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El dulce que une a la familia

A mi abuelita le encantaba el dulce. Si ella estuviese con vida, seguramente habría disfrutado mucho de estos alfajores”, recuerda Catalina Jordán Prudencio, chef de profesión y una apasionada por la pastelería. Durante la pandemia, mientras apoyaba a sus dos hijos en las clases en línea y desarrollaba sus actividades, encontró en su mamá —Ximena Prudencio Bilbao— una cómplice perfecta para concretar un emprendimiento lleno de sabor y basado en esta debilidad por los postres. Muxsa, “dulce” en quechua, es el nombre de la marca que han creado juntas, en una búsqueda del alfajor perfecto gracias a la técnica de Catalina y la pasión por los productos artesanales de Ximena.

Foto: Gabriela Prudencio

“En la cuarentena hemos hecho varias pruebas. De ahí surgió la idea. A mi abuela le gustaban mucho los alfajores y nos decidimos y tomamos unas clases. Acto seguido, nos lanzamos a experimentar y seguimos trabajando hasta perfeccionarlos. Los hicimos probar a familiares y amigos cercanos y, cuando estuvo listo, lo lanzamos al público”, agrega Catalina.

El producto estrella es el alfajor de manjar bañado en chocolate negro —el muyu, “redondo” en quechua— pero también hacen mermeladas caseras y pronto presentarán más sabores de alfajores. El empaque y las bolsas también son artesanales y se hacen también a mano. “Nos interesa rescatar las palabras en nuestros idiomas nativos, por eso tenemos un diccionario con términos en quechua, como la wayaqa, que es la bolsa hecha a mano o tukuy, que significa: ‘agotado’”.

Foto: Gabriela Prudencio

“Mi mamá es mi mejor amiga —dice Catalina—. Siempre nos hemos brindado mucho apoyo. Por eso trabajar juntas es importante, somos un equipo, ella es súper organizada y me jala a ser más organizada a mí. Nos repartimos tareas y cada una sabe en qué enfocarse”.

Una tercera Prudencio se ha sumado al equipo: la imagen y el trabajo en redes sociales está a cargo de Gabriela Prudencio Kaune, arquitecta de profesión, y con una sensibilidad especial para el desarrollo de imagen.

Ellas son las “Muxsas Prudencio” y de vender los alfajores a parientes y amigos, han visto crecer a un público demandante gracias al boca a boca y las redes sociales. ¿Y cuál es su ingrediente secreto? “El amor”, sonríen.

Foto: Gabriela Prudencio