Forjando identidades: Una celebración de la creatividad de los artesanos
Una nueva generación participa en el concurso municipal que ya lleva 10 años incentivando a los artesanos del país
“Mallku Mayura, mi obra, es la identidad de mi familia y de mi comunidad. Mallku es el cóndor que representa al altiplano, Mayura es el sikuri”, explica Juan Carlos Quispe, ganador del Gran Premio de Forjando Identidades. Un hombre encima del mallku —espíritu de las montañas y las alturas, representado por el animal— tocando el sikuri —o zampoña— que está tallado en madera es el trabajo que se impuso a la mirada del jurado del concurso este año.
El 7 de octubre se reunió el comité del X Concurso Municipal de Arte Popular Forjando Identidadesen el segundo piso de la Casa de la Cultura Franz Tamayo para decidir cuáles serían las obras acreedoras de este premio. La de Juan Carlos y otros seis artistas fueron reconocidas en esta gestión. En las anteriores, 67 personalidades recibieron un galardón. “Esta danza antigua (los qhantus) la seguimos tocando y bailando. La heredamos de mis abuelos mi papá, mis hermanos y yo. Nos gusta y la llevamos en el corazón. En mi comunidad y en mi familia somos sikus, tocadores de mayuras”, contó Quispe sobre su obra ganadora.
Hace 10 ediciones se inició el certamen con una sola categoría: Cerámica en diferentes técnicas. En aquel entonces, 26 personas se presentaron entusiastas al concurso y hubo tres ganadores: Flora Pozo con su obra Rana y Lagarto, Pedro Cardozo con Pututuy Hernán Alaro con Jarra de Seis Vasos.
Cuando se creó el concurso, en 2011, se lo hizo pensando en “promocionar a nuestros artistas, ahondar en nuestras raíces y mostrar las identidades de quienes participan”, describe Nicolás Huallpara, coordinador del concurso.
En la siguiente gestión se presentaron 55 concursantes y el evento se abrió a la sección Madera y el reconocimiento especial, denominado Gran Premio. Hubo cinco ganadores. A partir de 2013, Reciclado empezó a formar parte de las secciones de competición. En 2016 se añadió Escultura, y, finalmente, Nuevos Talentos se agregó en 2018 para completar las seis categorías.
Este año fueron 79 los participantes, la gestión con mayor número de competidores. El concurso recibió obras de todo el país. Bajo cuatro criterios —diseño, innovación, identidad y calidad de acabado— el jurado premió a siete artistas y repartió Bs 30.000 entre ellos.
El comité, conformado por Hugo Brañez en representación del Consejo Ciudadano de Planificación de las Culturas y las Artes, Herminio Ríos por la Asociación de Talladores La Paz y Javier Gutiérrez por la Secretaría Municipal de Culturas, concedió el reconocimiento especial y mayor premio a Quispe. “La calidad del acabado es impresionante y el jurado no dudó en escogerlo”, cuenta Huallpara.
Mabel Lazarte, con su obra Mesa de Salud y Prosperidad, obtuvo el primer lugar en Cerámica; Armando Pachacuti el segundo con Mucululu. Memoria en las Alturas de Gabriela Mamani logró el primer puesto en Madera; Mónica Mamani, con Para mi Pachamama, la siguió. En Escultura en Piedra el galardonado fue Arnold Echeverria con Pachamama. En Nuevos Talentos se reconoció a Wilfredo Gutiérrez con Tentación en los Andes.
Postales
Muchos de los participantes, dice el coordinador, se formaron de forma autodidacta, en las Escuelas de Don Bosco o en la Escuela Taller del Gobierno Municipal. En el caso de Don Bosco, las escuelas reúnen a jóvenes de escasos recursos en la institución de la zona más cercana. Los internados se encuentran en Escoma, Carabuco y Ambaná en el altiplano paceño; Bolívar, Huayapacha y Pasorapa en Cochabamba; y en Postrervalle en Vallegrande, en Santa Cruz. Todas ellas, además del secundario, se especializan en carpintería y arte. Una vez terminada la formación, los alumnos que quieren continuar en el rubro pasan a formar parte de la Asociación Familia de Artesanos Don Bosco, que se dedica a la creación de muebles y esculturas.
En la Escuela Don Bosco Ambaná se formó hasta 2016 Juan Carlos Quispe. “Empecé aprendiendo desde cómo cepillar la madera hasta construir un mueble y hacer tallados”, recuerda con cariño. El artista, que nació en la provincia Camacho Puerto Mayor de Carabuco, estudia actualmente la carrera de Artes Plásticas en la Universidad Pública de El Alto.
Otro de los lugares de formación, la Escuela Taller, es un proyecto del Gobierno Municipal de La Paz y la Embajada de España en Bolivia. La Escuela Taller nació en 2007. El emprendimiento tiene el propósito de formar jóvenes entre los 16 y 25 años en condiciones de riesgo social y económico. El objetivo es orientarlos en la conservación del patri monio paceño a través de la restauración, la pintura, la artesanía y la arquitectura.
Muchos de estos artistas, formados en Don Bosco, en la Escuela Taller o autoinstruidos, para Franco Chávez, técnico en el área de artes populares y plásticas de la Casa de las Culturas, forman una nueva generación. Iniciaron su recorrido hace tres o cuatro años y hoy “no solo buscan reproducir obras, sino dar a sus creaciones una propia identidad, innovar la tradición, experimentar”.
“Hay artistas que se presentaron más de una vez y se ve una clara mejora en la calidad de sus obras y en su técnica cada año. Al principio había artesanos tímidos, con miedo de mostrarse. Luego vemos cómo han ido dejando de lado ese temor y comenzaron a explorar las maneras de mostrar su trabajo de una forma más abierta e innovadora”, añade.
La exposición estuvo disponible en la Casa de la Cultura desde el día de la elección de ganadores hasta el miércoles 28 de octubre. Sin embargo, las obras serán exhibidas en las ferias dominicales del Gobierno Municipal —apunta Huallpara— “con el fin de que la gente conozca a los artistas y pueda contactarlos en futuras ocasiones, pero sobre todo para que puedan espectar el importante trabajo que hacen nuestros artesanos y las historias que se esconden detrás”.