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El pirata rojo que defiende a China en el ciberespacio

Defender la patria» en el cuartel o en el ciberespacio. «Prince», antiguo soldado del Ejército chino, ha puesto sus habilidades de pirata informático al servicio del país, dispuesto a responder cuando se ataca al honor de Pekín. Desde su oficina en Dongguan, no lejos de Hong Kong, este treintañero se presenta como uno de los oficiales de la «Alianza de los piratas rojos».

Basta mover el ratón de su ordenador para tener a decenas de voluntarios a sus órdenes.

Pero «Prince», como se hace llamar, es más un cibermilitante que uno de esos oscuros piratas chinos temidos por los servicios de inteligencia occidentales. Sus armas consisten en bloquear los servidores de las páginas web extranjeras consideradas hostiles o cubrirlas de banderas rojas. Se niega a dar su auténtico nombre. «Los soldados desempeñan un papel patriótico en las auténticas batallas. Por eso he querido que ese sea mi papel en internet.»

La piratería informática es ilegal en China, pero durante años, el régimen comunista ha cerrado los ojos ante las actividades de la Alianza, uno de los grupos de hackers más antiguos en el país. A mediados de la década de 2000, el movimiento contaba con unos 80.000 miembros, según «Prince», pero los efectivos se han diluido a medida que los «voluntarios», salidos del boom de la informática, eran reclutados por los servicios de ciberseguridad. El propio «Prince» es programador informático de profesión. Su actividad de pirata es voluntaria.

Los miembros de la Alianza deben tener al menos 18 años y hacer gala de «altos estándares morales», asegura. Los «Piratas rojos» no tienen vínculos con el poder chino, dice «Prince». Nada que ver, según él, con los piratas apoyados por el régimen, con la información, el dinero y el secreto que ello conlleva. Pero existen pasarelas.