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La Paz a.c. (antes del coronavirus)

¿Cómo era La Paz antes de la llegada del coronavirus? El colectivo Foto Espacio Bolivia la describe a través de Fotonarrando, un proyecto artístico que nació para mostrar aspectos cotidianos de la ciudad y que cuenta historias con tan solo ver las fotografías.

Hasta hace un tiempo —cavila Mauricio Aguilar Machicado, director de Foto Espacio Bolivia—, era poco frecuente encontrar series fotográficas que tienen el fin de mostrar desde vivencias, pasando por elementos poco conocidos, hasta hacer denuncias en la ciudad. Ese fue el inicio para convocar a fotógrafos aficionados a que se unieran a Fotonarratón.

Túnel. La soledad se refleja en la propuesta de Luis Antonio Calani, llamada Por las noches.

“Fue una experiencia bonita para mí como para los participantes, porque podían mostrar inquietudes, problemas, denuncias y cosas que les llamaban la atención en su cotidiano”, cuenta el líder del colectivo.
Durante un mes, Jaime Ramallo, Andrea Ulloa, Lila Calderón, Jhonny Maydana, Luis Calani, Ricardo Vásquez, Luis Fernández, Rachel Lena, Lourdes Samo y Mauricio Aguilar se reunieron para dialogar, ver videos y fotografías documentales, y escuchar a especialistas como Leo Calisaya —quien conversó sobre su experiencia en el arte pictórico— y Julio Ajata —quien habló sobre la relación entre la cosmovisión andina y el arte—, en uno de los proyectos más grandes de Foto Espacio Bolivia.

El resultado de ello y de las largas caminatas por la urbe paceña fueron series como El doble muro de la vida, de Andrea Ulloa, que muestra un mundo paralelo a través de las ventanas de edificios y casas, además de espejos de negocios. Por su parte, Jaime Ramallo, en su serie de imágenes, muestra el colorido aguayo en la cotidianidad de las calles.

Manos. Relatos entre sus dedos es la serie que propone Lila Calderón.

A través del blanco y negro, Lila Calderón presenta historias guardadas en los surcos de las manos, “memorias misteriosas de ésta y una vida más si pudieran”. Luis Calani —en la serie Por las noches, la soledad desespera— lleva por lugares solitarios y oscuros de plazas, túneles y calles, donde germinan las meditaciones, algunas oraciones y “revoluciones del pensamiento”.

“Los muñecos de trapo colgados en los postes surgen en un contexto de inseguridad. No solo se presenta en El Alto, como se suele atribuir, sino que también están presentes en la ciudad de La Paz. Para advertir estos muñecos le invitamos a que levante su mirada hacia los postes de la ciudad y notará que esos barrios con muñecos presentan una buena organización barrial”, describe Ricardo Vásquez en la serie acerca de los muñecos colgados.

Advertencia. El ensayo fotográfico Muñecos colgados de Ricardo Vásquez muestra a estos elementos de amenaza a los delincuentes.

Por su parte, Luis Fernández buscó en la ciudad el amor de su gente, por lo que expone imágenes del Puente de las Américas, el Parque Urbano Central (PUC) y el Montículo, donde se evidencian expresiones de cariño entre parejas.

La alemana Rachel Lena encontró en los cables que atraviesan las calles un motivo para crear imágenes artísticas y abstractas. “Para mí, esos cables, según una perspectiva diferente, muestran lo creativo. Quiero que camines con una vista diferente en tu ciudad”, sostiene.

Lourdes Samo hace una crítica que tal vez valga para antes y después de la pandemia, un mal que viene ligado al desarrollo de la sociedad: la basura. En su composición, muestra la acumulación desordenada de los desechos y la pasividad de la gente ante este problema.

“Son amigos de la noche y la madrugada; y sin importar la estación en la que nos encontremos, ellos siempre estarán ahí, brindando sus servicios, transportando cargas que ni un caballo puede llevar y mucha gente no valora sus esfuerzos”. Jhonny Maydana caminó por las vías comerciales para mostrar el trabajo de los k’epiris, las personas que cargan en sus espaldas toda clase de bultos.

Espejos. En Mi mundo paralelo, Andrea Ulloa trabaja con los reflejos para mostrar diferentes perspectivas de la ciudad.

Cables. En Líneas de La Paz, la alemana Rachel Lena crea composiciones artísticas.

Finalmente, Mauricio Aguilar se encargó de captar con su cámara los grafitis en las paredes, acompañados por personas que parecen haberse dejado vencer por la adversidad. Las imágenes son de 2018, pero pueden haber sido registradas meses antes de que llegara el coronavirus, así como pueden volver a repetirse cuando vuelva la “normalidad”. A través de este proyecto, Foto Espacio Bolivia muestra a una La Paz con muchas deficiencias, fuerte arraigo cultural, con leyendas, soledades y grafitis, pero, sobre todo, con un aura que la hace singular.