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Tiburones dominaban el altiplano paceño hace 400 millones de años

Antes de que los dinosaurios habitasen Toro Toro y Cal Orcko en Potosí y Sucre, hace unos 400 millones de años (Ma), dos tipos de tiburones dominaban los mares que cubrían entonces el actual altiplano boliviano. En esa época, Sudamérica formaba parte de África, en lo que los paleontólogos llaman Malvinoáfrica.

El altiplano paceño, aprisionado entre las cordilleras Real y Occidental, integraba parte de un océano que se extendía hasta Santa Cruz y que se unía con Brasil, según las estimaciones de los especialistas.

El actual paisaje de cerros y planicies donde pastan ovejas, llamas y vacas, hace millones de años era el hogar de “trilobites, anémonas, caracoles, pulpos, pero también del Pucapampella rodrigae y del Zamponiopteron traingularis, dos pequeños tiburones”, expone Giovanni Ríos Cordero, arquitecto de profesión y aficionado a la paleontología en Bolivia.

Bernardino Mamani Quispe, paleontólogo y Jefe de la Unidad de Paleontología del Museo Nacional de Historia Natural (MNHN), ratifica la versión. “Estos tiburones y otras especies habitaron en los mares de lo que hoy conocemos como el altiplano y en el museo tenemos fragmentos de ellos. Bolivia es rica y llena de depósitos en paleontología marina y terrestre, no solo del Devónico (periodo en el que vivieron estos tiburones) sino de otras, como el Paleozoico hasta el Cenozoico”, alerta el experto.
Ríos sostiene que el fondo oceánico de hace 400 Ma se elevó y está ahora a 4.000 metros sobre el nivel del mar.

La presencia del Pucapampella rodrigae y del Zamponiopteron traingularis fue registrada por el paleontólogo francés Philippe Janvier y su alumno Alan Pradel en los años 90. Janvier, que estuvo varias veces en Bolivia, es un experto reconocido a escala mundial y estudia fósiles marinos desde hace 50 años.

TIBURONES DEL ALTIPLANO

Lejos de los tres, cuatro y hasta cinco metros que pueden medir los actuales tiburones, estos peces que habitaron hace más de 400 Ma en el altiplano paceño medían entre 50 y 60 centímetros de tamaño, de acuerdo con las estimaciones que hicieron Janvier, Mamani y Ríos.

Eran pequeños. “No se conoce que haya existido un depredador directo de estos tiburones, solo tenemos los dientes del Pucapampella, pero no estamos seguros si los usaban para cazar a otro vertebrado, parece que los utilizaban más para cazar a otros animales, como el trilobites”, complementa Ríos, que a través de una videoconferencia que organizó el Planetario Max Schereir habló de estos milenarios animales.

Sobre el Zamponiopteron solo se tienen las referencias “por las aletas que se pudieron colectar y por ello creemos que era un pez que podía nadar rápido”. La paleontología estudia, investiga y arma como “un rompecabezas que une fichas o fragmentos”, encontrados en La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba, Chuquisaca y Tarija, principalmente, de acuerdo con Ríos y Mamani. Los dos tipos de tiburones hallados son anteriores a los dinosaurios extintos hace unos 65 Ma, los peces milenarios aparecieron hace más de 400 Ma.

Restos fósiles de otros animales acuáticos

Los fósiles del Pucapampella fueron encontrados en Puca Pampa, en el departamento de Chuquisaca, aunque también se hallaron restos en el altiplano paceño. El Zamponiopteron se halló en La Paz, donde los niños lo asemejaban a una especie de ‘pequeñas zampoñitas’, razón de su nombre.

Actualmente en municipios como Calamarca, Patacamaya y Sica Sica es común ver cómo algunos niños y jóvenes ofrecen a turistas la venta de trilobites y otros restos. Bolivia es considerado un país rico en yacimientos de trilobites.

Mamani destaca también la importancia que el país tiene a escala mundial gracias a sus yacimientos paleontológicos, pero revela también que todavía no existen recursos para la investigación, como ocurre en otros países.

Giovanni Ríos examina algunas piezas paleontológicas.

TRÁFICO PALEONTOLÓGICO

Así como sucede con la venta ilegal de piezas arqueológicas, en Bolivia existe también el tráfico de restos paleontológicos, revelan Mamani y Ríos. “Los traficantes de fósiles llegan a estos lugares (del altiplano) y negocian con los campesinos para vender las piezas posteriormente por Ebay (plataforma virtual de venta) en internet y, si bien el tráfico no es tan grande como el de la arqueología, siempre hay una o dos personas que las venden por Ebay. El problema es que después estas comunidades no dejan ingresar más a los expertos bolivianos”, denuncia Ríos.

Mamani, jefe de la Unidad de Investigación del MNHN, añade que algunas piezas paleontológicas bolivianas están colgadas en internet para su venta. “Existe la Ley de Patrimonio, que también protege a restos paleontológicos, pero no hay todavía la reglamentación y nosotros como museo tampoco tenemos la fuerza para hacer esta fiscalización”, precisa el especialista. No hay registros oficiales de la intervención de las autoridades en este nuevo vértice del saqueo de recursos naturales en Bolivia.

Ríos cuenta que en alguna ocasión los campesinos le dijeron que les “están quitando su fuente de ingreso cuando venden un fósil”. El experto forma parte de la página web Fosilbol, que tiene mayor información sobre la riqueza paleontológica del país.

A sus 30 años, Ríos, un autodidacta en paleontología, considera que en las dos cadenas montañosas pueden existir más yacimientos de fósiles que pueden posicionar a Bolivia, no solo como país famoso por las huellas de los dinosaurios en Toro Toro o Cal Orcko, sino también por ser una de las regiones principales de la paleontología marina en el mundo.

Fósil de Trilobite visto de perfil.

Texto: Jorge Quispe

Fotos: Giovanni Ríos y Fosilbol