto, el país tendrá una red de observación fortalecida, con mayor precisión geográfica, con más puntos de medición, con transmisiones casi en tiempo real y generación de datos para la seguridad alimentaria”, aseguró Erick Pereyra, jefe de la Unidad de Gestión de Riesgos y Planificación del Senamhi.

Desde máquinas que funcionan como un sistema de relojería y que siguen siendo útiles desde la creación del Senamhi, pasando por una computadora que recibía datos en teletipos, hasta información satelital y con estaciones que dan datos fidedignos de cada región del país, Senamhi celebra su aniversario con un buen pronóstico de este servicio para la población, uno que va más allá de los pronósticos que a diario pasa la pantalla chica.