Icono del sitio La Razón

Rodsel Ticona: La Paz y tatuajes

Cierto tinte lúgubre que cubre a menudo a la ciudad de La Paz —donde incluso la luz del sol adopta un tono pálido— es la inspiración para la paleta de colores que utiliza Rodsel Ticona en su ropa. La publicista de 22 años, quien también estudió Diseño de Modas, tiene predilección por los tonos oscuros, que combinan con el paisaje, con el de su piel y con los tatuajes que cubren sus manos y brazos.    

Los dibujos que lleva en la piel son una forma de recordar aquellas historias importantes en su vida. Cuenta que se transforman, también, en una influencia constante en su ropa. Para darle un toque de color a este conjunto escogió una camisa negra con estampados de robots, en blanco, que combinan con el robot que tiene en el brazo. “Este tatuaje es un homenaje a mi tío, quien, en un accidente de auto que sufrimos en 2005, me abrazó y sufrió todas las lesiones. Quedó en estado vegetal y falleció. Él era director creativo y cuando entré a la publicidad sentí que me había pasado la batuta”.

Los pines, que le dan informalidad y un poco más de color a sus outfits, son accesorios infaltables. Tiene una colección con piezas que acumula de todas partes, búsquedas de tesoros en viajes y, aún más, recuerdos. “La pizza me recuerda que tengo una alergia a la piña, aunque le tengo un amor infinito a la hawaiana. La manito es mi emoji favorito y le tengo cariño especial a este pin que me compré en Buenos Aires la primera vez que fui”.

Además son parte de la influencia de la década de 1990 que dicta otra parte de su estilo. Es por eso que sus pantalones siempre son de talle alto y la moda de los jeans a la cadera le parecen un crimen. Sus correteos diarios que van desde reuniones con clientes estatales hasta rodajes y tardes de oficina los hace en zapatillas. Cambia constantemente las cintas que usa como cordones de sus favoritas, unas puma suede negras. Prefiere su maquillaje natural, de forma que el resto de los detalles resalten.  

“Hay gente que piensa que la ropa es, al final, solo un trozo de tela, pero cuando pensamos en los días más felices de nuestra vida, siempre, siempre recordamos lo que teníamos puesto”.