Barrio Guadalupe y la calle se hizo danza
El músico Willy Claure desarrolló una campaña para bautizar a las vías de este barrio de Cochabamba con ritmos folklóricos.
Quién no quisiera vivir entre una cueca y un caluyo, casi en la esquina de una morenada. Esto al fin es posible en Cochabamba, donde danzas como la diablada, la chacarera o el tinku ya son parte del barrio Guadalupe, en Sacaba, en el que los vecinos apoyaron la iniciativa del músico y compositor Willy Claure de designar sus calles con estos nombres y así recuperar los valores culturales del país.
“Hay la calle Taquirari, Chovena, Pujllay, y ritmos de todo el país”, cuenta Willy Claure, músico que proyectó la nominación de las 37 vías del barrio, ubicado en el Distrito Cuatro del municipio de Sacaba. La iniciativa surgió ante complicaciones como pedir un taxi para ser recogido de casa o ubicar a una visita para que llegue a un domicilio del barrio Guadalupe. Cuando las calles no tienen nombre, “debes pedir que venga a la casa azul, ubicada después de la Iglesia, doblando a la derecha y cosas así”, explica Claure.
“Eso fue lo que me llevó a llevar esta nominación y los ritmos tradicionales me parecían algo auténtico. Este es un primer paso, un modelo para seguir en otros departamentos porque me gustaría que sea un proyecto en Tarija, La Paz, Sucre, Oruro, en todos los departamentos”, añade.
Este bautizo de las vías del barrio busca reforzar la identidad cultural de Bolivia y en este caso se utilizaron las denominaciones de diversas danzas del país.
Cada placa, ubicada en la esquina de las calles, tiene una pequeña leyenda que brinda más información musical. Por ejemplo, en la calle Huayño reza: “Ritmo tradicional boliviano”. Según el artista, “es una forma de patentar nuestra música”.
El proyecto —que consta de 97 postes y 180 letreros— tuvo un costo de 10.000 dólares y fue financiado por la Fundación Cultural Cueca Boliviana, que tiene su sede en Suiza. Plasmarlo no fue tarea fácil. Nació hace un año y medio, en 2017, y se consultó con los vecinos en asamblea. Hubo objeciones. “No puedo vivir en la calle Diablada, yo soy evangélico”, le dijo un vecino a Claure. Observaciones como ésta fueron mínimas, porque en general los vecinos aplaudieron la iniciativa y se aprobó en dos sesiones. Después se inició el trámite en el Concejo Municipal de Sacaba.
Entonces volvieron a aparecer trabas para la nominación. Los concejales objetaron los nombres por ser “inadecuados”, recuerda el autor de las cuecas Cantarina y No le digas (con letra de Jaime Saenz), que tuvo que explicar a las diferentes autoridades que los nombres tenían un significado. “No se estaba nominando calle Washington o calle España, esto era una recuperación de lo nuestro, un movimiento cultural propio, y salió”.
En septiembre de 2018, el Concejo Municipal finalmente aprobó la nominación de calles y desde entonces Claure buscó los recursos económicos para plasmar el plan y logró el financiamiento esta gestión. Es así que se inició el colocado de los postes y las placas, que se entregaron oficialmente la pasada semana.
“Esto es de lo mejor que está ocurriendo en Sacaba”, asegura Miguel Flores, presidente del Barrio Guadalupe, quien trabajó en la supervisión del colocado de carteles y postes. Contó que nominar las calles costó mucho no solo por el monto de dinero invertido, sino por el trabajo de socialización que se realizó con los vecinos. “La gente siempre quiere lo de afuera, no nuestra cultura y ha costado socializar no solo en el barrio, sino en el Concejo Municipal, han observado los nombres que son de ritmos que bailamos, pero que no queremos en nuestras calles. Y afuera, Chile, Perú y Ecuador, nos los quieren quitar”.
Flores está muy agradecido. “En el Distrito 4 es la primera OTB que tiene sus calles nominadas y ahora se puede decir vivo en la Circunvalación y Chacarera, en la calle Sarao o Caluyo, el taxi nos va a traer y eso nos pone contentos”.
El barrio es un ejemplo para otros, según señalan algunos vecinos. “Tan bonito podría ser tener otros barrios con nombres así, me gustaría”, dice Zenobia Beltrán. Relata que antes pedía ubicar la Iglesia Guadalupe para que taxistas o visitas lleguen a su tienda. “Ahora ya tenemos nombres en las calles. La tienda está en la calle Chacarera, esto a mí me gusta y estoy más alegre porque me encanta la música”.
El vecino Eufronio Peñafiel se puso muy contento al conocer la iniciativa. “Antes, la Alcaldía venía y ponía el nombre que quería. Ahora son nombres de bailes, qué mejor si son de los nuestros”.
Pero, la visión de Willy Claure va mucho más allá. El próximo proyecto consiste en construir la Plaza de la Cueca, un sitio que servirá para el acto oficial del Día de la Cueca, que se celebra cada 1 de octubre. “Se trata de dos hectáreas de áreas verdes, donde en la última asamblea acordamos que se va a hacer la plaza. La idea es hacer siete terrazas, por el declive, y un escenario donde habrá grupos. En cada terraza se podrá bailar cueca paceña, en otro, tarijeña, pero también tendrá árboles, flores, paseos, bancos. Será un punto turístico y no solo un lugar para bailar”, expresa el artista que ha conseguido que el barrio en el que vive actualmente se llene de música y ritmos bolivianos en las calles.