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El Señor de la Neurona

Yodo, cromo, plomo, oxígeno, azufre, teluro, selenio, nitrógeno, fósforo, arsénico, antimonio, carbono, manganeso. Conozco todos los metales y no metales”. Apoyado en el mostrador de su ferretería, Iván Guzmán Baldivieso (55) ha llenado en minutos la mitad de un crucigrama de Neurona, suplemento que sale los martes en la edición de La Razón y por el que ha recibido un premio de Bs 700.

Por un momento, la ferretería ubicada en la calle J. Prudencio Bustillos, cerca del Mercado Campesino, en la ciudad de Sucre, pareciera detenerse: en ese momento, el bolígrafo negro de Iván responde a las interrogantes que se le han presentado. Mientras no haya clientes, las latas de pintura, los alicates, desarmadores, cintas aislantes, cadenas y pegamentos parecen participar en ese contubernio intelectual.

El crucigrama, como lo conocemos en la actualidad, fue creado por el periodista inglés Arthur Wyne para el suplemento Fun, que se publicaba con el periódico New York World de Estados Unidos, cuando sus jefes le pidieron que inventara un nuevo pasatiempo para atraer a los lectores. En la edición del 21 de diciembre de 1913, los estadounidenses disfrutaron de la primera versión de un crucigrama, que en sus inicios incluía palabras bastante conocidas y con claves claras.

En comparación con los primeros entretenimientos de Wyne, en la actualidad existen varias modalidades de este esparcimiento; por ejemplo, los que se enfocan solamente en fauna y flora, los que se centran en la historia; en ciencia o los más difíciles, que suelen estar en dos páginas y son múltiples.

“Al principio me complicaban las palabras rebuscadas, los prefijos y nombres de algunos animales”. Guzmán se apasionó de este pasatiempo cuando comenzó a estudiar Administración de Empresas en la Universidad Mayor Real y Pontificia San Francisco Xavier de la Capital. De aquellos primeros momentos recuerda con mucho cariño el Pequeño Larousse Ilustrado, pues le sirvió sobremanera para completar los crucigramas y, a la vez, tener más conocimientos generales. “Ahora existen muchas facilidades con el teléfono celular y la red internet, pero no siempre se encuentra toda la información, así es que hay que consultar los libros”.

Después de llenar los entretenimientos de Crucimanía y El Lógico, Guzmán descubrió, hace aproximadamente 10 años, Neurona de La Razón, que desde entonces le ha ayudado a conocer pasajes importantes de la historia, geografía, cívica, religión, política, artes y lenguaje, entre otras ramas.

“Por ejemplo, cuando hice mi tesis para la universidad tenía muchas opciones literarias para expresar lo que quería decir”. Ahora, después de una cantidad incontable de crucigramas llenados —y otros muchos todavía sin completar—, está seguro de que este entretenimiento le ha servido para aprender, lo que le permite ayudar a sus hijos en sus tareas.

Cuando salió la lista de ganadores, el martes 7 de mayo, la sorpresa de Guzmán fue grande: después de tantos años de haber completado crucigramas, por primera vez recibía un premio, que lo destinará al hogar y, tal vez, para comprar, como trofeo de su aprendizaje, un nuevo Larousse Ilustrado.