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La sombra de Hayat Boumeddiene, viuda radical y fugitiva, planea sobre el caso de 2015

Un testimonio reciente dice que estaría en Irak o Siria. Hayat Boumeddiene, la compañera de Amédy Coulibaly y gran ausente del juicio de los atentados de enero de 2015 en Francia, escapa a la Justicia desde hace cinco años.

Los años pasan y la última imagen conocida de esta francesa de origen argelino es la de una silueta pequeña, de rostro redondo cubierto por un velo claro, que pasa por un control de seguridad en el aeropuerto de Madrid el 2 de enero de 2015.

Boumeddiene, de 26 años en ese momento, estaba a punto de volar a Turquía, para después ir a Siria, unos días antes de que Coulibaly y los hermanos Said y Chérif Kouachi mataran a 12 colaboradores de la publicación satírica Charlie Hebdo y a cuatro judíos en un supermercado de productos kósher en París.

El complejo perfil de «la mujer más buscada de Francia» fue trazado esta semana por el tribunal especial de París, encargado de juzgar estos ataques que en 2015 consternaron a Francia y al mundo y marcaron el inicio de una serie de atentados islamistas en esa nación europea.

Pero tendrá que hacerlo sin su presencia. La joven, acusada de asociación criminal terrorista, es juzgada en ausencia al igual que otros dos acusados de brindar apoyo a los atacantes, los hermanos Belhoucine.

Las Preguntas Clave

¿Qué sabía de los atentados? ¿Contribuyó a su ejecución de alguna manera? La Fiscalía no tiene ninguna duda de ello. Hace hincapié en su adhesión total a la ideología yihadista y en el apoyo logístico que habría brindado para preparar los ataques.

En sus últimas pruebas de vida autentificadas —llamadas pasadas de Siria e interceptadas por la Policía francesa en 2015—, la mujer asegura que no estaba al tanto de nada y que no hizo más que seguir las instrucciones de su compañero que le ordenó ir a Siria y jurar lealtad al Estado Islámico (EI).

Pero, al mismo tiempo, dice estar encantada de que la «traten como a una princesa» por ser la viuda de un «mártir» y que no lamenta los atentados.

Después de eso se perdió su rastro hasta la primavera pasada cuando, de acuerdo con la cadena pública de televisión France 2, una francesa que estaba en la zona siriairaquí dijo que la vio en octubre de 2019 en el inmenso campo de refugiados sirio AlHol, donde viven 10.000 mujeres y niños yihadistas extranjeros. Desde entonces se habría escapado, tal vez a Idlib, uno de los últimos bastiones yihadistas en Siria.

La Justicia francesa comenzó a interesarse en Boumeddiene en 2010. Tres años antes, había conocido, a través de un amigo, a Coulibaly, que estaba entonces en la cárcel por un caso de robo y de estupefacientes y que se radicalizó en prisión.

Ella ya practicaba el Islam, que le ayudó a sentirse «en paz» después de una adolescencia «difícil», según la Policía. Perdió a su madre a los seis años y durante años pasó de una familia de acogida a otra.

Él se radicalizó en la cárcel a partir de 2008 junto a Chérif Kouachi y a Djamel Beghal, un ex miembro del GIA argelino y figura del Islam radical.

La pareja se casó religiosamente en 2009 según la tradición rigorista. Quedaron atrás para siempre las fotos donde sonreían en shorts de baño y bikini en una playa. En 2010, se escenificaron a sí mismos en la moda yihadista, ella con un velo y armada con una ballesta y él con un arma.

En 2010 Coulibaly fue encarcelado nuevamente por haber participado en el intento de fuga de un argelino condenado por un atentado contra un tren de suburbios en París en 1995. Fue en ese entonces que la Policía interrogó por primera vez a Boumeddiene y notó su retórica radicalizada.

Coulibaly fue liberado en 2014. En los meses previos a los ataques, la pareja hizo el peregrinaje a la Meca y acumuló dinero en efectivo a través de estafas y vaciando sus cuentas bancarias.

Según la fiscalía, «no podía ignorar que ese dinero se utilizaría para fines terroristas». La Justicia también sospecha que fue la mensajera entre Coulibaly y Chérif Kouachi a través de las numerosas llamadas (más de 500 en 2014) intercambiadas con la esposa de este último.

Después de su fuga, Boumeddiene afirmó claramente ser miembro del EI. En una publicación del grupo de febrero de 2015, expresó su «satisfacción» por haber emigrado «a una tierra en la que se aplica la ley de Alá» y dijo que su compañero quería hacer lo mismo «pero esto le habría impedido llevar a cabo la operación que había planeado en Francia».

«¡Es genial!», le dijo a su hermana por teléfono en abril de 2015, deseándose el mismo destino que su compañero: «la muerte como mártir» generacional al frente de la publicación.