La pandemia del COVID-19 afectó la vida cotidiana en todas sus esferas, incluyendo el mundo de la belleza: se debe tener en cuenta que un barbijo ahora cubre parte del rostro y que no se puede mantener un corte de vanguardia o colores de fantasía debido a los riesgos que implica salir a la calle. Así, el encierro ha marcado nuevas tendencias en el estilismo: cortes de cabello más funcionales, coloraciones que no requieren un retoque seguido y la posibilidad de experimentar con productos naturales en casa.

Con esta premisa, y apoyado en su larga experiencia, el estilista Fernando Quiñovel, de Hair Studio Q, propone estilos acorde con los tiempos en que vivimos. “En todo sentido, la pandemia ha impactado en el mundo de la belleza, definiendo desde los estilos de cortes hasta la tintura. En general, lo que se busca es mayor practicidad empezando de los productos cosméticos que se aplicarán”, señala.

Ante la imposibilidad de asistir cada mes a retocarse las canas, muchas personas han optado por dejárselas crecer. “Es una gama que ofrece muchas posibilidades. Podemos ayudar a que la transición del pelo teñido a las canas sea más estético y sutil. Depende de la tintura, de la cantidad de canas, del grosor del cabello, del estado de salud del mismo. Hay muchas opciones: podemos emparejar a un color similar al de las canas o jugar con esa gama de tonos para evitar que quede una evidente marca de este cambio”, dice.

Es así que los grises son parte ya de la moda de todas las edades. Ayudan también los productos tonalizantes para mejorar los rubios y tonos de fantasía que destacan mejor sobre el cabello canoso. Las tendencias en color generalmente se definían por temporadas —verano (con tonos más claros y naturales) e invierno (con gamas más cálidas e intensas) —, pero la escasa vida social de esta época y la menor exposición del cabello a la intemperie han cambiado también esta paleta.

“Como no se puede ir cada mes a retocar un color se han puesto de moda los babylights (pequeños reflejos de luz por todo el cabello que dan un tono más claro y luminoso de forma sutil), el barrido (decoloración para quitar un color de tinte muy oscuro o en la gama de rojos), el balayage (reflejos estratégicos y naturales en mechas con brocha o peine) y otras técnicas que ayudan a que un buen corte tenga movimiento y luz. Estas técnicas evitan la dependencia de la peluquería y se aplican no solo en tonos rubios, sino también en chocolates y cobres. Estos últimos, además de crear mucho movimiento y luz, dan frescura”, recomienda el estilista.

Estas técnicas además son ideales para camuflar las canas y el retoque resulta bastante práctico en tiempo y en economía: la persona solo requiere ir al salón de belleza cuatro veces al año.

En relación a los cortes, las melenas en desconexión y con movimiento se han impuesto, pues no se ven tan  afectadas por el paso del tiempo. Además son mucho más fáciles de peinar, se pueden usar sueltas o recogidas. “Son cortes más prácticos, no necesitan mucho arreglo y la clienta puede peinarse sola en casa”.

La frase “Contamos con todas las medidas de bioseguridad” tiene sentido en Hair Studio Q: se desinfecta constantemente el salón, se toma la temperatura, hay toallas desechables para cada cliente, se desinfectan y esterilizan tijeras y peines. Además, las secadoras aplican ozono y rayos UV.

Y ya que hay que quedarse en casa el mayor tiempo posible, Fernando —como se le conoce en el medio— brinda un último consejo: “Aprovechen que están en casa para experimentar con productos naturales para recuperar la salud de su cabello. Pueden estar con una máscara capilar mientras están en teletrabajo”.