Llegué a La Paz en 1998. Había dejado la universidad, quería dedicarme a la música y me inscribí en el Conservatorio de Música, me uní a una banda de amigos orureños, Aisha, con la que empezamos a cantar nuestras primeras composiciones. Luego de eso se dio la oportunidad de ir por un semestre a Cuba, volví en enero de 1999 y desde entonces he vivido en La Paz, con algunas interrupciones temporales.
No creo haber tenido una recepción especial. Pero me atraía la ciudad, conocí un grupo de amigos estudiantes muy buena onda, a músicos, pintores, escritores y más; de a poco me fui labrando mi lugar acá. La Paz es mi casa. Creo que con los años, por el tráfico y la inseguridad, la calidad de vida ha bajado, pero es donde tengo mis afectos y cercanías, donde puedo ejercer mi trabajo como músico y escritor. Oruro siempre será mi origen, mi raíz, el lugar que ha marcado mi identidad, pero La Paz es la ciudad que añoro cuando viajo, mucha gente asume que soy de La Paz porque es el lugar donde hice mi camino como artista y donde me siento a gusto y en casa.