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Memoria: Damián Ayma Zepita, el Etnógrafo Itinerante

Quienes aún pueden recordarlo, lo dicen: Damián Ayma Zepita iba por todas partes con su cámara. No le interesaban las incomodidades, solo retratar momentos de la cotidianidad boliviana entre 1935 y 1992, periodo en que fue conocido como el “Fotógrafo Itinerante”.

Varios años después, en 2020, Milton Eyzaguirre Morales, Ladislao René Salazar Cachi y Yenny Espinoza Mendoza serían el equipo responsable de presentar ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) el aval de varios expertos acerca de la importancia y autenticidad de la colección de 17.000 fotografías que componen la obra de Damián Ayma, hace poco nombrada Memoria del Mundo, Patrimonio Documental de la Humanidad.

En su investigación sobre el Fotógrafo Itinerante, este equipo del Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef) redescubrió a un hombre que recorrió Bolivia tomando fotografías, siempre consciente de que su labor era retratar esos tiempos y crear documentos que un día serían la memoria de cómo fuimos alguna vez.

Damián Ayma Zepita rara vez estaba quieto. Le decían itinerante pues siempre estaba viajando por el país con 30 kilos de equipo fotográfico encima, en una época en que el transporte y el estado de los caminos no invitaban a ir de pueblo en pueblo de la manera en que Ayma lo hacía. Pero es gracias a esa inquietud y curiosidad que hoy la Memoria del Mundo incluye las costumbres de personas en 41 regiones de siete departamentos de Bolivia.

Por eso es que Eyzaguirre y Salazar alternan en referirse a él a veces como un fotógrafo, otras como un etnógrafo y en ocasiones como un antropólogo. “No desde la perspectiva académica de ponerse a escribir complicados estudios, pero con la fotografía (Ayma) nos trajo del pasado las diferentes realidades”, dice Eyzaguirre.

“Ya no estamos pensando que la historia es universal. Desde nuestra perspectiva, la historia tiene muchas líneas, muchas capas y, lamentablemente, en los espacios locales estas historias pequeñas han sido marginadas por no formar parte de la historia grande”, agrega.

En una exposición del Musef con una muestra de 100 fotografías de las muchas que legó el maestro al museo, ya es posible dejar de marginar algunas de estas historias y personajes.

Fotos: Damián Ayma / Rodwy Cazón

En la lente del antropólogo

Posando para las fotos del Etnógrafo Itinerante vemos a estos personajes y pequeños fragmentos de sus realidades. Ayma no era un fotógrafo solo de estudio y 95% de su trabajo se hizo en campo. Concentraciones políticas, eventos deportivos, agricultores, mercados, minas e incluso accidentes, todo pasaba por su lente.

Principalmente, su obra está compuesta por fotografías de celebraciones. En una época en que las festividades solían alargarse por una semana entera, el Antropólogo Itinerante solía viajar de comunidad en comunidad (de fiesta en fiesta) dedicando sus rollos en la cámara para retratar disfrazados, bailarines, músicos y procesiones, las que llegó a conocer bien.

Por la noche, o cuando fuera que la fiesta arreciaba, se encerraba en un cuarto y cubierto por una frazada, poco a poco, revelaba las fotos para así entregarlas antes de partir hacia su siguiente destino.

Fotógrafo desde, más o menos, sus 15 años, Ayma tenía un estilo particular de composición. Sus fotos, si bien posadas, casi nunca son lineales y hasta emplean técnicas de luz y desenfocado, sencillas de aplicar para cámaras modernas, no tanto así para los modelos con los que trabajó el Fotógrafo Itinerante.

Mucho hace que Ayma sabía crear personajes y secuencias a través de imágenes, lo que forzó al equipo del Musef a preguntarse cómo recuperar esos recuerdos antes de que se pierdan para siempre.

En el espacio de los dos años que duró la investigación sobre Ayma Zepita, los investigadores fueron a cada provincia para encontrarse con gente mayor que se reconocía en los niños y niñas retratados en esas fotos. Sus memorias, refrescadas por las imágenes, no solo dieron fe de quién era Ayma detrás del lente, también rescataron detalles históricos de cada región.

Damián Ayma, Memoria del Mundo

. En las salas del Musef se exhiben 100 de las 17.000 fotografías tomadas por Damián Ayma Zepita

. En las salas del Musef se exhiben 100 de las 17.000 fotografías tomadas por Damián Ayma Zepita

. En las salas del Musef se exhiben 100 de las 17.000 fotografías tomadas por Damián Ayma Zepita

. En las salas del Musef se exhiben 100 de las 17.000 fotografías tomadas por Damián Ayma Zepita

Consciente de que estaba creando memoria documental, Damián Ayma dejó muchos negativos de sus fotos en posesión del Musef.

Consciente de que estaba creando memoria documental, Damián Ayma dejó muchos negativos de sus fotos en posesión del Musef.

Consciente de que estaba creando memoria documental, Damián Ayma dejó muchos negativos de sus fotos en posesión del Musef.

Consciente de que estaba creando memoria documental, Damián Ayma dejó muchos negativos de sus fotos en posesión del Musef

Exposición en el Musef

Exposición en el Musef

Exposición en el Musef

Exposición en el Musef

Detrás de la cámara

Descrito como un hombre de muchos talentos, Damián Ayma no solo dedicó su vida a la fotografía. Fue agricultor, proyectista, ganadero y se dice que hasta creó un tractor de madera.

Todavía vive en la memoria de hijos y sobrinos que aprendieron fotografía con él; tanto para ellos como para los investigdores del Musef, su legado es ser la punta visible de todo un componente social al ser él mismo un hombre de comunidad, muy ligado a mostrar el lado más humano de los sectores sociales a los que él mismo perteneció.

“Pusimos a Ayma porque vimos que tiene un fuerte contenido social y de compromiso que vale la pena visualizar, que incluso se puede volver un material educativo porque estás viendo varias realidades”, asevera Salazar.

Para los investigadores, más allá del triunfo que fue la declaración de las fotos de Ayma como patrimonio documental de la humanidad, el reto continúa.

“Sociólogos, antropólogos, filósofos, cualquier profesión está invitada a explorar el archivo de Ayma”, dice Salazar.

La esperanza es que esta memoria documental ayude a desarrollar estudios y herramientas que permitan a los bolivianos no solamente entender la historia de su país, sino también la de sus regiones y su gente, mismas que esconden personajes fantásticos como fue y todavía es el Fotógrafo/Etnógrafo/Antropólogo Itinerante, Damián Ayma Zepita.

Los investigadores del Musef esperan a todos los colegas de diferentes áreas y disciplinas que deseen realizar estudios utilizando el archivo de Ayma. Fotos: Rodwy Cazón