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Israel, la batuta invencible

Cuando Israel era un niño, quedó fascinado por las bandas militares en los desfiles. La música iba a formar parte esencial de su vida pero él aún no lo sabía. Tener un padre trompetista, una madre cantante de nombre Damiana, una hermana con clarinete bajo el brazo y un hermano violinista iba a marcar inexorablemente su destino. Desde hace un año, Israel Cadena Alanoca es el joven director de la Banda Municipal Eduardo Caba de La Paz. Cuando sus compañeros interpretan los pentagramas compuestos o arreglados por él, las notas suenan mejor que en su imaginación.

Los músicos han vuelto a las calles después de un año de pandemia. La gente se arremolina alrededor de ellos en El Prado frente al cine Monje Campero o en la plaza San Francisco. Suena Fanfarrea La Paz, una composición propia. Luego los primeros acordes de Píntame Bolivia del dúo Negro y Blanco (Christian Benítez Ugarte che y Mario Luis Ramírez) esbozan las primeras sonrisas debajo de los barbijos. Israel da las gracias y presenta el siguiente tema: es Invencible del noruego Thomas Bergersen, arreglos y adaptación del propio director. La Banda Municipal suena diferente pero no pierde su esencia.

El joven paceño viene de dirigir bandas de música estudiantiles. Es marzo de 2020 y la Alcaldía ha lanzado una convocatoria pública a través de la página de La Paz Culturas para elegir al nuevo director musical de la Eduardo Caba. Israel se presenta a la evaluación por la mañana junto a cuatro postulantes más. El jurado son viejos lobos de mar: son sus maestros del Conservatorio Plurinacional y de la Orquesta Sinfónica Nacional. “Sentí cierto nerviosismo, no lo voy a negar, y al finalizar la evaluación nos dijeron que nos avisarían el resultado por la tarde.

DIRECTOR. Israel Cadena Alanoca es el nuevo director de la Banda Municipal Eduardo Caba

No recibí el aviso esa tarde, esperé al día siguiente y nada. Pensé que otro colega obtuvo el cargo, pero pasaron cuatro días después de la evaluación y me llamaron indicándome que fui elegido por los jurados y debía presentarme al día siguiente a presentar mis documentos”, cuenta con una tímida sonrisa este declarado hincha del club Bolívar.

Rubén Israel Cadena Alanoca, nacido en La Paz el 30 de julio de 1984, estudió primaria en la Unidad Educativa Alfonso Pardo Uzeda (Alto Chijini) y secundaria en el Colegio Evangélico Nazareno Basil Miller (El Alto). Las primeras lecciones se las dio su padre Faustino, cuando tenía ocho años. “Él me enseñó a interpretar primero el tambor y luego la trompeta. De ahí en adelante empezó a encantarme la música. Mi padre tenía una banda musical cristiana de bronces y nos llevaba, a mi hermano y a mí, inicialmente a acompañarlo y luego a tocar percusión en su banda. Por aquel entonces de niño solo conocía lo nacional y el género musical mexicano”.

En la secundaria, el bichito de la música comenzó a invadir su espíritu por completo. Los grupos musicales que llegaban a su colegio en la zona Ballivián no fueron su envidia, sino su bendición. Él también quería forma parte de eso. Ver y escuchar a la Orquesta Sinfónica Nacional en vivo terminó de completar el sortilegio. “Fue un  impacto imborrable, me di cuenta de que la música nunca acabaría, que los sonidos me transportan a no sé dónde pero me encantan. Simplemente di gracias a Dios por sentirme y ser afortunado de tener a la música en mi vida”.

Foto: Ricardo Bajo

Al cabo de unos años, la ahora joven batuta ya registraba sus primeras grabaciones como músico de sesión. “A la vez que me apasionaba incursionar en nuevos géneros musicales, vi que se podía vivir de la música”. Israel es un músico multifacético. Estudió piano en la Escuela Nacional de Música Luis Felipe Arce en Villa Pabón; trompeta y violín en la Escuela Municipal de Artes, trompeta clásica en el Conservatorio Nacional de Música; y logró su licenciatura en Artes Musicales en la Universidad Mayor de San Andrés.

Comenzó a hacer arreglos “al oído” con instrumento, papel y lápiz en mano de manera empírica. “A dos y luego a tres voces para trompetas con sus acompañamientos de “euphonious” para que lo puedan tocar en la banda de mi papá. A veces sentía que sonaba bien y otras veces sentía que faltaba armonía. Esas veces era más el entusiasmo de “hacer sonar las notas a voces”. Luego ya en la Escuela de Música pasé clases de piano y pude empezar a entender la armonía básicamente. El estudiar violín también me ayudó a realizar arreglos en sentido melódico. Para seguir desarrollando lo que son los arreglos musicales y composición, tuve el honor de pasar clases con los maestros Rolando Peña, Eynar Guillén, Javier Parrado, Gastón Arce y Yayo Morales. La música nunca se acaba y cada día se aprende. Ahora estoy escuchando a Herman Beeftink, un compositor holandés de bandas sonoras, su música me encanta”.

Gracias a todas esas enseñanzas llegaron los mimbres para componer arreglos musicales para diferentes grupos, orquestas, mariachis, bandas de música y otros géneros musicales. Si tuviera que quedarse con uno, Israel se quedaría con la canción Saya sensual de Los Kjarkas en colaboración con el grupo Irreversible y  los cantantes Juan Carlos Aranda y Elmer Hermosa. “Fue un verdadero placer”.

Foto: Ricardo Bajo

Israel no duda en ceder la batuta de la banda municipal a otros compañeros. Humildemente se coloca junto a sus pares, agarra su trompeta querida y se pone a la orden, como uno más. “Somos un equipo, deseo que todos se superen musicalmente. Nelson también dirige y es licenciado en música. Compartir la batuta con mis compañeros que se superan es un gusto. En esta pandemia hemos pasado clases de dirección musical y armonía moderna con distinguidos docentes gracias a las gestiones del secretario de Culturas, Andrés Zaratti, y del director de Fomento a la Producción Artística Cultural, Marc Dumchen. En ese sentido, mis compañeros van adquiriendo las bases de dichas materias. Tendremos más clínicas y talleres de diferentes materias musicales y en las siguientes presentaciones habrá más compañeros dirigiendo y aplicando lo aprendido”.

 La Banda Municipal Eduardo Caba y su director extrañan los recitales, las retretas y los conciertos. Aunque estos últimos días, tras un año sabático, no paran: del regreso a las calles en tres jornadas vespertinas consecutivas al Día del Mar y la inauguración tardía de las Alasitas. Durante los largos meses de parate, la Banda realizó y lanzó trabajos audiovisuales a través de las redes sociales. Desde sus hogares, interactuaron junto a músicos invitados con la ciudadanía paceña y nuevos arreglos levantaron “likes” por doquier. “Ahora los paceños y paceñas nos reciben cálidamente en vivo y en directo con aplausos y vítores. Por unos momentos, todos nos olvidamos de la pandemia. La música nos transporta, nos anima y nos cura el alma”, cuenta el “doctor”.

La última gala cultural de la Alcaldía homenajea a los hombres y mujeres de la cultura fallecidos este último año. Las fotos de Norma Merlo, María Teresa dal Pero, “Huracán” Ramírez o Randoph Ríos estremecen a la platea y el gallinero, mientras el “minuto de silencio” es acompañado por la trompeta del director de la Banda Municipal, don Israel. “Toda mi vida gira en torno a Dios y la música. Y si Dios quiere, seguiré haciendo música. Deseo realizar obras musicales dedicados al Todopoderoso”. No cabe duda que la batuta “invencible” de la Banda Municipal “Eduardo Caba” ha logrado todos sus sueños y lo seguirá haciendo por los siglos de los siglos. Así sea.