“En la década de 1940, cuando los precios de la goma colocaron a esta región entre las más codiciadas del mundo, los carnavales hasta adoptaron el color de las alcurnias y nobleza, en medio de trajes italianos o ingleses y bebidas francesas y en embarcaciones lujosas que llegaban a lo que fue el Puerto de Bahía (Cobija)”, escribe el periodista Carlos Arce Castedo sobre la Fiesta Amazónica de Carnaval. Pando celebra las carnestolendas más jóvenes del país y en su celebración se unen los festejos de oriente y occidente.
En el norte de Bolivia, la fiesta tiene influencia de la celebración brasileña y también del Carnaval cruceño, que ha dejado su impronta en esta tradición. Sin embargo, las distintas culturas que convergen en estas tierras permiten que convivan ritmos como el taquirari, el yaraví, el carnavalito, la saya y la morenada.
En la capital, Cobija —recoge la web educa.bo—, la celebración comienza con la presentación y coronación de dos majestades del Carnaval: la Reina del Carnaval Pandino —este año la soberana elegida es Karolyn I—, que encabezará el Corso Carnavalero y la Reina del Carnaval de Antaño. Las comparsas asociadas, grupos carnavaleros de los barrios de Cobija y grupos carnavaleros del occidente participan derrochando alegría. La riqueza natural de la Amazonía es la principal inspiración para la creación de trajes de fantasía, en un crisol en que se funden culturas de Bolivia y el mundo.
Canción emblemática
Pandinita, taquirari de David Torrico Valencia, popularizado por el Trío Oriental, es la canción que más se escucha en estas fiestas.